Reconoce Aitor Apezteguía Vértiz, nacido en Sunbilla hace 41 años, que cuesta mucho subir al primer escalón del podio del Campeonato Navarro de Becadas, estando en liza un cazador como Juan Mari Esáin, que acumula 14 victorias en este torneo autonómico, además de nueve en el de España. El año pasado, se quedó a un solo paso de arrebatarle el triunfo, pero, en la prueba disputada en Esprogui-Sabaiza el pasado día 26 de noviembre, pudo por fin volver a celebrar su nueva corona navarra.
Habían pasado 15 años desde la primera y única que había conseguido, hasta el momento. Fue en el 2007 cuando ganó el campeonato navarro, después de, además, regresar a la competición tras unos años en los que estuvo apartado de ella. Según cuenta, comenzó desde muy joven tanto en la caza de la becada como en probar suerte y habilidad en esta clase de torneos. “El primer año que competí fue en 1994 y recuerdo que fue en la sierra de Lóquiz. Aunque mi padre no caza la becada, tenía un amigo suyo que sí, y con él y con mi hermano comencé a practicar esta modalidad”, afirma, al tiempo que puntualiza que, para él, es una disciplina muy completa, ya que también le gusta mucho el deporte y, con la becada, puede aunar estas dos pasiones, disfrutar de la caza y hacer deporte.
En Esprogui-Zabalza, al contrario de lo que sucedió en el 2021, en la que la final casi se suspende debido a las nevadas que hubo en la zona los días previos, salió una jornada con tiempo primaveral, en la que los 13 participantes (los 12 clasificados de las dos pruebas de Erro, además del campeón del año pasado, Esáin) pudieron disfrutar de un gran día de caza. A pesar de que se registró más densidad de becadas que en el torneo anterior, seis de los participantes no consiguieron abatir ninguna. Finalmente, fueron ocho las aves cazadas, y el podio se compuso por Apezteguía (con dos becadas), Javier Hermoso y Aitor Etcheparen, ambos con una pieza. Los tres serán los que acudirán el próximo 18 de diciembre a Puebla de Sanabria, en Zamora, donde tendrá lugar el Campeonato de España.
El delegado de la Federación Navarra de Caza encargado de organizar la prueba autonómica, Ignacio Urriza, apunta que los competidores navarros siempre tienen bastantes opciones de conseguir buenos resultados en el torneo nacional. “Apezteguía es un cazador muy bueno y, por ejemplo, creo recordar que Etcheparen se quedó algún año segundo en un campeonato celebrado en La Rioja. Oportunidades de ganar o, al menos, de alcanzar el podio siempre hay”, subraya.
Relevo generacional
En lo que sí quiere hacer hincapié es en el relevo generacional que, poco a poco, se está haciendo notar en la caza. Este año, cinco de los participantes que tomaron parte en la final de Esprogui-Sabaiza eran nuevos, algunos de los cuales habían sido jueces con anterioridad. También pasó algo similar en el reciente Campeonato Navarro de Caza Menor con Perro, en el que venció Luis Agramonte, de 25 años y que competía por primera vez. “Está muy bien que vaya entrando gente nueva, para posibilitar ese cambio generacional, ya que la mayoría de los competidores son cazadores veteranos”, explica.
Uno de ellos, sin duda, es Apezteguía, que vivió la final autonómica con mucha emoción. “Comencé pensando que tenía posibilidades, ya que había cazado una becada en la clasificatoria de Erro, por lo que disponía de un punto que, en el caso de empate, me beneficiaba. Por otro lado, enseguida vi que no había demasiadas becadas, ya que se oían muy pocos disparos. Tuve que ir a varias zonas hasta dar con una en la que encontré ejemplares. No me estaban saliendo muy bien las cosas, hasta que, a las 12 horas, pude cazar la primera. La segunda me entró a las 12.20 horas. En esos momentos es cuando mejor me estaba cazando la perra, pero no sabía si debía arriesgarme a ir a por la tercera. Al final, decidí acudir al control y me salió bien”, relata.
Para el sunbildarra, volver a ser campeón navarro es una gran alegría. “Estando Esáin en la lista de participantes, las opciones de vencer se reducen muchísimo. Además, siempre te condiciona, porque piensas que él va a lograr el cupo de las tres becadas. Después de haber logrado la segunda posición en el 2021, me hizo mucha ilusión ganar”, indica, antes de comenzar a hablar sobre el Campeonato de España, una prueba a la que ha llegado en cinco ocasiones, aunque sin demasiada fortuna. Su mejor posición fue una séptima plaza en una prueba celebrada en La Rioja.
Competitivos
En este sentido, expone que existe una coyuntura muy específica con los cazadores navarros, que son muy avezados en la caza de becadas difíciles, debido a los terrenos de la Comunidad foral, lo que les hace ser muy competitivos. Pero también añade que, en esta clase de competiciones, influye muchísimo el tipo de escenario. Y si se trata de sitios muy limpios, la ventaja que pudieran tener los cazadores navarros se diluye.
“Puebla de Sanabria no lo conozco –declara–. Me han pasado alguna referencia, pero espero que sea un robledal que esté un poco sucio, para que se adapte mejor a mis habilidades. Iremos a verlo el fin de semana, para analizarlo un poco antes de la final”. Allí estará el 18 de diciembre junto a su perra Nata, una setter inglés de tres años. Ella tuvo buena parte de culpa de que accediera a la final de Esprogui-Zabalza, tal y como expone. “Fui con dos perras a Erro, pero estaba el tiempo tan malo que decidí probarla. Y me quedé encantado de cómo lo hizo, porque todo le salió perfecto. Hizo un trabajo excepcional, por lo que también competiré con ella en Zamora”, afirma.
Como todo cazador de becadas, sabe que las capacidades del perro influyen muchísimo en el resultado: “Yo diría que el 80% es mérito suyo. Y cuantas más horas hayas metido con él, cuanta más experiencia tenga y más hayas cazado con él, mejor te irá. Al final, es necesario meter muchas horas”. El campeón navarro viajará con ilusión a Puebla de Sanabria, donde espera contar con ese factor suerte que le permita firmar un buen papel y quién sabe si subir también al podio.