Aitor Elordi y José Javier Zabaleta, de exhibición en exhibición

“Ante semejante avasallamiento...”, reflexionaba Unai Laso al final del partido de este lunes en el frontón Beotibar de Tolosa. Ejercicio de impotencia. Cerraba la quinta jornada del Campeonato de Parejas con la visita al dentista. Terror cerval. La nueva parada de los monstruos en un frontón en el que se encuentra muy cómodo José Javier Zabaleta. Aitor Elordi, expeditivo e imaginativo, y el zaguero de Etxarren dan miedo. Afilan los colmillos. Cinco de cinco en el torneo. Aventajan a sus perseguidores en dos triunfos. El hueco es importante. De exhibición en exhibición.

Tal fue la hegemonía en la cancha tolosarra que se hace incluso corta la diferencia en el luminoso. Los de Aspe dominaron cada uno de los palmos del partido en un ejercicio de superioridad absoluto que solo pudo romper el campeón del Manomanista en unos pocos fogonazos. Intentó enredar y cambiar el paso a unos adversarios arrolladores. Laso sacó una lectura positiva del terremoto: “Por lo menos me he visto rápido de piernas y para jugar”. No le queda otra. No tuvo apenas opciones en un compromiso decantado a base de dentelladas. Zabaleta, mandón, terminó con unos números de escándalo: cinco tantos hechos, incluido arte y ensayo, y ningún error.

El mallabitarra y el de Sakana forman una pareja clásica que funciona a las mil maravillas. Acumulan una media de ocho tantos recibidos por partido en sus cinco comparecencias. Una barbaridad. Elordi está en la cresta de la ola. Este lunes se anotó seis saques y ocho tantos en juego. Cometió una falta de saque. En el primer disparo trazó un zarpazo bombeado que dio muchos quebraderos de cabeza sus contrincantes.

Además, el vizcaino, con facilidades cerca del frontis, asumió libertad creativa para imponer su marca con el hierro candente del rematador. Tuvo ocasiones de sobra para ampliar su catálogo de mordiscos junto a un compañero pegador y con galones para aburrir en la diestra. Aitor expuso razones más que de sobra para marcharse del Beotibar con el sabor de boca del trabajo bien hecho. Lleva un Parejas para enmarcar. Parece mentira que sea su debut en un campeonato de tamañas características.

No hubo historia en el partido porque se desbocó en un abrir y cerrar de ojos. La igualdad duró un parpadeo. “Sabíamos a lo que veníamos”, dijo Laso. El delantero de Bizkarreta-Gerendiain e Imaz, subcampeones en juego del Parejas, se encontraron con un 2-13 en apenas quince minutos sobre la cancha. Un vendaval. Demasiada diferencia entre ambos bandos. Ander estuvo superado. Los de Baiko tuvieron que bailar con la más fea y no levantaron cabeza. Unos pocos yerros de Elordi y un epílogo vivo de Unai maquillaron el resultado. Después de coleccionar distancias amplias –al primer descanso largo se llegó con un 2-12 y al segundo con un 6-18–, los azules impusieron velocidad de crucero hasta terminar de romper a Laso e Imaz. 8-22. Paseo militar. 39 minutos y apenas 246 pelotazos.