Aitor Villar prolonga la racha del Sestao River

Gernika 1

Sestao River 2

GERNIKA: Viorel, Aguirrezabala, Urtzi, Arberas (Min. 85, Jon Vega), Koldo, Yeray (Min. 69, Salado), Gallastegui (Min. 80, Sanz), Gorka Aguirre, Giovanni, Gorka Marcos (Min. 69, Ortega) y Bengoa (Min. 80, De Luis).

SESTAO RIVER: Crespo, Asier Grande (Min. 94, Ander Blanco), Mateo, Gaizka Martínez, Daiki, Huete, Goti (Min. 83, Baqué), Urcelay (Min. 62, Garai), Leandro, Uriarte (Min. 83, Anatz) y Juste (Min. 62, Aitor Villar).

Goles: 0-1: Min. 25; Goti. 1-1: Min. 62; Gorka Marcos, de penalti. 1-2: Min. 89; Aitor Villar.

Árbitro: Ramo Andrés, aragonés. Amonestó a Bengoa, Salado, Arberas e Iriondo por el Gernika y a Juste, Asier Grande, Gaizka Martínez, Daiki y Leandro por el Sestao River.

Incidencias: 600 espectadores en Urbieta.

Sexta victoria consecutiva para el Sestao River al imponerse en Urbieta al Gernika en un desenlace increíble. Tras un encuentro muy igualado pero con el Gernika volcado buscando el gol de la victoria en los últimos minutos, llegó la jugada desafortunada en la que Aguirrezabala dejó solo a Aitor Villar ante Viorel y el extremo no perdonó. Continúa, pues, el idilio de los verdinegros con la victoria; ganan incluso en un encuentro en que lo lógico habría sido un empate o hasta una derrota de los de Aitor Calle, que se vieron superados en los minutos finales.

El River salió a aprovechar la velocidad de Leandro, Goti y Juste en las contras ante un Gernika al que le costó acercarse con peligro al área de Iván Crespo. Nada más comenzar el encuentro, una falta lateral que Arberas, en el segundo palo, volvió a meter a la olla se quedó sin rematador y un córner posterior lo sacó la defensa verdinegra. A partir de entonces fueron los visitantes los que comenzaron a acercarse cada vez con más peligro. Tras una falta desde la derecha que acabó en barullo y fuera de juego de Daiki, llegaron las mejores ocasiones para los de Aitor Calle. Los sestaoarras dispusieron primero de una cabalgada de Leandro, cuyo disparo desde dentro del área lo desvió Arberas a córner sin que se hubieran cumplido los diez minutos. Luego Viorel salvó al Gernika con un par de intervenciones providenciales, primero deteniendo un disparo de Uriarte desde fuera del área, y luego el de Juste, al recoger el rechace en el vértice del área pequeña. Nuevamente apareció el guardameta deteniendo con el pie un disparo de Goti, tras haber driblado a Koldo. Ya rebasado el ecuador de la primera mitad llegó el primer gol del Sestao. Mateo, centrando con la derecha, puso un balón franco para Goti, que disparó cruzado y esta vez fuera del alcance de Viorel.

El conjunto de Aitor Larrazabal reaccionó al verse por debajo en el marcador, aunque tímidamente. Un centro de Gallastegui desde la derecha lo recogió fuera del área Giovanni, cuyo disparo lo detuvo bien Crespo abajo. Superada la media hora, un córner desde la izquierda lo remató Gallastegui, casi sin ángulo, con una volea que detuvo Gaizka Martínez sobre la misma línea. La última antes del descanso llegó en una falta botada por Giovanni desde la derecha. El remate de Gorka Aguirre salió a la izquierda del meta verdinegro.

En la segunda mitad se igualaron mucho las cosas. El primero en intentarlo fue el River con un remate flojo de Uriarte en un córner, demasiado fácil para Viorel. Ya al cuarto de hora, Giovanni se internó en el área y Gaizka Martínez le derribó. El árbitro señaló el punto de penalti y Gorka Marcos, lanzando a la derecha de Crespo, logró el empate y puso las cosas de cara para el Gernika, ante un River que se había olvidado de jugar tras contemporizar durante todo el arranque de la segunda mitad. Fueron los de Aitor Larrazabal los que dominaron el encuentro a partir de entonces, aunque les costó un mundo acercarse al área de Crespo. Un centro de Gallastegui al que Arberas no llegó por poco, otro de Iriondo que recogió el meta y una jugada de Bengoa desbaratada por la defensa no hacían presagiar nada bueno al líder de la clasificación. Sin embargo, ya casi en el descuento llegó la jugada desafortunada para los locales que Aitor Villar no desaprovechó.