De la mano de la escritora sopeleztarra de nacimiento y getxotarra de adopción descubrimos uno de los lugares más bellos de la costa vizcaina. Además, estos paisajes son los lugares donde se desarrollan sus dos novelas de la saga Los crímenes de Getxo: La cueva de Mari y El canto de Lamia.
DATOS PRINCIPALES
· Kilómetros: 11,75 km
· Desnivel positivo: 237+
· Duración: corriendo 1:25h / Caminar - correr: 1:45h / Senderismo 2:30h
LLEGADA AL PUNTO DE PARTIDA
· Desde Bilbao, salimos por los túneles de Artxanda para coger la N-637 que luego pasa a ser la BI-637. Tomamos la salida de Getxo/Berango y por medio de la calle Ollaretxe, Bidezabal, la avenida del Ángel y la calle Gustavo Adolfo Becker llegamos a nuestro destino.
· Desde Vitoria, salimos por Lakua para por medio de la N-622 coger en Altube la autopista AP-68 hasta Bilbao. Aquí seguimos por la A-8 hasta que la abandonamos en la salida 8 tras pasar Cruces. Ya en la N-637 seguimos las indicaciones del punto anterior.
· Desde Donostia salimos por Amara para tomar la AP-8 sentido Bilbao. Ya en la capital vizcaina continuamos por la A-8 hasta Cruces donde tomamos la N-637 por la salida 8 y seguimos las indicaciones del primer punto.
· Desde Pamplona, por la A-15 y la A-10 llegamos a Alsasua donde cogemos la N-1 sentido Madrid. En la salida 325 nos incorporamos a la N-622. Una vez aquí seguimos las indicaciones del primer punto.
DESCRIPCIÓN
Cuando te vas aproximando a las cercanías del molino de Aixerrota, lugar de partida de la ruta que tenemos hoy entre manos, lo que nos encontramos es fabuloso. Los acantilados que van a parar a la playa de Arrigunaga es una declaración de intenciones de lo que nos vamos a encontrar.
La mañana ha salido algo fresca pero el sol tenemos la suerte que brilla con el cielo despejado, un tiempo y una temperatura ideal para realizar esta travesía por parte de la costa que depende del municipio de Getxo y sus alrededores.
CONSEJOS PARA REALIZAR ESTA RUTA
Hidratación: Al estar en entorno semiurbano disponemos de muchos recursos para poder abastecernos de agua. No está de más, como siempre recomendamos ir bien aprovisionados de la misma.
Calzado: Terreno sencillo es el que pisamos, pero es recomendable llevar calzado deportivo con algo de agarre para esos lugares un poco más sombríos donde humedad y lluvia reciente pueden dejar algo de barro.
Dificultad: Ruta sencilla tanto de seguir como de realizar. Ideal para ir con niños. Se trata de un paseo agradable. Tener precaución en los acantilados con los más pequeños.
Y uso la primera persona del plural, nosotros, porque hoy tengo la suerte de ir acompañado de la gran escritora de Getxo, Haizea López que nos lleva a descubrir su patio de recreo que no es otro que esté espectacular rincón de la costa vizcaina. Además, tiene el extra que dos de sus más famosas novelas, la saga Los crímenes de Getxo, están ambientadas en la zona.
Partimos por lo tanto del molino y ponemos, por el paseo, dirección al norte, a Punta Galea. El trayecto es cómodo, en línea recta, la cual rompemos alguna vez para poder observar toda la línea de costa al otro lado de la desembocadura del Nervión. Allí encima de ella se sitúa Santurtzi, el super puerto y más arriba el Serantes y Punta Lucero. Detrás, gracias a la claridad del día, podemos ver Argalario, Ganekogorta, Pagasarri e incluso Eretza.
Menudo mirador nos hemos buscado y debido a lo impresionante de todo los que nuestros ojos nos abarcan nos tomamos nuestro debido tiempo para poder observar estás maravillas. Me comenta Haizea y no puedo estar más de acuerdo que no somos conscientes de lo afortunados que somos por disfrutar de esta tierra tan a menudo, sea con sol como hoy o incluso con lluvia. A ella le encanta y tan solo hay que leer un poco de sus libros para ver la relación tan estrecha que tiene con este fenómeno natural tan de nuestra tierra.
Pasando Punta Galea bajamos un poco, siempre por el paseo que va serpenteando y respetando cada acantilado y bosque para ir acercándonos a Azkorri. Justo aquí a la derecha se encuentra el hangar donde viven Iker y Maitane, los protagonistas de sus novelas. Antes según me comenta Haizea también hemos pasado por otro punto importante de su segunda novela, pero, aunque me desvela donde y lo que sucede allí, yo no voy a revelarlo para que las personas que lo deseen lo averigüen en sus libros.
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Al acercarnos a Azkorri las vistas no pueden ser mejores. Unimos el azul intenso de un cielo sin nubes con el gris blanquecino de las rocas costeras de la playa. Si a eso le unimos el verde típico de la vegetación con su color magnificado por las últimas lluvias hacen que el caminar por este paseo cobre un color especial. Encima a lo lejos divisamos las primeras vistas de las playas de Sopelana, las dos, ya que disponemos de una mirada privilegiada desde las alturas.
Ya en el parking de la playa de la salvaje de Sopelana, lugar especial de Haizea y mío ya que venía mucho de pequeño giramos casi 180 grados para después de un breve caminar por el asfalto llegar al bosque de Azkorri. Aquí los dos nos lo tomamos con pausa tanto para deleitarnos con este trozo de naturaleza casi virgen como para poder seguir erguidos y no dar con nuestras posaderas en el suelo. El barro debido a las últimas lluvias ha dejado el terreno un poco resbaladizo. Eso no es impedimento para que recorramos buena parte del mismo dando cierto rodeo de forma voluntaria.
Es como estar en otro terreno, hemos pasado de la amplitud del cielo, los acantilados, las playas, al cielo cerrado por las ramas de los árboles, la sombra, el musgo, y como no los senderos angostos que nos llevan cerca del parking de Azkorri. En este tramo tenemos dos opciones, o volver por nuestros pasos, por el camino pegado a la costa, o el que elegimos con muy buen criterio por parte de Haizea.
Ella me invita a recorrer y conocer las “estradas” de la zona. Realmente no son más que zonas de terreno verde con casas, caseríos y naves de un ambiente mucho más rural. Otra vez que cambiamos de terreno. Vamos transitando por las “estradas” mientras pasamos huertas, caballos pastando, caseríos de una o dos plantas donde se ve a los lugareños con las faenas del día a día. Se respira tranquilidad y sosiego, lo cual no resulta del todo curioso, ya que nos encontramos a escasos kilómetros de la bulliciosa Algorta, Getxo y el Puerto Viejo.
Atravesamos una y otra para finalmente terminar desembocando en el paseo que de inicio nos llevó a Punta Galea. Y de ahí al molino de Aixerrota donde termina nuestra aventura del día. Como no desde estas líneas dar las gracias a la simpatiquísima y cercana Haizea López por darnos a conocer su patio de recreo. Al final una ruta sencilla pero no exenta de curiosidades y espectacularidad. Recorremos acantilados, bosques, zonas rurales y urbanas, casi igual que cuando llevamos a nuestras manos alguno de los libros que ha escrito nuestra anfitriona. Por una parte, o por otra, o mejor por las dos, leyendo y caminando, no podemos perdernos este paraíso llamado Getxo.
PLANES ALTERNATIVOS
Vamos a recomendar un par de planes extras con los que podemos completar nuestra jornada de excursión:
· Conocer el puente colgante: también llamado ahora Puente Bizkaia está considerado patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Nace de la necesidad de unir ambas orillas sin tener que cerrar el paso marítimo. Podemos cruzar entre ambas orillas, bien de Getxo a Portugalete o viceversa por tan solo 50 céntimos, pero también está la posibilidad de subir a la pasarela superior y conocer más de esta impresionante estructura por medio de una visita que dispone de una audio-guía la cual nos permite conocer mejor sus entrañas. Mas info en www.puente-colgante.com
· Recorrer el paseo de las grandes villas: partiendo del puente colgante y por el muelle de Churruca se desarrolla este paseo que llega hasta la misma playa de Ereaga. A lo largo del mismo, construido al borde del mar, se alzan algunos de los edificios más representativos de la arquitectura palaciega de Getxo. Joyas arquitectónicas del siglo XIX y principios del XX que representan la época dorada de Getxo. Entre ellos destaca el Palacio Lezama – Leguizamón, del siglo XVIII. Siguiendo los paneles interpretativos situados en el transcurrir del paseo se pueden reconocer estos estilos, la arquitectura de tradición inglesa, el regionalismo y el eclecticismo presentes en estos edificios. Al final, tras pasar por el Marítimo, donde podemos comer en su exclusivo restaurante llegamos a la playa de Ereaga y su casa de náufragos, que, a día de hoy, haciendo honor a su nombre alberga a la Cruz Roja del mar.
Recomendable cualquier lugar en Getxo para reponer fuerzas, pero por encanto y tradición lo mejor es hacerlo en alguno de los lugares típicos del Puerto Viejo de Algorta.