El Bilbao Athletic se ha convertido en una verdadera patata caliente para la Junta Directiva que preside Jon Uriarte. La malísima situación del filial rojiblanco, colista del grupo II de Primera RFEF, no ha dejado de generar dolores de cabeza en Ibaigane y en la cúpula de Lezama, conscientes de que las apuestas de Bingen Arostegi, primero, y de Álex Pallarés, después, para liderar la nave de las cachorros han hecho agua por todos los costados, sendos fiascos que han desembocado en el deterioro de un equipo que no solo no levanta cabeza, sino que cada jornada que pasa ofrece un ejercicio de impotencia a la hora de sacar resultados y que deja ojiplático al entorno athleticzale, que en su mayoría valora el recorrido del filial por las estadísticas a la falta del conocimiento del trabajo que se realiza puertas adentro y, sobre todo, en la persona del preparador catalán, que parece tener fecha de caducidad en su actual cargo, porque la intención de la entidad no es precisamente su continuidad más allá del final de la presente temporada, que expira el próximo 28 de mayo.
La dirección deportiva que encabeza Mikel González no ha tomado medidas drásticas y tampoco maneja a día de hoy tomarlas en fechas venideras en lo referente a Pallarés, pese al enésimo fiasco del pasado domingo, con la derrota en Palma ante el Atlético Baleares –uno de sus rivales directos–, y la cada vez más utópica salvación, que dista a once puntos cuando solo restan 27 por disputarse y con el average particular perdido con el conjunto balear que marca la permanencia.
La Junta Directiva tiene previsto reunirse a lo largo de este semana, pero el asunto del filial y de su técnico, apuesta personal de Sergio Navarro –número 2 de Lezama–, no están en principio sobre la mesa, aunque si emergerá un análisis, incluso un debate, sobre el Bilbao Athletic, si bien no se espera, salvo cambio radical en la idea inicial, el despido del entrenador. Así y todo, en la factoría rojiblanca asumen que el descenso a Segunda RFEF de los cachorros es prácticamente inevitable, que la herencia recibida no ha sido la más idónea en cuanto a planificación y a cierta política de renovaciones, que se ha fallado en determinados matices y que el foco está puesto en corregir defectos y acertar en el diseño del proyecto para el próximo curso, que requerirá de una revolución en cuanto al plantel, así como una modificación en criterios puntuales.