HAY un hecho que no admite discusión posible y es que el Surne Bilbao Basket cosechó el domingo en Manresa su cuarta derrota en lo que va de temporada en otros tantos encuentros disputados lejos de Miribilla. A partir de ahí, llegan las interpretaciones y en ellas, como dice el refrán, todo depende del color del cristal con que se mire. Los que opten por ver el vaso medio lleno pondrán sobre la mesa el notable mérito que tiene que los hombres de negro hayan estado en todas estas citas vivos hasta prácticamente el final y en disposición de haber cosechado algún éxito. Por contra, los que lo vean medio vacío esgrimirán que no haber sumado ninguna victoria habiendo estado tan cerca en el luminoso en las cuatro citas supone dejar pasar oportunidades que puede que sean motivo de lamento en el futuro.
Y es que como ya hizo anteriormente en Badalona, Tenerife o Murcia, el equipo de Álex Mumbrú se las ingenió ante los de Pedro Martínez para fabricar por méritos propios un final ajustado pese a que su desventaja llegó a ser de quince puntos en el tercer cuarto (61-46). En sus cuatro compromisos a domicilio del presente curso, el conjunto vizcaino ha llegado a los tres minutos finales con desventajas de cinco o menos puntos y en dos de ellos ha tenido incluso bola para empatar o para ponerse por delante con el choque ya en sus 60 segundos finales. En todos ellos le ha faltado el último golpe de riñón en forma de mayor templanza o mejor toma de decisiones, ya que han sido sus propios fallos los que han dado alas a sus rivales en esos momentos calientes que, por contra, sí que ha sabido resolver a su favor en el Bilbao Arena, con el apoyo de su público, ante el Urbas Fuenlabrada y el Hereda San Pablo Burgos en situaciones no demasiado diferentes.
En la jornada inaugural, con menos de un minuto en el reloj y 81-79, el Surne Bilbao Basket tuvo ante el Joventut posesión para igualar el partido o pasar a controlarlo, pero un balón perdido de Valentin Bigote y un fallo defensivo en la siguiente acción permitiendo un triple liberado de Joel Parra acabaron con cualquier opción. En la cancha del Lenovo Tenerife –tercera jornada–, con 84-79 a minuto y medio del final tras triple de Andrew Goudelock, Regimantas Miniotas falló dos tiros libres y en la siguiente jugada local Sasu Salin enchufó desde la línea de 6,75 abriendo ya una brecha que no tuvo remedio. Posteriormente, en la visita a los de Sito Alonso, el Surne Bilbao Basket ganaba por 83-84 a dos minutos y medio del final pero Nemanja Radovic puso por delante a los suyos con un triple. A partir de ahí, los de Mumbrú tuvieron hasta cuatro acciones que no aprovecharon para recuperar el mando de la situación (triples fallados por Gytis Masiulis y Goudelock y una canasta de dos puntos y otros tantos tiros libres de Ángel Delgado que no encontraron red) antes de que Isaiah Taylor sentenciara con otra bomba lejana a 40 segundos de la última bocina. Y el domingo en el Nou Congost, la antideportiva de Elias Valtonen sobre Bigote colocó a dos minutos y medio del final un 82-77 con bola bilbaina después de que el alero francés metiese sus dos tiros libres. Pero una pérdida de Goudelock frenó a los visitantes antes de que en la siguiente jugada Dani Pérez sentenciara para los anfitriones con un triple tras rebote ofensivo de Ismael Bako.
Y ahora, visita al Real Madrid
Haber sido capaz de llegar a finales tan apretados en canchas de equipos que han protagonizado notables arranques de temporada (Joventut es 4º, UCAM Murcia 5º, Lenovo Tenerife 6º y Baxi Manresa 9º) habla muy bien de la competitividad y capacidad de resistencia del grupo, pero es una lástima no haber podido aprovechar ninguna de las oportunidades para engordar el casillero de victorias. Por el momento, al conjunto vizcaino le falta fuera de casa la compostura, templanza y acierto que sí ha mostrado en los momentos de la verdad cuando ha contado con el apoyo de su afición. Y el próximo domingo (20.00 horas) tendrá otro durísimo examen lejos de Miribilla con la visita al Real Madrid, segundo clasificado con solo un partido perdido.