SE ha llegado a un punto en el que parece imposible que el Surne Bilbao Basket pierda un partido. De hecho, no lo hace desde el 11 de diciembre cuando cedió en el derbi ante el Baskonia en el Buesa Arena. Contra rivales de todo tipo, en casa y fuera, los hombres de negro se han acostumbrado a ganar y surfean una ola que les ha llevado ya muy cerca de la permanencia. Son ya nueve victorias, una cifra que la pasada temporada no alcanzó hasta el 18 de mayo y después de 34 partidos disputados. Es normal que los seguidores del Bilbao Basket se pregunten donde está el techo del equipo ahora mismo.
Las llamadas a la prudencia que salen desde el vestuario están condicionadas por la situación de provisionalidad que ha provocado el covid, pero el Bilbao Basket ha encontrado un funcionamiento que le hace inmune a las ausencias, al menos ante rivales de similar potencial, que en la Liga Endesa son la mayoría. Incluso, este Unicaja que ha perdido el brillo pasado, pero tiene jugadores de mucha calidad en ataque. Sin embargo, el conjunto vizcaino, sin el confinado Valentin Bigote y con una versión gris de Andrew Goudelock, lastrado por sus molestias musculares, logró manejar el partido con cierta suficiencia, apoyado en la superioridad de su juego interior. Quién lo habría dicho a principio de temporada.
El Surne Bilbao Basket - Unicaja, en imágenes. Fotos: Borja Guerrero
Ángel Delgado, Jeff Withey y Damien Inglis formaron ayer domingo un trío demoledor Entre los tres acumularon 42 puntos y 27 rebotesdestacó Inglis, que ha rescatado para la pizarra de Álex Mumbrú un recurso que parecía desterrado del baloncesto.Porque con su llegada el Bilbao Basket ha ganado en versatilidad en defensa. Ayer domingo los vizcainos volvieron a desplegar esos cambios continuos en los bloqueos directos que eran más que necesarios ante un rival que hace del uno contra uno y del tiro tras bote su razón de ser en ataque. Inglis es capaz de aguantar a jugadores más pequeños, lo mismo que Gytis Masiulis, que sin lucir tanto como sus compañeros se hace valer en esta suerte porque no cae en los engaños y molesta muchos tiros por su envergadura. Además, el Bilbao Basket no defiende igual con Delgado o con Withey en cancha. Con el portorriqueño, es más agresivo en los bloqueos directos lejos del aro, lo que obliga al máximo reboteador de la liga a un esfuerzo extraordinario. Con el estadounidense, se protege más el aro, se genera un pasillo que conduce a los exteriores hacia el interior de la zona. Abromaitis castigó con sus triples algunas ayudas largas, pero el Bilbao Basket logró ajustar y el ataque del Unicaja quedó reducido a acciones individuales. En definitiva, el equipo funciona, disfruta y hace disfrutar, de momento solo a la mitad de Miribilla.
las reacciones
"EL OBJETIVO SIGUE SIENDO EL MISMO"
Álex Mumbrú. "El objetivo del inicio de temporada sigue siendo el mismo. Más que nunca vamos en el día a día. Llevamos una buena racha, pero cuando no pensemos así podemos también coger una negativa. Lo importante era ganar. Sabemos que la liga es así con el covid y es importante estar concentrados en cada partido. Ellos también han tenido la baja de Eric que les retaba contundencia y la hemos aprovechado. En los últimos minutos el público ha estado muy bien, es importante sentir ese calor en casa".
Fotis Katsikaris. "El equipo quería, no tengo queja, pero era difícil mantener el equilibrio contra un equipo mucho más físico que esta en el mejor momento de la temporada. Cuando pierdes no hay confianza y hay mucha presión porque es un club con exigencia. Es otro reto porque no es la primera vez que me pasa algo así".