Al calor de las castañas en el Casco Viejo de Pamplona

Entre los veranillos de San Miguel y San Martín se ha colado un veranazo. Los termómetros le niegan al otoño su realidad y octubre va a echar el cierre con fiebre, demasiado templado. Contrasta con la llegada a la ciudad de un gremio que anuncia y vive del frío. En Merindades, Estafeta y Comedias han comenzado la temporada Miguel, Josemi y Andoni. Al calor de las castañas. 

“No es habitual, pero desde que se retrasó el cambio de hora al último fin de semana de octubre, este mes siempre ha sido más cálido de lo que estábamos acostumbrados. Hay una hora más de luz y se nota. Ahora, los 30 grados de estos días de atrás no los había conocido para nada”, reconoce Miguel Martínez Chocarro, desde 1990 fijo de lunes a domingo en Merindades. ¿Y ya se venden castañas así? “Muy pocas. Pero tienes que estar porque así el día que hace frío la gente sabe que estás”, dice.

A menos de un kilómetro de distancia, su hermano Andoni echa las tardes de viernes, sábados, puentes y festivos en la calle Comedias. No recuerda si hizo calor o frío en abril del año pasado, pero el tiempo entre octubre y enero, campaña de castañas, “mentalmente lo tengo registrado”. Y octubre “los últimos años ya viene siendo muy bueno. Es cierto que este año la continuidad de los días buenos está siendo superior de largo. Ya están los meteorólogos para hacer las estadísticas, pero ha habido dos días con un poco de viento, cuatro gotas y dos tormentas. No ha habido más. Y los últimos años en octubre el buen tiempo era esporádico en alguna semana concreta, no tan constante”. Como las castañas vienen de serie con abrigo, bufanda y “viento norte”, el negocio se resiente. “Por la novedad los primeros días vendes algo cuando oscurece, y ahora lógicamente en el continuo notamos que se vende bastante menos, porque no hace fresco”.

A José Miguel López, castañero en Estafeta desde hace 41 años, la experiencia le dice que “no hay que asustarse” con este tiempo. Recuerda dibujos antiguos de castañeras en bañador y dice que “desentona porque no corresponde, pero en realidad sí corresponde”. A él le ha tocado trabajar “hasta con 30 grados”, y asegura que “todos los años por estas fechas” el tiempo es similar. Sobre todo cuando la castaña “empieza a caer, que suele ser el 29 de septiembre por San Miguel. La castaña sanmiguela”. Pese a las temperaturas, el cliente se acerca a este fruto “bien por la novedad o porque hay gente a la que le gustan las castañas. Y menos mal, porque si no no estaría aquí”. Claro que “lo lógico es que cuando hace fresco apetece un poquico más arroparte a las castañas y al hecho de compartir algo caliente”.