Cerca de medio centenar de personas han muerto este jueves como consecuencia de un nuevo ataque ruso sobre la ciudad de Kupiansk, en la región ucraniana de Járkov. "Un crimen brutal", ha lamentado el presidente, Volodimir Zelenski.
De acuerdo con el presidente ucraniano al menos 48 personas han muerto, aunque el jefe de la Oficina de la Presidencia, Andrei Yermak, ha elevado a 49 el número de víctimas mortales, entre ellos un niño de 6 años.
El gobernador de Járkov, Oleg Sinegubov, ha informado de que el ataque se ha producido alrededor de las 13.15, hora local, cayendo sobre una cafetería y una tienda de comestibles situada en la pequeña localidad de Groza, que pertenece al distrito de Kupiansk.
"El enemigo cometió otro crimen de guerra en la región de Járkov. (...) Había muchos civiles", ha lamentado Sinegubov, quien ha destacado que se haya podido rescatar con vida a seis personas, entre ellas un menor de edad.
Acto terrorista
Por su parte, Zelenski ha calificado el ataque de "acto de terrorismo completamente deliberado" y ha tildado de "criminales" a todos aquellos que ayudan a Rusia a eludir las sanciones. "Todos los que hasta ahora apoyan a Rusia, apoyan el mal. Rusia necesita este y otros ataques terroristas similares para hacer de su agresión genocida la nueva norma para todo el mundo", ha denunciado.
"Agradezco a cada líder, a cada nación que nos apoya en la protección de la vida", ha señalado el presidente ucraniano, quien ha mandado su pésame a los familiares de los fallecidos y los heridos.
Zelenski ha aprovechado para recordar que este jueves se encuentra reunido con los líderes europeos en la cumbre que está teniendo lugar en Granada, España, para, entre otras cuestiones, para remarcar la necesidad de Ucrania de seguir siendo apoyada armamentística por parte de sus socios.
Así, ha insistido en que Ucrania necesita fortalecer su defensa aérea, a sus Fuerzas Armadas y a todo su terrorismo y ha subrayado que es "absolutamente justo" que esta agresión sea "respondida" y que lo harán "poderosamente".