Las caras de los jugadores y del cuerpo técnico del Helvetia este sábado, firmando pósteres a los aficionados tras el partido, lo decían todo. Eran el rostro de la felicidad. De la tranquilidad, también. Y de la confianza, por qué no, de ver cómo el trabajo ha dado por fin sus frutos. Después de una temporada irregular, con bache de resultados incluido, Anaitasuna ha cerrado la primera vuelta y el año con una solvente victoria ante el TM Benidorm por 33-23, en un partido en el que volvió a exhibir una gran fortaleza defensiva ante el arriesgado juego desplegado por los alicantinos.
El equipo navarro encadenó su tercer triunfo tras ganar anteriormente al BM Logroño La Rioja y al Guadalajara. Lo hizo, además, dejando muy buenas sensaciones ante un rival inmerso también en competición europea y al que quizás se le ha hecho demasiado pesado este final de año.
Asentado muy bien atrás, y armado de paciencia, el Helvetia supo noquear la propuesta de un Benidorm empeñado en atacar con siete jugadores desde el inicio. La solidez defensiva con la que hizo frente pronto se reflejó también arriba, llevando la iniciativa en el marcador (6-3, m.8). Pese a ello, Fernando Latorre no varió su idea e incluso introdujo al lateral Pablo Vainstein en el pivote, acompañando en esta labor a Iker Serrano. Aunque ello supuso reducir diferencias al principio, los navarros siguieron respondiendo en la retaguardia. Las recuperaciones defensivas se tornaron en goles a puerta vacía obra sobre todo de Álvaro Gastón y en la faceta ofensiva Xavi Castro y Bazán también se mostraban enchufados. El 5/0 de parcial propició que Anaitasuna abriese una brecha considerable de siete goles (13-6, m,19), a la que el Benidorm le costaba hacer frente.
La efectividad goleadora de Ramiro Martínez, sobre todo desde los siete metros, hacía que los alicantinos no se descolgasen de manera significativa y la entrada de Samuel Ibáñez en la portería, en detrimento de Roberto Rodríguez, ayudó también en parte.
Con todo, el Benidorm se empeñaba en no cambiar de táctica y los goles a puerta vacía, con Elustondo también como protagonista, hicieron que el equipo de Quique Domínguez se fuese al descanso con un esperanzador 18-11.
Todo apuntaba a que, de mantenerse el trabajo defensivo navarro, el partido tenía visos de acabar con una alegría. El técnico del conjunto alicantino rizó el rizo nada más iniciarse la segunda mitad, introduciendo junto a Serrano y Vainstein un tercer pivote, Soljic. El Helvetia respondió colocando la renta máxima del partido hasta entonces, nueve goles, gracias a un gol de Chocarro desde los siete metros (21-12, m.36).
El parcial de 3/1 que obtuvo el conjunto navarro obligó a Fernando Latorre a parar el partido y a replantearse el juego que había desplegado hasta entonces. La diferencia en el electrónico ya era considerable y Anaitasuna no tenía visos de aflojar.
Sempere e Iván Rodríguez intentaron acortar distancias, pero el Helvetia tiraba de oficio y de la confianza otorgada por los últimos resultados. Bazán se mostraba tan sólido en defensa como efectivo en el ataque, al igual que Edu Fernández. Cancio respondía bajo los palos. Además, una de las alegrías con las que se ha encontrado el conjunto navarro en este tramo final es Xavi Castro, que poco a poco está recuperando su mejor versión tras la lesión que le apartó en el arranque y se está mostrando determinante en la faceta ofensiva.
Conforme transcurrían los minutos, parecía imposible que se le fuese el partido a un Helvetia que ha acabado despertando tras un largo letargo. El Benidorm, herido de muerte, poco pudo hacer ante las recuperaciones defensivas de los locales en el tramo final, que se acabaron convirtiendo en goles con la firma de Martín Ganuza o del canterano Pablo Itoiz, que salió en los minutos finales junto a Ernesto Goñi.
Al final, triunfo por 33-23. Tercera victoria consecutiva. Vacaciones de por medio y muy buenas sensaciones de cara a una segunda vuelta para la que habrá que esperar al mes de febrero.
DOMÍNGUEZ: "HEMOS TENIDO LA PACIENCIA QUE REQUERÍA EL PARTIDO"
Quique Domínguez se mostraba “muy contento” por la racha de tres triunfos de su equipo en este tramo final. El técnico gallego recordó las “semanas duras y difíciles, con poca sonrisa” que había atravesado el equipo, pero que ahora están olvidadas. Respecto a la victoria de ante el Benidorm, aseguró que “aunque hayamos ganado por diez, siempre estás muy incómodo todo el partido, obligándote el rival a hacer defensas eternas y con poco balón mucho rato. Pero hemos tenido la paciencia que requería el choque, esa dureza mental, hemos recuperado balones atrás y hemos anotado muchos goles sin portero”, analizó.