Sin tiempo para lamerse las heridas porque su calendario programa para este miércoles otro exigente encuentro –visita al Unicaja a partir de las 20.30 horas–, el Surne Bilbao Basket trata de digerir lo ocurrido en el derbi vasco del domingo ante el Bitci Baskonia. El conjunto vizcaino desapareció del choque en el segundo acto y ni siquiera fue capaz de inquietar mínimamente al rival, ofreciendo una preocupante imagen de falta de intensidad, de bajar los brazos antes de tiempo, acompañada por una llamativa ausencia de peligro en ataque, con Andrew Goudelock como única excepción al guion plano y previsible que ofrecieron los hombres de negro en su búsqueda del aro rival.
Si algo está saliendo a la luz en las últimas jornadas es que los de Álex Mumbrú presentan desde la reanudación de la competición tras el parón de la Copa una preocupante falta de pólvora en ataque, concentrada sobre todo en su rotación exterior. Este déficit en el juego coincide con la marcha del equipo por voluntad propia de Valentin Bigote y los problemas físicos de Ludde Hakanson, que le han hecho perderse dos de los últimos partidos y jugar mermado el resto. El conjunto vizcaino ha perdido tres de estos últimos cuatro encuentros y en ellos ha facturado tres de los cinco peores anotaciones del curso: 71 puntos ante el Joventut, 72 en Andorra y 62 frente al Baskonia –el triunfo en Lugo (86-94) fue un oasis en el desierto con los mejores porcentajes en triples (58%) y tiros libres (80%) de la temporada–.
Puntuaciones tan bajas en los hombres de negro no se veían desde las derrotas frente al Barça –3 de octubre– y el Real Madrid –7 de noviembre–, con 68 y 61 respectivamente. De hecho, en las diez contiendas previas al parón de febrero solo en una se bajó de los 80 puntos anotados. Y se ganó (74-71 contra el Andorra).
JUGADORES DE OTRO PERFIL
Sin Bigote y con Hakanson más fuera que dentro del equipo por las lesiones –antes de anunciarse su rotura fibrilar en el glúteo ya jugó muy tocado contra el Joventut tras su periplo con Suecia y este domingo forzó para estar en pista–, el Surne Bilbao Basket se ha quedado con Goudelock como único ejecutor dentro de su batería exterior. Solo el estadounidense entra dentro de ese perfil de jugador capaz de generarse puntos por sí mismo, de desatascar al equipo cuando falta fluidez y asumir lanzamientos comprometidos en momentos difíciles. De hecho, está brillando en esa faceta del juego, pero le falta acompañamiento y, por tanto, le sobra vigilancia por parte de los rivales.
En ese sentido, quizás no se le dio la importancia merecida a la marcha del equipo del alero francés. Dicho de otra manera, al ser un tipo de jugador frío en la cancha y que mezclaba momentos notables con otros de concatenación de errores puede que se minusvalorara su trascendencia en el buen hacer del colectivo. Hasta la dolorosa derrota tras dos prórrogas en Burgos previa al parón, en la que apenas jugó porque estaba ya más fuera que dentro del equipo, Bigote era el jugador más utilizado por Mumbrú (24 minutos por cita), el segundo mejor anotador (12 puntos de media) y no fueron pocos los partidos en los que fue el responsable de jugarse tiros decisivos o protagonizó rachas de triples que facilitaron victorias.
Desde su marcha hace ya más de un mes, el club no ha dejado de rastrear el mercado pero sin encontrar un sustituto que entre en sus parámetros deportivos y económicos. Su ausencia y no poder contar con el Hakanson de los meses anteriores ha dañado el andamiaje anotador del equipo porque el resto de jugadores de la batería exterior presentan un perfil muy diferente.
Álex Reyes ayuda como triplista saliendo del banquillo, pero la posición de tres ha quedado muy floja porque David Walker sigue timorato a la hora de asumir galones y llega a evitar tiros claros, Stefan Peno y Tomeu Rigo son especialistas defensivos y ni Jonathan Rousselle ni Rafa Luz tienen como principal virtud desde el puesto de base su capacidad para generar puntos con sostenibilidad. En las tres últimas derrotas, ninguno de los siete acompañantes de Goudelock en la rotación exterior ha llegado a los diez puntos. Entre todos ellos anotaron 30 contra el Joventut, 18 en Andorra y 21 frente al Baskonia. Escasísima pólvora para un equipo que tampoco tiene en la defensa su gran poder.