En medio del torbellino de emociones que supone el haber ganado “tres Goyas lobito”, Alauda Ruiz de Azúa no oculta su felicidad por lo que el destino ha deparado a su ópera prima. “Cinco lobitos ha conseguido conectar con los espectadores y con la crítica. A ver si seguimos por ahí”, afirma la cineasta vizcaina que ayer cerró un ciclo con una película de corte intimista que hace un año emprendió su carrera estrenándose en la sección Panoramas de la Berlinale. En los premios de la Academia española, el filme, que cuestiona la romantización de la maternidad, exponiéndola sin edulcorantes, le ha valido el galardón a mejor dirección novel. Además, ha premiado el tour de force interpretativo realizado por Susi Sánchez y Laia Costa, madre e hija en la ficción. La directora ha revalidado, así, dos de los galardones que ya había apuntalado en los Premios Feroz.
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En el AVE que discurre entre Sevilla y Madrid, la cineasta vizcaina explica en conversación telefónica lo turbadoras que están siendo las últimas horas con una película que ha hecho que la crítica y los espectadores converjan, algo que no siempre ocurre. “Me da mucha esperanza para pensar que hay un tipo de cine más intimista y pequeño, basado en historias más cotidianas que puede tener un sitio, no solo un público, a nivel de reconocimiento”, considera Ruiz de Azúa, que ha vivido, por primera vez, la gala desde la trastienda. “Cuando estás ahí dentro hay más tensión, más nervios. Desde casa es más divertido”, confiesa.
Durante una gala en la que As bestas brilló de manera particular, obteniendo nueve de los 17 premios a los que aspiraba, todos los asistentes coincidieron en destacar lo “excepcional” del último año cinematográfico. “La presencia de cine español en festivales internacionales ha sido increíble. Carla Simón ganó el Oso de Oro en Berlín, lo que es un hito histórico”, argumenta la directora vizcaina. “Aparte de eso se han hecho muchas cosas muy pioneras. Irati ha roto muchos esquemas en el ámbito de la fantasía; Carlota Pereda ha dado una vuelta al género con Cerdita”, apostilla Ruiz de Azúa, quien subraya las “diferentes voces y miradas” propuestas por directores como Rodrigo Sorogoyen, Carla Simón, Carlota Pereda, Elena López Riera o ella misma.
LO AZAROSO DE LOS PREMIOS
Después de que los cuatro protagonistas de su película obtuvieran una nominación en diferentes categorías, el reconocimiento a la calidad interpretativa del largometraje –cuyos exteriores se rodaron entre Mundaka y Bakio en 2021–, era evidente. “Es una película que se basa mucho en el trabajo de los actores, en la relación que hay entre los personajes”, señala Ruiz de Azúa, muy orgullosa del trabajo de las actrices premiadas, pero también del de Mikel Bustamante y Ramón Barea. “Nos hacía muchísima ilusión ese Goya, pero es verdad que los premios son extraños”, responde respecto al cabezón que el actor de As bestas, Luis Zahera, arrebató al intérprete bilbaino. “Es muy difícil comparar películas tan distintas. Tampoco sabes si al final una ganadora se decide por un voto o tres votos. Hay muchos factores”, alega sobre lo azarosos que resultan, a menudo, los premios.
De lo que no le cabe duda a Alauda Ruiz de Azúa es de que ha sido un año “de muy buen cine”, algo que se ha reconocido. Menos certezas demuestra sobre por qué Alcarràs, que partía con once nominaciones –las mismas que Cinco lobitos–, se fue de vacío. “Cada uno vota en su casa, es difícil saber por qué ha pasado. Carla Simón consiguió algo histórico y a mí, personalmente, me llena de mucha esperanza, porque lo consiguió con una película muy anclada en lo cotidiano, en lo íntimo de la familia”, afirma la cineasta, que también se posiciona en relación al discurso realizado por Susi Sánchez, quien reivindicó que aún queda mucho camino para que el cine realizado por mujeres llegue al sitio que le corresponde. “Nuestra industria es un reflejo de lo que ocurre en la sociedad, todavía hay muchas inercias patriarcales, estructurales. Está bien se consciente de eso, no tanto para acusar a nadie, sino para intentar cambiar esas mecánicas”, considera la cineasta vizcaina al respecto.
UNA NECESIDAD DE NARRAR
Ruiz de Azua, por su parte, tuvo un sentido agradecimiento a su familia durante su discurso. Además de dedicar al premio a mejor directora novel a su pareja y a su hijo, recordó a sus padres. “En mi familia nadie se dedica al tema del cine ni a la cultura. Pero mi hermana y yo nos criamos en el amor a la cultura, a la lectura y a la música, disfrutando de ir al cine o al teatro. Me apetecía poner eso en valor, es importante generar esos vínculos con la cultura, que nos llena, nos divierte, e incluso nos hace ser capaces de gestionar mejor algunas emociones”, admite la cineasta, quien cuando echa la mirada atrás observa que la fascinación que le provoca el cine, “la necesidad de contar historias”, le viene de ese ambiente, “en el que había mucho amor por lo cultural”.
De esa inquietud sobre narrar lo que ocurre alrededor nace Cinco lobitos, una película que aporta otro punto de vista sobre la maternidad. “Cuando no encuentras un relato que te representa, de alguna manera la necesidad más lógica es generarlo tú. Hay una generación de mujeres, y también hombres, que necesitan crear nuevos relatos y cuestionarse cosas que han heredado y o no están cómodos con ellas o quieren explorarlas desde otros sitios. A nivel generacional nos ocurre. Uno de esos temas es la maternidad”, concluye la directora, que ya está redactando, a ratos, el que “ojalá” será el segundo largometraje que escriba y dirija. “La idea sería repetir con el equipo de productoras de Cinco lobitos. Estoy cocinando a fuego lento. Cuando termine la temporada de premios me pondré a ello”, adelanta.