Buenas noticias para la pelota alavesa. Excelentes. Y es que en menos de mes y medio el territorio contará con un nuevo pelotari profesional. El amurrioarra Iker Larrazabal ya no estará solo en la élite. En unas semanas otro ayalés le acompañará en la máxima categoría de la pelota tras la irrupción de Arkaitz Eskuza (Laudio, 8-11-2004).
El laudioarra ha cumplido los pronósticos que hace ya tiempo auguraban su presencia con los mejores y esta misma tarde su empresa Aspe ha confirmado su llegada al campo profesional.
El zaguero de Llodio debutará el próximo 6 de enero en el Astelena de Eibar. Un perfecto regalo de Reyes. Eskuza se codeará con los mejores al igual que ya está haciendo Larrazabal y como en años anteriores hicieron otros pelotaris provinciales como Iñigo Nalda o Aitor Pinedo. Otro alavés en el campo profesional. Con un futuro más que prometedor por delante.
Y es que hay que tener en cuenta que el pelotari provincial ha dado el salto al profesionalismo con tan solo 18 años. Una joya por pulir. Un diamante en bruto como ya se preveía desde las categorías inferiores. Buena prueba de ello es que hace dos años su nombre ya sonaba con fuerza para alcanzar la élite en un breve espacio de tiempo. Así ha sido. Un talento precoz que a partir del próximo año se medirá a las estrellas de este deporte.
La ansiada meta a una trayectoria modélica. Un camino pausado y sin estridencias. Así ha sido la carrera del zaguero de Llodio. Siempre con los pies en el suelo. Sin hacerse castillos en el aire. Y es que tal y como señaló en un reportaje a este diario a Ramón Urbina su llegada al campo profesional no le quitaba el sueño. "Eso me preocupa cero", dijo hace algo más de un año. En esos momentos, Eskuza tan solo pensaba en “disfrutar, jugar bien y ganar torneos”.
Eso ha hecho durante este tiempo. Sus buenas maneras en las canchas y sus triunfos le han llevado a la élite. Sin hacer ruido. Eskuza habla en la cancha y durante este año lo ha hecho alto y claro.
El nuevo pelotari profesional alavés cuenta con una buena defensa y más que aceptable volea. Un zaguero pegador “que sabe bajar bien la pelota”, tal y como él mismo define sobre su juego. Un juego que aún debe evolucionar. Eskuza es consciente de sus carencias y asume que tiene pendiente de mejorar con la izquierda.
“ ”
Los que le conocen confían en que lo hará. Por intentarlo no va a quedar. Buena prueba de ello es que Arkaitz asume que sólo el trabajo diario y “ser humilde y tranquilo” le llevarán donde se lo proponga. “Me gustaría parecerme a Zabaleta”, apuntó hace meses refiriéndose a su jugador favorito, aunque también admira a Ezkurdia y a Altuna, dos delanteros muy diferentes entre sí.
En ello está. Así lo apuntan los que le conocen bien. “El chaval sólo piensa en entrenar y aprender, fajarse con los mejores y ganar partidos”, cuenta Humberto Alzaga, su entrenador en Herriaren. Su maestro ha visto su explosión en estos últimos años. “Ha evolucionado mucho y bien en lo físico y en lo técnico”, añade el técnico de Herriaren. A todo ello, suma otro factor que sin duda ha contribuido de manera positiva para que Aspe decidiera firmar hace más de un año un precontrato con el chaval de Laudio: el apoyo familiar y de su club. Un entorno propicio para evitar distracciones.
Un chaval con los pies en el suelo y con carácter tal y como confirma el propio Alzaga. “Es un poco cabeza cuadrada, muy alemán en asuntos de pelota. Cuando no le salen las cosas o descubre alguna carencia en su juego, no para hasta superarlo y, entonces sí, se queda tranquilo”, concluye el que ha sido su entrenador en Herriaren desde que llegara cumplidos los seis, a rebufo de su hermano Unai, procedente de la ikastola del pueblo donde Asier Pagaza les había iniciado en el juego.
Un juego. Así empezó todo hace 12 años y ahora es profesional. En este camino su palmarés no ha hecho más que engordar. Títulos del provincial, campeón de Bizkaia, del GRABNI 2021... La lista es interminable para un Eskuza que aspira a más. Va en su gen competitivo. Y es que el joven laudioarra solo piensa en ser mejor pelotari cada día. “Necesito mejorar el remate y la movilidad”, entrenar, jugar y ganar partidos por parejas y en el mano a mano “donde me siento cómodo” y llevar a la práctica su máxima: “dominar el peloteo, tirar atrás, aguantar, pegarle duro y que fallen ellos”. Esas son las artes de un trabajador de la pelota al que le guía la ilusión, la afición, el esfuerzo y la humildad.