El derbi de Mendizorrotza le llega al Athletic como una oportunidad. Es la perspectiva lógica después de sus últimas actuaciones, da la sensación de que el equipo se encuentra en el momento de la temporada en que ofrece mayores garantías. Después de varias jornadas apuntando una mejora en el juego por fin está consiguiendo ser certero en la culminación. La eficacia en ataque que tanto echaban en falta el cuerpo técnico y la plantilla ahora es una realidad. El reciente triunfo en El Sadar asoma como referencia y debe ser el punto de partida para negociar los compromisos que más se le atragantaban, ante enemigos de inferior entidad. Este del Alavés entra de lleno en esa categoría, por mucho que la presencia de Mendilibar sugiera que la misión entrañará una dificultad superior a la que objetivamente pudiera adjudicarse a este partido.
Hasta la excursión navideña a Jaén ha contribuido a reforzar la confianza. Esta tarde la alineación que diseñe Marcelino apenas guardará parecido con la utilizada en Mancha Real, pero no deja de ser importante que incluso un plan alternativo funcione. En definitiva viene a demostrar que la cosa rueda al gusto de los protagonistas. El entrenador confirmó que la fisonomía del once que hoy salte al césped será calcada o casi a la que compareció en Iruñea. Lo que es rentable, no se suele tocar. Y si por el cariz que toma el encuentro se han de mover piezas, se está comprobando que existen opciones perfectamente engrasadas, listas para mantener alto el listón.
La victoria daría cuerpo a la mejor tacada de resultados de la temporada. Sería la tercera en cuatro encuentros, tras derrotar a Betis y Osasuna. Un botín de nueve puntos en tan breve espacio de tiempo sirve en este caso para aproximarse mucho a la zona de la clasificación en que el club ansía estar. Al margen de que avance más o menos posiciones, de ganar las plazas continentales quedarían a tiro de piedra. Es el impulso que persigue un Athletic que, no se olvide, acaba de iniciar la fase más densa del calendario, aquella que va a determinar el signo del curso.
Pendiente de unas molestias que arrastra Vencedor, Marcelino se decantará por una formación que no diferirá en exceso de la siguiente: por delante de Simón, hay plaza fija para Yeray e Iñigo Martínez, al igual que en la zona ancha para Dani García y muy probablemente para el citado Vencedor, desde hace semanas asentado como faro del colectivo. También cabe apostar sin temor alguno por la participación de Muniain, Sancet e Iñaki Williams en las posiciones más avanzadas.
POSIBLES INCÓGNITAS
Las únicas dudas se localizarían en los laterales y en la demarcación de interior derecho. De Marcos, Balenziaga y Lekue son las opciones en línea defensiva. Los dos primeros fueron titulares en El Sadar, por lo que en principio partirían con alguna ventaja. Y en la banda, la incógnita engloba a Berenguer y Nico Williams. Ambos dispusieron de una hora larga en el duelo del jueves. Un dato que de por sí no aporta pistas. Berenguer se reencontró en El Sadar con una versión que no había enseñado desde el verano y no le fue tan bien en la Copa, aunque ocupó una demarcación más centrada. Por su parte, el joven Williams brindó un recital y anotó los dos goles que sellaron el acceso a los octavos de final. La elección quizá dependa de aspectos relacionados con lo que Marcelino haya analizado del Alavés. Se mire como se mire se trata del tipo de debate que todo técnico desea gestionar. No siempre hay dos hombres que opositan merecidamente a una posición. Anotar que en la lista figuran Vivian y Nolaskoain, así como Petxarroman, quien terminó tocado el último partido. Unai Nuñez es baja por una contusión.