El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha enviado una carta a su homólogo polaco, Radoslaw Sikorski, para pedirle que durante la presidencia de turno de la UE en el primer semestre de 2025 se siga impulsando la oficialidad del euskera, el catalán y el gallego, según ha podido saber este periódico de fuentes diplomáticas.
Con su misiva, remitida esta semana, Albares busca que la solicitud de que las tres lenguas se incluyan en el reglamento lingüístico de la UE vuelva a la agenda del Consejo, después de que el asunto no se haya tratado durante este segundo semestre bajo presidencia húngara y se viera por última vez con la anterior presidencia belga.
En la carta dirigida al ministro de Exteriores polaco y a la que ha tenido acceso este periódico, José Manuel Albares recuerda que 20 millones de ciudadanos residen actualmente en comunidades con lenguas cooficiales y los poderes públicos tienen la obligación de proteger sus derechos lingüísticos. Asimismo, reitera que el Gobierno español asumiría los costes correspondientes a la puesta en práctica de esta iniciativa y está abierta a negociar los detalles prácticos de su puesta en marcha.
El ministro español de Asuntos Exteriores remarca también a su homólogo polaco que el euskera, catalán y gallego aúnan una serie de características únicas por ser lenguas originarias de un Estado miembro; contar con reconocimiento constitucional; ser lenguas de trabajo en las dos Cámaras del Parlamento; realizarse en estas lenguas la producción normativa en los territorios en los que son cooficiales, incluida aquella que desarrolla el Derecho de la Unión; contar desde hace años con acuerdos administrativos sobre su uso en otras instituciones de la Unión; o haberse depositado copias certificadas de las traducciones de los Tratados a estas lenguas en los archivos del Consejo.
La petición del ministerio se enmarca en los esfuerzos que viene realizando el Gobierno español desde septiembre de 2023 para lograr este objetivo. En este sentido, según informaron a este medio fuentes diplomáticas, el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, trató esta cuestión el pasado miércoles con su homólogo italiano Antonio Tajani para pedirle su colaboración en este asunto.
La modificación del reglamento lingüístico, que actualmente incluye 24 lenguas, requiere de unanimidad de los 27 para su adopción y genera dudas entre varios socios por distintas razones, tanto por su coste como por sus consecuencias prácticas (la viabilidad de contar con personal suficiente) y por su impacto legal para otros Estados miembro con lenguas minoritarias que podrían ver en el caso un precedente que seguir.