El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha reconocido este lunes que no fue bien previsto el cambio de régimen en Afganistán, pero que "si imprevisión hubo, fue del mundo, de la comunidad internacional", y no solo de España, por lo que la autocrítica la hará "en el seno de la OTAN".
Albares ha comparecido durante cerca de cinco horas en una comisión extraordinaria en el Congreso en la que ha dado cuenta de la actuación española en la crisis de Afganistán, incluida la "misión cumplida" del regreso del operativo desplazado para culminar las repatriaciones y conseguir las máximas posibles evacuaciones, que alcanzaron a 2.206 personas.
Ha resaltado que la terminada el viernes con éxito ha sido "una" misión cumplida, porque quedan más misiones pendientes para rescatar a los afganos que colaboraron en las dos últimas décadas con las tropas españolas, así como a sus familias y a todos quienes estén en peligro ante el gobierno talibán.
El ministro, en su primera comparecencia parlamentaria tras 49 días en el cargo, ha resaltado que parecía "imposible prever" la entrada de los talibanes en Kabul "con esa rapidez", en unas pocas semanas, cuando todos los informes y análisis de los servicios de inteligencia de todo el mundo calculaban que en el caso de ocurrir sería años después o, como mínimo, seis meses.
Ha recordado que 75.000 talibanes se han enfrentado a un Ejército afgano que contaba con 300.000 efectivos tras un gasto en defensa de 83.000 millones de dólares y que además tenía apoyo de fuerza aérea.
"La autocrítica no puede ser solo de España", aunque quepa hacer una interna también, sino que esencialmente la hará, ha dicho, "en el seno de la OTAN", al igual que ya esta ha comenzado en los consejos extraordinarios de la UE y de la OTAN en los que además de la evacuación ya han analizado esa imprevisión.
Albares, tras recordar "de manera emocionada" a los 102 españoles fallecidos en los 20 años de participación militar en Afganistán, con más de 25.000 militares, ha subrayado que la evacuación desde el aeropuerto de Kabul este último mes ha sido una de las operaciones más complejas de la comunidad internacional desde el bloqueo de Berlín en 1948.
El jefe de la diplomacia española ha indicado que "el Gobierno no se plantea, por supuesto, reconocer al nuevo régimen impuesto por la fuerza", aunque ha exceptuado posibles "contactos operativos" para proseguir con evacuaciones o envíos de ayuda humanitaria.
El operativo español, que ha servido de base al del Servicio Europeo de Acción Exterior, ha estado "a la altura de las circunstancias", ha dicho el ministro, sin convencer a los diputados de la oposición.
Albares ha explicado que la solicitud del plácet fue anterior, ya que se hizo el 8 de junio, cuando las previsiones sobre Afganistán eran diferentes, y que cuando se inició la evacuación el embajador, Gabriel Ferrán, él se mantuvo al frente y cumplió "con absoluta profesionalidad".
"Política de estado"
El ministro ha insistido en tender "la mano" a la oposición para hacer "política de estado" en asuntos exteriores y ha puesto de relieve un enfoque "iberoamericano" para su quehacer, para que España sea no solo "el puente" de los países iberoamericanos con la Unión Europea, sino un puente entre las sensibilidades políticas en la propia región, "cada vez más polarizada".