El nombre de Raúl Albentosa (Alzira, 1988) le sonará al aficionado por las experiencias del futbolista en Eibar, Málaga o Deportivo. Pocos sabrán, sin embargo, que el defensa central cerró el pasado verano una larga estancia de dos temporadas y media en el Vejle danés, club en el que hizo de todo: luchó sobre el verde, fue empapándose de lo que es el día a día de un staff técnico (quiere ser entrenador en un futuro), y también recibió las consultas del director deportivo sobre qué le parecía fichar a este o a aquel jugador. Uno de los objetivos que estuvo encima de su mesa fue Orri Óskarsson, a quien el propio Albentosa sufrió igualmente en el terreno de juego. Antes de su entrenamiento matinal, atiende la llamada de NOTICIAS DE GIPUZKOA para charlar sobre el momento del islandés de la Real Sociedad.
PREGUNTA: Creo que le cojo muy pendiente del mercado de fichajes.
RESPUESTA: Pues sí. Llevo desde junio sin equipo, y ahora estoy viendo si alguna de las cosas que me han llegado puede llegar a motivarme. Para lo que me queda de carrera, deseo un club donde sienta que me quieren y cuyo entrenador también me diga algo en la materia táctica. Me gustaría seguir aprendiendo para la siguiente fase de mi carrera, en los banquillos.
P: Me consta que en el Vejle danés ya entró poco a poco en el mundillo de los técnicos.
R: Bueno, a ver, sí que me interesaba por muchas cosas que hacían los integrantes del staff: cómo planificar una semana de entrenamientos, cómo diseñar una pretemporada... Y además el director deportivo, un rumano con quien había coincidido previamente en el Dinamo de Bucarest, solía preguntarme por los futbolistas que queríamos fichar.
P: Uno de ellos fue Orri Óskarsson.
R: Sí, eso es. Le quisimos a toda costa, dos veces además. En la primera ocasión, estábamos en Segunda y él sólo tenía 18 años. Anduvimos cerca de incorporarle cedido en enero (de 2023), pero finalmente se fue a préstamo al Sønderjyske, otro equipo de la segunda categoría. En aquella campaña ascendimos a primera y durante el verano posterior volvimos a intentar conseguir su cesión, pero el chaval ya había hecho sus goles como profesional y se quedó en la primera plantilla del Copenhague. Fue ahí cuando empezó a explotar.
P: ¿Recuerda sus enfrentamientos con él en el campo?
R: Sí, tuvimos varios, aunque la primera vez que le vi fue desde la grada, durante aquel año en segunda. Creo que en toda la campaña sólo perdimos cuatro o cinco partidos, y una de esas derrotas me cogió sancionado, contra el Sønderjyske. Nos habían ganado en la pugna por la cesión de Óskarsson y ese día nos ganaron también en lo deportivo, 1-2 con gol de Orri en el minuto 94.
P: ¿Llamaba la atención?
R: Sí, sí, tiene mucha calidad. Era la referencia de su equipo arriba, potente, fuerte, con un buen golpeo de balón con ambas piernas, y capaz de irse en el uno contra uno al contragolpe. Son sus características.
P: Nos da aquí la sensación de que se trata de un delantero de espacios, más que de área. ¿Es así?
R: Sí, totalmente. Óskarsson no es el típico pesado contra el que dices: Joder, hoy me toca marcar a este. No es esa clase de delantero. Hablamos principalmente de un punta que te puede hacer mucho daño en las transiciones. Ten en cuenta que allí en Dinamarca casi todos los equipos apuestan por ir a apretar muy arriba a los rivales. Y claro, en cuanto ven superada su primera línea de presión, tienen ya que correr hacia atrás. Orri se encontraba muchas veces en situaciones claras de transición y mano a mano con un central. Ahí sacaba a relucir todas sus virtudes.
P: ¿No resulta demasiado grande el salto desde la liga danesa a la primera división española?
R: Hombre, el Copenhague es un club grande, ¿eh? El año pasado jugaron los octavos de final de la Champions League. Y esta temporada también les sigo, porque ficharon a dos ex compañeros míos en el Velje. Hace nada empataron contra el Betis en el Villamarín, en la Conference... ¿El salto que ha dado Óskarsson? Resulta evidente que la exigencia ha subido para él, más aún habiendo llegado a un equipo como la Real, que tiene que estar de mitad de tabla hacia arriba. En cualquier caso, en esto del fútbol nunca se sabe. Orri podría haber roto a marcar goles aquí desde un principio, a nada que hubiera dado continuidad a su trayectoria. Y también podía suceder lo que parece que le está pasando. Yo le veo en un claro período de adaptación, aunque tampoco sé exactamente cómo está viviendo sus primeros meses en la Liga.
P: Insisto en preguntarle por el nivel del campeonato danés...
R: El otro día leí un estudio que lo sitúa como la 14ª mejor liga del mundo, por delante de la segunda división española. Lo que te decía ahora sobre el Copenhague puede ser también aplicable a equipos como el Brondby, el Midtjylland o el Nordsjaelland, conjuntos que disputan todos los años la Europa League o la Conference y que compiten bien ante rivales de países a priori más potentes.
P: ¿Dejamos entonces lo de Óskarsson en una cuestión de adaptación?
R: Es que adaptarse puede llegar a ser difícil. Hablamos de otro país, de otro idioma... y sobre todo de otra cultura. Los jugadores nórdicos son más fríos, más tranquilos, no cuentan con esa sangre caliente que podemos tener aquí. Se toman las cosas de manera diferente, principalmente porque les falta esa especie de urgencia. Por allí arriba se vive bien, y por lo general no existen necesidades económicas respecto al fútbol. Recuerdo que yo sí las tuve en su día, y esto es algo que influye en el carácter de uno a la hora de competir. Además, ten en cuenta otra cosa...
P: ¿El qué?
R: El chaval la calidad la tiene, eso te lo aseguro. ¿Que igual no termina adaptándose? Pues existe ese riesgo... Pero la Real no le ha fichado porque sí, a bote pronto. Seguro que se trata de un movimiento muy meditado. Otro asunto son ya las expectativas que se puedan haber creado por un delantero caro y que llegó en el último día de mercado. Las circunstancias en agosto fueron las que fueron, pero no tienen por qué estar reñidas con hacer una apuesta de futuro. ¡Óskarsson es jovencísimo!
P: ¿Se nos queda algo en el tintero?
R: Sí, decir que la cabeza y la confianza lo son todo en el fútbol, y que igual Orri no atraviesa su mejor momento en este sentido. Tiene nivel, tiene capacidad para definir, tiene velocidad... A ver si hace pronto ese clic que le lleva a rendir más, a que el entrenador le dé más minutos y a tener más oportunidades de gol que las que se le están escapando.