Eli Jauregi es la hermana de la dueña de la tienda Alboka, situada en la Plaza de la Constitución. Para ella, el 2020 fue tan malo que el 2021 no puede ser peor. "A primeros de año esperábamos que habría una mejoría, pero no solo a nivel de comercio, sino en general. Ha sido un palo para todos, pero ahora desde hace diez días más o menos está mejorando todo un poco", explica Jauregi.
Aparte de los turistas, Alboka tiene mucha clientela vasca y aunque durante el invierno los cierres perimetrales no les han ayudado, admite que mayo fue mejor que el del año pasado. "Estaba tan bajo el nivel que era fácil mejorarlo. Junio también ha ido mucho mejor, pero claro, no llegamos a los números de 2019. No digo que aquel fue un año maravilloso, ni tampoco el 2018, pero los números no son buenos", concreta.
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Hasta ahora, ellos han tenido clientes franceses, madrileños y catalanes, "como siempre". "También han venido grupos de andaluces. Pasan por los escaparates que tenemos adornados con cosas de aquí para que no haya más remedio que verlas, y luego muchos de ellos suelen entrar", indica.
Alboka trabaja con muchos artesanos y vende souvenirs propiamente hechos aquí. "Lo que más se vende es el eguzkilore. Lo tenemos en plata, en papel, en cuero, en saco, en madera y en hierro, y a la gente le suele gustar mucho", subraya.