Los ecosistemas forman parte de la geografía de un lugar. Ya sean los desiertos, las montañas o los mares, estos espacios abarcan gran parte de un territorio y acoge en su interior una fauna y flora concretas que los dotan de diversas características.
Un ejemplo de ello son las albuferas, unos espacios compuestos por agua situados cerca de la costa y muy similares a los lagos de agua salada. La gran diferencia frente a estos es que están conectados con el mar a través de canales. Por este motivo, se consideran un punto intermedio entre el mundo terrestre y marino debido a su aspecto visual y los animales y plantas que viven en ellas.
Una de las más conocidas a nivel nacional es la albufera de Valencia, lugar en el que se ha generado una gran dana que ha generado inundaciones nunca antes vistas hasta ahora. Para conocer más detalles acerca de esta albufera y, sobre todo, las consecuencias que ha tenido este fenómeno meteorológico en la Comunitat Valenciana, Txema Gutiérrez ha conversado con José Luís Valencia, director del medio de comunicación Levante - El Mercantil Valenciano.
Formación de las albuferas
Estos espacios geográficos se forman principalmente en zonas costeras en las que el oleaje deposita sedimentos en paralelo a la línea de la costa. Estas dunas, al obtener cierto tamaño, funcionan como muro para el agua que se queda en el interior de la zona continental, por lo que se generan lagos de agua salada. Con el paso del tiempo, estos cuerpos de agua pueden ver su forma alterada por las mareas o el viento, motivo por el cual pueden abrirse paso de nuevo hasta el mar a través de canales estrechos.
Características y biodiversidad
La característica de las albuferas que hace que sean diferentes al resto de espacios geográficos es que cuenta con elementos tanto terrestres como marinos. En ellas, se asentan aves migratorias que las utilizan para descansar durante sus largos trayectos. También hay otras más comunes como cormoranes, patos, flamencos y garzas.
En cuanto a las plantas, se encuentran aquellas que pueden vivir al entorno salado que ofrece la albufera. Entre ellas, destacan los juncos, gramíneas, algas y varios tipos de plantas sumergidas.
Impacto humano
Dadas sus características en las que mezcla el mundo terrestre y marino, las albuferas siempre han estado en el ojo del ser humano y, por ello, han sido explotadas durante siglos a través de la pesca, recolección de moluscos y la extracción de sal. Además, es importante añadir que muchas comunidades se han asentado en los alrededores de estos espacios naturales debido a la construcción de viviendas y urbanización del lugar.
Esta huella del ser humano ha tenido un gran impacto en estos espacios debido a la generación de todo tipo de residuos que han reducido la calidad del agua del lugar. Esto puede provocar fenómenos de eutrofización, en los que la acumulación de nutrientes desencadena un crecimiento excesivo de algas y plantas acuáticas, reduciendo los niveles de oxígeno y afectando a las especies que dependen del ecosistema.
Albuferas por el mundo
Como se ha mencionado previamente, la Albufera de Valencia es una de las más conocidas a nivel nacional debido a su biodiversidad y paisajes de su alrededor. En otros puntos del planeta, destacan otras albuferas como las de la región de los Llanos de Venezuela y Colombia o la laguna Chilika en la India.
Todas ellas cuentan con una alta relevancia tanto en el país como en todo el área de su alrededor, ya que además de convertirse en atractivo turístico, son un gran ecosistema para todo tipo de plantas y animales.