La OCDE reduce todavía más sus previsiones de crecimiento anémico para este año y el próximo en la zona euro, lastradas sobre todo por Alemania y con la notable excepción de España, y también es más pesimista con China, mientras que mejora las perspectivas de Estados Unidos.
En su informe de Perspectivas publicado ayer martes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presenta cifras de los miembros del G20 y, con los grandes emergentes, se muestra mucho más optimista que en junio sobre la evolución de Brasil, mientras que con Argentina ocurre todo lo contrario y será el único que estará en recesión tanto este año como el próximo.
El producto interior bruto global debería progresar este año un 3%, lo que significa tres décimas más de lo que había anticipado en junio, pero tres décimas menos que en 2022. Para 2024, esa tendencia a la ralentización va a continuar, con un producto interior bruto (PIB) que subirá únicamente un 2,7%, tres décimas menos que lo augurado antes del verano.
La zona euro se lleva una de las mayores correcciones, con tres décimas menos en 2023 y una progresión del PIB que se va a limitar al 0,6% y que tiene que ver con la recesión en la que está sumida Alemania (-0,2% en 2023), pero también con el comportamiento decepcionante de Italia (0,8%, cuatro décimas menos que en junio). De los países de la moneda única, se salva un poco Francia con un crecimiento del 1% en 2023 (dos décimas más) y sobre todo España, que con un 2,3% (dos décimas más) casi va a cuadruplicar la tasa de expansión media de la eurozona.
Para el año próximo, se mantiene globalmente la misma tónica dentro de la moneda única, pero sin tantas divergencias. El crecimiento medio será del 1,1% (cuatro décimas menos de lo que avanzaba la OCDE en junio), con un 0,8% en Italia, un 0,9% en Alemania, un 1,2% en Francia y un 1,9% en España. Estados Unidos sorprende por su capacidad de resistencia. Los autores del estudio han aumentado en seis décimas sus expectativas para este año, al 2,2%, y en tres décimas para el próximo, al 1,3%.
China también se frena
En cuanto a China, después del tirón de comienzos de año por la reapertura del país tras las restricciones por el covid, la realidad ha obligado a una revisión a la baja de tres décimas en la previsión de 2023 (al 5,1%) y de cinco décimas para 2024 (al 4,6%). El frenazo de China, teniendo en cuenta su peso en la economía global, y más todavía su aportación importante al crecimiento en los últimos años, es uno de los grandes motivos de preocupación y de incertidumbre en este momento. La persistencia de una inflación elevada, que es la que ha obligado a los bancos centrales a subir sus tipos, constituye el principal riesgo para la economía global señalado por la OCDE, que también pone el foco en China, que está pasando por una fase de ralentización.
“Hay riesgos significativos”, señaló la economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Clare Lombardelli, al presentar su informe interino de Perspectivas. “La inflación puede ser más persistente de lo esperado”, avisó Lombardelli, que se refirió en particular al incremento del 25 % desde mayo del precio del petróleo, que ayer rozó el listón de los 95 dólares el barril de Brent.
En Corto
Flexibilidad
Mercado laboral. La economía estatal, aunque se está comportando mejor que la de sus socios europeos, se va a ralentizar el año próximo y para aumentar su crecimiento a medio y largo plazo la OCDE recomienda aplicar reformas estructurales, como dar más flexibilidad al mercado laboral. La economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Clare Lombardelli, señaló, que “España, como muchos otros países, puede utilizar las reformas estructurales para favorecer un crecimiento más fuerte a medio y largo plazo”.