La costa vasca no está especialmente expuesta al poder destructor de las olas gigantes o tsunamis. Además, sus efectos serían poco apreciables. El golpe de mar más potente alcanzaría como máximo el medio metro de altura, lo que en términos surfistas equivaldría a una olita de verano que se puede coger facilmente con un kortxipan en cualquier playa. En ese caso, el único riesgo relevante sería llevarse por delante a alguna de las cientos de personas que masifican los spots cuando el agua comienza a estar más calentita.
Aun con todo, riesgo de tsunami haberlo, haylo, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN). De hecho, Euskadi ya sufrió los efectos de un gran maremoto en el siglo XVIII aunque este capítulo haya quedo sepultado en la historia. El 1 de noviembre de 1755 ocurrió un terremoto de una magnitud de 8,5 al suroeste de la península ibérica. Al terremoto le siguió un tsunami que afectó principalmente a las costas portuguesas, españolas y marroquíes, alcanzando olas de más de 10 metros en el golfo de Cádiz y llegando a lugares tan remotos como la Bahía del Abra. En este punto, el mar y la lámina de agua de la ría de Bilbao se alborotaron de una forma tan agresiva, como desconocida. La huella de aquel tsunami, si acaso, despertaría extrañeza entre los arratzales y sirgueras que ese día fueran testigos de aquel fenómeno. Pero en España, el implacable avance de la gran ola dejó más de 1.000 muertos.
Cádiz y Huelva se llevaron la peor parte. En Ayamonte una ola demolió más de la mitad de una torre en la isla Canela. Se vio subir el mar por cinco veces y en la playa de la Estojarra se llevó más de 300 chozas. En La Redondela el mar penetró kilómetros tierra adentro dejando cientos de víctimas y anegando casas. En Lepe se encontraron embarcaciones kilómetros tierra adentro y hubo cientos de víctimas mortales…. La lista de daños originados por un tsunami son de sobra conocidos y cuantificables. Según Naciones Unidas, en los últimos 100 años, 58 maremotos se han cobrado más de 260.000 vidas, un promedio de 4.600 pérdidas humanas por desastre, superando cualquier otro riesgo natural hasta el reciente seismo en la frontera de Turquía.
El catálogo estatal elaborado por el IGN recoge 13 tsunamis. El más antiguo de ellos data de 1522 y el más reciente de 2003. El 1 de mayo de 2003 se produjo un terremoto de magnitud 6,8 en la costa de Argelia provocando un maremoto que se propagó por todo el Mediterráneo occidental. Las mayores amplitudes se registraron en Baleares, provocando cuantiosos daños a embarcaciones en puertos de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera.
NUEVAS SEÑALES
Aunque los tsunamis son un fenómeno natural infrecuente en nuestras costas, nos mantiene alerta de sus posibles consecuencias. Por este motivo, la Dirección General de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior acaba de editar un sistema de señalización que deberán utilizar las Administraciones Públicas para avisar a la población sobre las rutas seguras de evacuación en caso de maremoto. La nueva señalización es una de las primeras iniciativas para implantar el Plan Estatal de Maremotos aprobado en 2021. Los carteles siguen un modelo internacional para que los ciudadanos de cualquier país puedan identificar fácilmente las vías de evacuación. Son quince señales que, sobre un fondo verde, ilustran distintas situaciones en las que las personas huyen de una ola gigante.
Euskadi no es una comunidad particularmente amenazada por los tsunamis en comparación Andalucía, Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Islas Baleares, Región de Murcia, Ceuta y Melilla, que suman 6.846 km de costa, el 86,49% de los 7.905 km. Aun así, el litoral vasco está incluido entre las 36 zonas del Estado definidas para los avisos del sistema de alerta temprana de maremoto por la Red Sísmica Nacional. El tramo incluido es el que va de Muskiz a Hondarribia. Abarca, por tanto, desde la Bahía de Txingudi hasta la punta de Kobaron, con 275 km, de los que el 81% son zonas rocosas, el 1% rías o estuarios, el 8% playas y el 10% restante infraestructuras (sobre todo puertos). La revisión del Plan Territorial Sectorial de Protección y Ordenación del Litoral de la CAPV afecta a 63 municipios y dibuja varios escenarios que contemplan los efectos del cambio climático, entre ellos, el incremento del nivel del mar y de la pleamar máxima, y sus posibles consecuencias: mayor inundabilidad, impacto de ola o erosión de las playas.
¿QUÉ HACER EN UN TSUNAMI?
El cine de catástrofes ha dado múltiples muestras del poder aniquilador de los maremotos. La película de J.A Bayona Lo imposible, basada en la historia real de la tragedia vivida en 2004 por una familia española a la que sorprendió el tsunami que asoló la costa del sudeste asiático, es quizás el trabajo más reseñable. La cinta no se llevó el Oscar, pero la escena inicial de la piscina en la que una gran ola arrasa el complejo turístico en el que se alojaba la pareja protagonizada por Naomi Watts e Ewan MacGregor suscitó que mucha gente se preguntase cómo hay que actuar para salvar el pellejo en una situación así.
El Plan de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos crea un sistema de alerta temprana que permite avisar de la inminencia de este tipo fenómenos a los servicios públicos de emergencia. También informa a la ciudadanía para que pueda poner en práctica protocolos de autoprotección, con especial atención a las personas más vulnerables. Según esta guía, hay que informarse de si vivimos en una zona susceptible de ser afectada por maremoto y familiarizarse con las rutas de evacuación, las zonas seguras y los puntos de concentración establecidos por las autoridades municipales. En caso de alerta habría que preparar un plan personal y familiar de evacuación. Ante todo las personas deben mantener la calma, alejarse de la costa, ríos y aplicar el plan de evacuación.
Esquema de inicio, propagación y llegada a la costa de un tsunami o maremoto
Qué es un tsunami
Proviene del japonés ‘ola grande’
Originalmente la palabra tsunami proviene del japonés y significa ola de puerto. En la actualidad este término se ha adoptado globalmente en el mundo científico. En el caso del Estado español, tsunami y maremoto se utilizan indistintamente para referirse a una secuencia de olas con gran energía y de onda larga que se producen en el agua al ser esta empujada violentamente.
Cómo se generan
Terremotos en el fondo del mar
Un tsunami puede ser provocado por cualquier causa que genere un desplazamiento de la capa de agua debido a la intrusión o movimiento de material en el océano. Así, la mayor parte de los tsunamis están causados por terremotos en el fondo del mar o cercanos a la costa. En menor medida se producen por deslizamientos costeros o submarinos y erupciones volcánicas. En frecuentes ocasiones estas tres causas se combinan, por ejemplo, un terremoto que dispara un deslizamiento o una erupción volcánica asociada a un deslizamiento por colapso del edificio volcánico.
Los más destructivos
Tohoku en 2011 y Sumatra 2004
Los tsunamis más destructivos han sido generados por terremotos como el de Tohoku en 2011, Sumatra-Andamán en 2004, Chile en 1960 o Lisboa en 1755. El tsunami conocido que llegó a la mayor altitud sobre el nivel del mar (530 metros) ocurrió en 1958 en Alaska y se produjo por un deslizamiento de ladera en la bahía de Lituya, disparada por un terremoto de magnitud 7,8. En 1963 otro deslizamiento de ladera, pero esta vez en la presa de Vajont en Italia, produjo un tsunami que sobrepasó el muro de la presa causando unas 2.000 víctimas.