Un grupo de vecinos y vecinas de Castejón aseguran que la intención de la CHE de crear un brazo en el meandro del El Señorío de Castejón, como medida para evitar los daños de la crecida del Ebro, podría destruir dos de los yacimientos arqueológicos inventariados en la villa ferroviaria de alto valor histórico. Son 3 los incluidos en el Inventario Arqueológico de Navarra de 1999 que se verían afectados, dos de ellos (el Cerro del Castillo y la Necrópolis del Castillo), están clasificados como Categoría 1, es decir, considerados de primer nivel. El tercero, los restos romanos de El Montecillo, están catalogados de Categoría 2.
Estos vecinos, a través de alegaciones, piden a la CHE que modifique el proyecto de “restauración y adecuación morfológica del meandro de El Señorío de Castejón” para que tenga en cuenta la presencia y existencia de restos históricos y bienes del Patrimonio cultural protegidos por la Ley ubicados en estos parajes desde antes del siglo VI a.C. En este sentido creen que el proyecto es “incompatible” con su preservación por la cercanía que tendrá el Ebro sobre los restos y su elevado “grado de vulnerabilidad bajo los efectos de la erosión fluvial”. La erosión ha producido ya un socavamiento de la base del montículo donde se asienta el cerro de El Castillo lo que ha originado desprendimientos. Por ello creen que las actuaciones previstas “vienen a suponer una amenaza potencial directa para el cerro y su entorno, así como para los yacimientos arqueológicos que se asientan sobre ellos”.
El proyecto por una parte retira las defensas que protegen al meandro de El Señorío y, por otra, abre un brazo al río a los pies del cerro. Pese a que señalan que la CHE asegura que el cauce de alivio solo llevará agua en época de crecidas, la obra busca la “recuperación del espacio fluvial” por lo que recuerdan que en 1515 ya se hablaba de la existencia del despoblado de Castejón que “se había llevado el río Ebro”. Por ello creen que el proyecto “supone una seria amenaza, a medio plazo, para su subsistencia”.
Dos de los tres yacimientos mencionados, el Cerro del Castillo y El Montecillo, se encuentran justo al borde del lecho de inundación del río, pero los tres se hallan situados sobre el nivel de terraza donde, en principio, no llega el agua en momentos de crecida. Sin embargo, el Ebro ha ido “lamiendo” la base del sustrato aluvial de la terraza en los momentos de grandes avenidas provocando socavamiento, desmoronamiento y retroceso de su frente.
POSIBLE EXPOLIO
Los vecinos acusan a la CHE de cometer “expolio” si siguen adelante con el proyecto sin tener en cuenta los daños a los yacimientos actuales. Según señalan la ley dice que “si la Administración Pública fuera conocedora de una situación de riesgo, cierto y grave, de destrucción o pérdida de un bien integrante del patrimonio cultural de Navarra, y pese a ello no actuase en consecuencia, estaría incurriendo en un expolio de acción por omisión”.
En este sentido también recuerdan la obligada protección jurídica de los castillos, “cualquiera que sea su estado de ruina”, y de los yacimientos arqueológicos, así como de su entorno. “En 1949 se pusieron bajo la protección del Estado todos los castillos españoles, cualquiera que sea su estado de ruina. El Estado asume la responsabilidad de impedir toda intervención que altere su carácter o pueda provocar su derrumbamiento. Los ayuntamientos en cuyo término se conserven son responsables de todo daño que pudiera sobrevenirles”.
En el Cerro del Castillo o Montecillo se han sucedido las ocupaciones humanas. Así, los materiales encontrados, atestiguan asentamientos desde al menos la Edad del Bronce. Las cerámicas manufacturadas encontradas implican un poblamiento importante en el cerro durante la I Edad del Hierro, que tendría su apogeo durante la II Edad del Hierro, entre los siglos VI-III a.C. Además existen restos de época romana y del trazado de una muralla que rodea la parte superior del cerro y cerámicas medievales, lo que confirma el emplazamiento en el castillo y la villa medieval de Castejón. Además se conoce la ubicación de la necrópolis de inhumación medieval en una de las laderas.
En 1999, en la valoración de este yacimiento se señalaba que “se conservan varios muros de piedra. Todo el perímetro presenta restos constructivos de muralla, así como un pozo. Los materiales hacen pensar que la antigua población de Castejón estuviera situada en este lugar. El yacimiento ha perdido buena parte de su superficie debido a la erosión fluvial.
Por su parte, del yacimiento de El Montecillo, situado a los pies del Cerro del Castillo, los arqueólogos decían “importante villa de época romana (siglo II - V d.C.) ubicada en las proximidades del Ebro. Producto de las dos campañas de excavación se conoce un amplio conjunto de estructuras domésticas organizadas en torno a un gran patio”. La singularidad del yacimiento de El Montecillo estriba en que, a diferencia de los referentes más cercanos como el Ramalete (Tudela), San Esteban (Falces) o Villafranca (villas dedicadas a la explotación de productos agrícolas), parece tratarse de un asentamiento relacionado con el comercio fluvial del Ebro. Se identificaron y excavaron 30 estancias; se detectó también la existencia de espacios destinados a viviendas, zonas de almacén y de actividad artesanal e industrial con presencia de hornos y restos de fundición de hierro y bronce.
Entre los hallazgos relevantes cabe destacar el alphabetum inscrito antes de cocción sobre una cerámica del siglo IV, uno de los pocos encontrados en Europa, que se halla hoy expuesto en el Museo de Navarra, y que ha dado origen a varios estudios.