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Alexander Sørloth: "Me encanta que Anoeta sienta una conexión especial con el equipo al jugar con tantos canteranos"

Delantero de la Real

Minuto y resultado.

–En este momento estamos muy bien. Empezamos la temporada fuertes, luego sufrimos un pequeño bache, pero las últimas semanas han sido realmente buenas. Y ahora, que estamos en el momento más importante, tenemos que pelear por la cuarta plaza y en los entrenamientos se ve que estamos con mucha confianza.

Con un encuentro a la semana todo parece más fácil...

–Sí, pero depende, porque todos los jugadores queremos jugar, es la mejor parte, y los entrenamientos son la segunda. Pero con un partido a la semana, podemos entrenar bien y trabajar todos lo mismo.

¿Se puede aspirar a recuperar el nivel de principio de curso?

–Creo que sí. Lo más importante ahora es la confianza que tenemos. Muchos jugadores tienen mucha confianza, saben que están jugando bien. Por ejemplo, David Silva en el último partido, y en los dos o tres anteriores, ha estado fantástico, dando asistencias, marcando goles, y eso es una inspiración para el resto de nosotros. Pienso que yo también estoy completando buenos partidos, Isak también... Son muchos los que están muy bien.

Cuatro opciones: Champions, Europa League, Conference o nada.

–No me gusta mirar al largo plazo, porque pienso que lo más importante es el siguiente partido. En esta última parte de la temporada todos los encuentros son finales y eso me encanta. Es lo que me gusta, que todos los duelos sean importantes.

Usted ya declaró que le gusta jugar con presión.

–Sí. Cuando tú juegas para nada, si no tienes objetivos, es aburrido. Te tienes que motivar. Ahora es fácil motivarte, trabajar duro. Siento esa motivación.

¿La lesión de Oyarzabal les ha hecho más fuertes?

–Más fuertes no, porque es un jugador muy bueno que hemos perdido, pero creo que ha servido para que otros jugadores se enchufen. Porque Mikel es uno de los más importantes del equipo. Otros futbolistas han tenido que ponerse las pilas, pero considero que tenemos jugadores que sienten esa responsabilidad.

Dicen que el silencio fue sobrecogedor en el vestuario...

–Sí, fue duro para todos. Uno de mis mejores amigos en el fútbol también noruego tuvo la misma lesión hace mucho tiempo y es muy duro. Pero hay que intentar ser positivos. Mikel lo es y eso hace que la gente que le rodea también sea positiva.

¿Cuál fue la primera impresión que se llevó de Imanol a su llegada?

–Un entrenador con unas ideas muy claras sobre cómo quiere que se juegue al fútbol. Es un poco diferente a lo que estaba acostumbrado en la técnica, el ataque, en algunas posiciones, pero me gusta mucho cómo jugamos, especialmente en la parcela ofensiva.

¿Le impactaron sus broncas?

–Me gustan ese tipo de personalidades. Quiere lo mejor para el equipo y te hace trabajar duro, no hay más.

¿Qué piensa ahora sobre él?

–Es el técnico de un gran equipo como la Real, con eso está todo dicho. Consiguió la Copa el pasado año y es muy buen entrenador.

Imanol comentó que a veces era un poco soso. ¿Y su espíritu vikingo?

–(Risas) No he hablado con él pero quizá él tiene esa sensación. Yo intento mejorar día a día y hacer las cosas bien y tener confianza en mi mismo y expresarme de la mejor manera, aunque la sensación que dé sea otra.

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¿Le ha sorprendido que la Real apueste tanto por los canteranos?

–Es algo parecido al Rosenborg, que tiene un gran equipo con la misma mentalidad. Confían mucho en los jugadores jóvenes. Eso me gusta. Y es muy bueno para los hinchas porque sienten una conexión especial con el equipo al ser muchos jugadores de la ciudad, del territorio. También es bueno para la cantera que los jugadores jóvenes vean que sí que es posible llegar. Que el camino es duro, que hay que entrenar mucho pero es posible.

¿Y su nivel?

–Es muy bueno. No puedes compararlo con Noruega. Allí es más físico, porque somos más grandes, más fuertes, más altos, pero técnicamente hay muchísima diferencia.

¿Qué le parece Anoeta?

–Uno de los mejores campos en los que he estado. Cuando jugamos bien se nota a la gente y eso está muy bien. En Turquía es una locura absoluta, es como la guerra, no podemos ni hablar entre nosotros. Pero me gustan este tipo de cosas y me gusta el ambiente de Anoeta cuando jugamos bien, cuando atacamos.

Isak ha sido un apoyo para usted.

–Alex me contó que le costaba entender el noruego de Odegaard porque tiene otro dialecto que yo. El mío es el más fácil de comprender. Nos comunicamos en sueco y noruego y nos entendemos a la perfección. En Noruega hay muchos dialectos; es muy distinto el del norte que el del sur. Algo parecido a lo que pasa aquí.

¿Hablan de sus recuerdos en txuri-urdin?

–Somos buenos amigos y cuando estamos jugando no hablamos mucho de fútbol. Comentamos más bien cómo nos va en nuestras vidas. Cuando estoy con mis amigos nunca hablo de fútbol. Cuando estoy en Zubieta solo pienso en eso, pero cuando salgo desconecto. Esa es mi mentalidad.

¿No le gusta verlo por televisión?

–Sí, sí. Me gusta. Suelo ver muchos, pero me refiero a que con mis amigos no estoy siempre dándole vueltas.

¿Cómo es jugar con Haaland?

–Es un gran jugador. Pero yo prefiero destacar que le conozco desde hace cuatro años y no ha cambiado nada. Ahora es una gran estrella, tiene el mundo a sus pies, pero para nosotros es el mismo tipo.

Usted se enfrentó con la sub'21 a Aritz y se acuerda. Él no tanto.

–(Risas) Fue uno de mis mejores partidos. Era un gran equipo, me salieron muy bien las cosas y creo que cuajé una gran actuación. Uno de mis mejores partidos que recuerdo...

Se han quedado sin Mundial...

–Ha sido una decepción. Somos una selección que jugamos bien al fútbol. Y el seleccionador ahora es muy bueno, Solbakken.

Volviendo a Isak, no ha tenido un año sencillo...

–Jugamos en el mismo puesto y hablamos sobre eso. Es todo sobre una cuestión del ritmo de meter goles, de las rachas. Cuando has estado metiendo goles, te sientes más peligroso para el rival y con sensación de que puedes marcar. Y cuando no anotas, le das demasiadas vueltas a la cabeza. Creo que es una cosa de mentalidad.

Con el arsenal ofensivo con el que disponen, no se entiende la sequía que arrastran...

–Contamos con una muy buena plantilla; es algo difícil de explicar. Hemos tenido muchos partidos y hemos jugado muchos jugadores distintos juntos. Esa puede ser una de las razones. No ha sido fácil para nosotros hacer goles, es una realidad, aunque ahora estamos jugando bien ofensivamente y si seguimos así, vamos a ver puerta seguro.

Ni los problemas del equipo para derrotar a los conjuntos que les preceden en la tabla...

–Es lo que tenemos que hacer ahora. Es lo que he dicho. No puedo pensar en negativo, me centro en el siguiente partido. Ahora venimos de un buen partido frente al Elche y llegamos con mucha confianza.

El Betis les motivará, ha sido su bestia negra esta campaña con dos severas goleadas.

–La revancha es una motivación. Me encantan estos partidos porque los hinchas se vuelven locos en el estadio, todo el mundo sabe que es un partido clave. Después del gol frente al Elche, tengo confianza para jugarlo.

En el vestuario sienten como que no se les puede escapar vivos mañana...

–Todos los partidos ahora son finales, todos van a ser igual de importantes.

¿Habló con sus compañeros del Leipzig?

–Hablé mucho con ellos después del primer partido; después del segundo no porque perdimos, nos eliminaron y me fui a casa rápido. Pero tampoco hablamos demasiado de fútbol, lo hicimos más de la vida, de lo que estábamos haciendo...

¿Se podía haber jugado de otra manera ese encuentro?

–Creo que fue una cosa natural. Nos marcaron pronto cuando teníamos un buen equipo para el contraataque. Y luego nos marcaron más porque había más espacios.

Ese cabezazo que no pudo dirigir que hubiese supuesto el 2-2...

–Ahora tengo 26 años y cuando era más joven, cuando tenía 19 o 20 años, siempre pensaba en marcar, marcar y marcar. Soy delantero. Siempre debes pensar en el siguiente. Cuando tienes oportunidades y las pierdes, no puedes pensar demasiado ni darle muchas vueltas porque pronto llegará otra oportunidad. Siempre hay que pensar en la siguiente.

Dígame un jugador que le haya sorprendido.

–Sabía que, por ejemplo, Silva era muy bueno. Pero si tengo que decir uno, me decanto por Remiro. No le conocía. Es un muy buen portero y también está en un muy buen momento de confianza. Cuando un portero tiene confianza en sí mismo, parece más poderoso, se hace más grande. Y en este momento Remiro parece un tío de dos metros y cien kilos. En los entrenamientos es muy difícil marcarle y en los partidos igual.

¿Y un jugador de campo?

–Zubimendi. No le conocía, es de aquí. Vuestro 4, nuestro 6. Es muy calmado con el balón, siempre te da un buen pase... La verdad es que me gusta mucho.

Tuvo un poco de suerte en el gol en Elche. ¿Iba a portería?

–El balón entró. Es lo que importa.

Una curiosidad, ¿cómo hace para que, cuando remata de cabeza, no se despeine nunca?

(Risas) Creo que es porque mi madre tenía un pelo muy fuerte y lo heredado de ella.

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¿Y fue penalti?

–Sí, soy un jugador que nunca se tira. Me dio claramente en la bota. Incluso se lo pregunté: ¿De verdad dices que no me has dado? Y ahí ya se corregía a sí mismo, solo un poquito. Sí, pero fue penalti.

Tiene una nueva misión, ser el guardaespaldas de Isak antes de lanzar.

–(Risas) En Turquía lo solíamos hacer porque pasaba un montón de tiempo antes de que se lanzara, y trataban de descentrarte e incluso destrozaban el punto de penalti.

2022-04-15T06:19:02+02:00
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