donostia – Al poco más del centenar de aficionados béticos se les atragantó el jueves la celebración del 0-4 al ser atacados por un grupo de encapuchados cuando abandonaban el campo pasadas las 22.30 horas, casi 45 minutos después de la finalización del encuentro. La Ertzaintza reaccionó rápido y evitó que se produjeran agresiones, aunque los seguidores verdiblancos, que no se subieron al autobús que les iba a llevar al aeropuerto para volar en el chárter del equipo, se vieron obligados a salir en estampida hacia el centro de la capital donostiarra. Algunos incluso subieron vídeos a las redes sociales, en los que afirmaban que "no habían pasado tanto miedo" en sus vidas. Los que no podían más entraron en bares para refugiarse y otros estaban tan atemorizados que no pararon en su huida hasta alcanzar los puentes de María Cristina o del Kursaal.
La Ertzaintza informó a este periódico que no había realizado detenciones, aunque sí que había identificado a dos de los encapuchados, a los que no ha imputado delito alguno. Mientras que la Real se limitó a dejar claro que no es su responsabilidad lo que sucede fuera del terreno de juego y que la Ertzaintza no les había informado de que se hubiese producido un ataque ni que realizase detenciones, por lo que no mantiene abierta ninguna línea de investigación para descubrir si en el intento de agresión participaron abonados del club.
Un aficionado realista, testigo de lo sucedido, reconoció que fue un instante muy tenso y desagradable para todos los que seguían en ese momento por los aledaños del estadio y lamentó que últimamente se están produciendo bastantes incidentes de este tipo y un día "va a pasar algo grave. Será cuando nos lamentaremos. ¡Qué pronto han olvidado algunos lo que le sucedió a Aitor Zabaleta en el Calderón!".
Aunque no sea una justificación, muchos socios realistas también han denunciado la actitud provocadora que mantuvieron los seguidores visitantes de camino a Anoeta en kalejira protegidos en todo momento por las fuerzas de seguridad.