El aumento anormal de las deposiciones es conocido como diarrea, que aparece como un mecanismo de defensa del propio intestino, que detecta algún elemento potencialmente peligroso, e intenta, mediante un torrente de agua, expulsarlo vía anal.
Una alimentación adecuada cuando padecemos diarrea es crucial para aliviar los síntomas y prevenir complicaciones como la deshidratación. Para ello, se recomienda beber entre 1,5 y 2 litros al día, ya sea de agua, infusiones o caldos de verduras. Además, también se puede tomar suero de rehidratación, es el mejor remedio para hacer frente a una gastroenteritis o cualquier afección que curse con diarrea.
Alimentos recomendados
Los expertos recomiendan apostar por los alimentos blandos y de fácil digestión, como el arroz blanco, el pan tostado, las patatas hervidas y las galletas saladas sencillas. Productos todos ellos suaves para el sistema digestivo y que ayudan a reducir la irritación intestinal.

Arroz blanco, un alimento de fácil digestión.
Por otro lado, también se recomienda comer frutas bajas en fibra. Los plátanos y la compota de manzana son opciones ideales, ya que aportan pectina, una fibra soluble que ayuda a absorber el exceso de líquido en los intestinos formando heces más firmes.
Asimismo, las carnes magras, como el pollo sin piel o los pescados blancos preferiblemente cocido o a la plancha, son adecuados para combatir la diarrea, ya que proporcionan proteínas esenciales sin sobrecargar el sistema digestivo.
En cuanto a tubérculos, las patatas y zanahorias en forma de puré son uno de los mejores astringentes que podemos encontrar, y en el intestino revierten la pérdida de agua y la baja absorción, dando consistencia a las heces. Además, aportan azúcares y sales que son fundamentales cuando el tracto inferior digestivo no funciona como debe.
Por último, el yogur natural también puede ser beneficioso, ya que ayuda a restablecer el equilibrio de la microbiota intestinal afectada durante la diarrea.
Mejor evitar...
Entre los alimentos que conviene descartar del menú destacan la leche, los quesos y los helados, ya que pueden empeorar la diarrea, especialmente en personas con intolerancia transitoria a la lactosa. También los que son grasos, como mantequilla, margarina, nata, crema de leche, salsas grasas, aguacate o aceitunas.

Los lácteos y los alimentos grasos mejor evitarlos si se sufre diarrea.
A la hora de cocinar, mejor escoger técnicas que aporten poca grasa al alimento: hervido, vapor, escalfado, rehogado con poco aceite... Por supuesto, los fritos mejor evitarlos ya que las comidas con altos contenidos de lípidos pueden ser difíciles de digerir y, por tanto, agravar los síntomas diarreicos.
Las verduras crudas, las legumbres y los cereales integrales, todos ellos ricos en fibra indisoluble, también pueden empeorar la diarrea.