La lógica diabólica y perversa impide relajarse a los campeones, siempre cuestionados. A los mejores les persigue una maldición infatigable, inclemente. Vencer otra vez es el único antídoto para combatirla. Un campeón, en realidad, solo puede repetirse para descansar. Condenados por su propios éxitos, presos de sus conquistas, no hay paz para los ganadores. Siempre perdedores si no ganan. Ese es el tributo que exige la gloria. Lo padece Tadej Pogacar, el mejor ciclista del mundo, incluso al vencer.
El esloveno despertó el curso en la Clásica de Jaén con una victoria lisérgica, extraordinaria que, sin embargo, parece la norma. La costumbre. Atendiendo a la naturaleza de su manual de estilo, el esloveno rugió a más de 40 kilómetros de meta para abrir el palmarés. El triunfo, incontestable, estupendo, reconfortó al UAE, su equipo, que festejó el logro con fruición.
Ocurre que desde que Pogacar gobierna el planeta ciclista con sus hipnóticas actuaciones, sus victorias se celebran desde el alivio. Se resopla la conquista, que parece un deber. Lo esperado. “En realidad creo que sufrimos más los que estamos alrededor de Tadej que él”, concede Joseba Elgezabal, masajista del astro esloveno en el UAE, que atiende a este periódico antes de que Pogacar regrese del entrenamiento.
"Solo te queda volver a ganar"
“Cuando ganas tanto solo queda volver a ganar. Y si ganas, tienes que ganar de nuevo. Es el peaje de ser un campeón como Tadej. Es injusto, pero es así. Recuerdo que después de la gran temporada que hizo el año pasado, había gente en la calle que porque no había ganado el Tour me decía: este año Pogacar mal, ¿eh? ”, establece Elgezabal. Conviene recordar que el esloveno fue el mejor ciclista del curso una vez más. Sin embargo, en cada actuación parece obligado a vencer.
“Es una presión enorme. Él lo lleva bien porque se mete en su burbuja. La suya es la mentalidad de un supercampeón, de lo contrario es imposible. Psicológicamente Tadej es muy estable. Ni se le sube a la cabeza cuando gana, ni le da un bajón si no consigue lo que quiere, pero como es tan bueno parece que si no vence es un fracaso, que siempre tiene que tener éxito”, describe Elgezabal, que cuida de las piernas del prodigio esloveno desde que se vinculara al UAE.
Cambio de calendario
Para el presente curso, Pogacar ha alterado el calendario competitivo. Se trata de amainar la carga psicológica. “De salida tiene un calendario menos exigente”. Debutante el lunes en Jaén, emprende desde este miércoles hasta el domingo la Vuelta a Andalucía, “con la idea de estar arriba, pero sin la obligación de tener que ganar”. Algo impensable cuando afrontaba el UAE Tour, la carrera impulsada por el patrocinador del equipo. No cabía otra posibilidad. Pogacar se encumbró en la carrera en las tres ocasiones en la que participó. 2020, 2021 y 2022.
“ ”
En esta ocasión no competirá en la prueba de su sponsor. Desde su formación querían airear la mente del esloveno, descomprimirle, para que ganara frescura. “En las temporadas anteriores se apostaba por una training camp de más de un mes y un comienzo a machete. Esta vez la idea es que vaya más tranquilo, sin esa presión extra de que tenga que ganar sí o sí en cuanto aparece para enfocar el Tour lo mejor posible. Además, la incorporación de Adam Yates, el paso adelante de Ayuso, la llegada de Jay Vine o el impulso de Almeida tienen que servir para que se reparten la responsabilidad de ganar”, sostiene Elgezabal.
Dosificar más
Introducir nuevas carreras, alterar el paso, es un “aliciente” para el esloveno, que aunque se lo toma con más pausa, “no deja de ser un competidor nato y siempre sale a ganar porque le encanta correr. Ama el ciclismo y correr dando espectáculo. Corre para la gente”, apunta Elgezabal, que cree que el hecho de añadir variantes en su almanaque puede alimentarle la chispa.
“A él le gusta correr en diferentes terrenos. Le atrae. Por eso tenía ganas de correr en la tierra, en una carrera nueva para él y probar en la Vuelta a Andalucía”. A diferencia de los cursos precedentes, Pogacar no estará en la Tirreno-Adriático, carrera que acabó en su caja de caudales en 2021 y 2022. La apuesta es la París-Niza, una de las citas más prestigiosa del calendario, que explorará por primera vez. “El simple cambio le motiva”, apunta Elgezabal.
La irrupción de Vingegaard
La explosiva irrupción de Jonas Vingegaard en el Tour, donde pudo con Pogacar, es una de las palancas que ha sugerido otra gestión del calendario del esloveno. Las variantes promovidas desde el equipo pretenden aligerar la carga para enfocar el Tour que nace de Bilbao con las máximas garantías posibles. “La idea es que se dosifique más, que esté más fresco de cabeza. Creo que el año pasado su agotamiento fue más mental que físico a final de año”, analiza Elgezabal, que conoce al milímetro al esloveno.
Elgezabal, amante de las idi y zaldi probak, estable un símil con un amigo que dispone de las mejores bestias de tiro. “Si siempre vas a hacer la marca, a superarla, y los bueyes van a tope, hay un día que los animales se paran”. Se trata, en definitiva, de medir más los esfuerzos, de economizar y ser lo más selectivo posible en el derroche para recuperar el trono en los Campos Elíseos de París. El alivio.
LA ACTUALIDAD
Jorgenson, líder. Diego Ulissi no faltó a su cita con la victoria. La logró en la cuarta etapa del Tour de Omán. Con el triunfo de este martes, el velocista italiano suma 45 en su prolija trayectoria como ciclista. Ulissi superó en el esprint a Axel Zingle y a Ide Schelling. Ulissi, que se llevó la bonificación de 10 segundos del vencedor, se situó a cinco segundos del líder, Matteo Jorgenson. Este miércoles se disputa la quinta etapa, que tendrá un desenlace clásicó de la carrera: la Green Mountain, 5,7 km al 9,9% en una jornada de 152 km que decidirá el ganador en Omán.
Vuelta a Andalucía. La ronda andaluza comienza este miércoles con Pogacar como uno de los grandes favoritos para hacerse con la victoria final, que el pasado año logró Poels. Tras su presencia en Valencia, Mikel Landa buscará hacer una buena carrera y será el líder del Bahrain. Tao Geoghegan, Enric Mas o Carlos Rodríguez y el belga Tim Wellens (UAE), vencedor en 2018 de la Ruta del Sol y que fue tercero en la Clásica Jaén, asoman entre los más destacados de la carrera que concluirá el domingo. El Euskaltel-Euskadi también estará en la competición.