Polideportivo

Almeida reta a Adam Yates

En portugués vence en Batten tras superar a su compañero, que se había escapado en la ascensión final, y abre una guerra en el seno del UAE, que domina el Tour de Suiza
Joao Almeida supera a Adam Yates, líder del Tour de Suiza.
Joao Almeida supera a Adam Yates, líder del Tour de Suiza. / Efe

Las alturas, las torres blancas de nieve y hielo que construyen las bóvedas de Suiza aún recuerdan el invierno, su ferocidad, su estatus. A 2500 metros a los que se corona Nufenen, las paredes de dos metros de nieve muestran el poder de la naturaleza. Los humanos, minúsculos e insignificantes cuando mandan los elementos, se replegaron.

El Tour de Suiza tuvo que amputar la etapa, cortarle la cresta y achicarla, convertido el recorrido en un esprint loco de apenas 42 kilómetros en busca de una montaña a modo de punto de fuga del día, escuetísimo.

Era un ejercicio de rodillo en la carretera, de calentamiento exprés, y de una cronoescalada a Blatten, una ascensión de casi 6 kilómetros al 8,8% de pendiente media. Bissegger, Van den Broek y Foldager prendieron la mecha, cortísima.

Guerra abierta

En el grupo se encendieron de inmediato los antorcheros de Adam Yates. En el UAE la temperatura es alta. Un polvorín a la espera de la chispa adecuada. Joao Almeida y el líder, Adam Yates, congelaron sus miradas la víspera. Su relación es heladora. Reina la desconfianza mutua.

La batalla entre ambos continúa después de que el portugués sometiera al líder y le colocará cuatro segundos en la cima de Blatten. No se trata de un guerra proxy ni de sicarios. El duelo es a cara descubierta.

Almeida, que domó a Skjelmose y Bernal, se fue a por Yates. Le capturó a medio kilómetro y le dislocó a falta de 150 metros. Desnudó al inglés sometiéndole a ritmo. El alfil quería ser rey. Motín a bordo. La vendetta la consumó Almeida vencedor en la cumbre.

Segundo en la general, el luso presiona a menos de medio minuto a Yates, que comprendió que su rival no viste distinto a él. El peor enemigo, un supuesto colega. Fuego amigo en el UAE que domina el Tour de Suiza, pero no logra formar un gobierno de cohabitación. Demasiados egos.

Ataque del líder

En una jornada claustrofóbica por la escasez de kilometraje. Jibarizado el trazado, la resolución, traición incluida, espumó una etapa que se resumía en una montaña. En las rampas se desprendieron como las hojas serenas que se deslizan por el aire de otoño Bissegger y Foldager. Van der Broek se consumió entre las chispas que encendió Adam Yates.

El líder se encorajinó. Almeida giró el cuello y pastoreó el grupo con Bernal y Skjelmose. Mas se arrugó antes, destemplado. El fuego, sin embargo, estaba en la guerra soterrada entre Almeida y Yates. El enemigo en casa.

El líder tomó varios palmos de ventaja. No rompía, deshilachaba. El portugués, que no es precisamente un fado melancólico, presenció la escena con la mirada orgullosa. Se movió Bernal. Después Skjelmose. No conseguían rapar a Yates.

Almeida ataca a Yates

El líder continuó la marcha sin demasiados lujos. Almeida, que la víspera tragó bilis, se representó a sí mismo en un extraño movimiento si no fuera porque lo protagonizaba el luso, un ciclista que no acepta de buen grado la jerarquía si no es él el que manda. Se fue a hacia su propio compañero, el líder. Llegó a su altura y continuó con su idea. Pedaleó con furia. Sentado. Hierático.

El punto del portugués desestabilizó a Adam Yates, entre sorprendido y atemorizado por la afrenta de su compañero. Almeida, irreverente, los cuellos almidonados, no se alteró. Dejó atrás a su líder, colgando del retrovisor de la incomprensión.

Giró el cuello para observar, en el fondo, la silueta amarilla y bamboleante de Yates. Le colocó cuatro segundos de diferencia además de otros cuatro de la bonificación. Jaque. El portugués rastrea al líder a 27 segundos. Es su máximo rival. Enconado. Guerra abierta en el UAE. Almeida reta a Yates.

2024-06-15T14:51:03+02:00
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