La escritora madrileña Almudena Grandes (1960-2021) ha recibido este lunes en el Teatro Español, a título póstumo, la distinción de Hija Predilecta de la ciudad de Madrid en un emotivo acto en el que han participado familiares, amigos y personalidades del mundo de la Política y la Cultura.
Se materializaba de este modo el acuerdo del Pleno del Ayuntamiento de la ciudad en la sesión de febrero por el que se aprobaba el nombramiento de la autora de 'El corazón helado' como Hija Predilecta de Madrid a título póstumo. Todos los grupos votaron a favor, salvo Vox, que se opuso.
El viudo de la escritora, el poeta Luis García Montero, ha recogido la distinción de manos del presidente del Pleno, Borja Fanjul, acompañado de sus tres hijos, Mauro, Irene y Elisa. En este momento todo el teatro se ha puesto en pie y ha irrumpido en aplausos durante varios minutos, un gesto que se ha repetido al concluir el acto.
Ha ejercido como maestra de ceremonias la directora del Teatro Español, Natalia Menéndez, quien ha dado paso a los amigos que han intervenido en el homenaje, como el cantautor Joaquín Sabina, quien ha señalado que Grandes no puede ser "póstuma" porque sigue viva en sus libros y en los poemas de (su viudo) Luis García Montero.
La actriz Blanca Portillo y la escritora Marta Sanz han leído sendos relatos, mientras que García Montero ha recitado el 'Fandango de Lavapiés', acompañado al piano. El poeta ha recordado que "el Ayuntamiento institucionalmente representa a un pueblo, el de Madrid, que ha demostrado con el corazón en la mano y los ojos en los libros, el cariño que sentía por Almudena".
"Cuando uno tiene pérdida grande, resulta difícil encontrar sentido a la vida. Pero el cariño, la amistad, la emoción, hace que poco a poco le encontremos sentido a una vida en la que nos encontramos flotando tras la pérdida de Almudena", ha señalado a continuación.
Han acudido asimismo numerosas personalidades y políticos, como el exmagistrado Baltasar Garzón, el músico Miguel Ríos o los periodistas Jesús Maraña o Mónica Carrillo. Entre el patio de butacas han estado presentes el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños; la delegada de Cultura del Ayuntamiento, Andrea Levy; el portavoz socialista en la Asamblea, Juan Lobato, o la portavoz de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid, Alejandra Jacinto.
Desde Cibeles han acudido el concejal de Centro y Salamanca, José Fernández; la portavoz socialista, Mar Espinar, y todos los ediles del Grupo; la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, así como varios concejales del Grupo como Carolina Pulido o Pilar Sánchez. Por parte de Ciudadanos ha acudido el concejal Martín Casariego.
Siempre se refugió en la literatura
Grandes nació en Madrid en 1960. Cuando era pequeña, siempre se refugió en la literatura al no ser nunca elegida para ser el angelito o la Virgen María en las funciones de Navidad del colegio por ser "muy alta" y "muy morena". Lo que más disfrutaba era leer, pero también le gustaba escribir cuentos. Su tía abuela le animaba a ello todos los domingos, mientras su padre y tíos veían el fútbol y sus primos dibujaban para "no molestar" a los mayores. "Yo empecé a escribir gracias al fútbol", señaló la escritora en diversas ocasiones, que siempre retomaba el mismo cuento porque no le daba tiempo a acabarlo.
Un punto de inflexión en su vocación y carrera literaria fue una versión infantil de la 'Odisea' que le regaló su abuelo, Manolo Grandes, por su Primera Comunión. Tiempo después, Almudena comprendió que este regalo fue el más preciado aunque no le hiciera tanta ilusión como el tutú de color azul que había pedido.
Se licenció en Geografía e Historia por la Universidad Complutense (UCM), siguiendo el consejo de su madre de estudiar "una carrera de chicas", y tras trabajar "a destajo" en diversas editoriales se dio a conocer en el año 1989 gracias a 'Las edades de Lulú', una obra que escribió levantándose a las seis de la mañana, el tiempo que conseguía arañar mientras continuaba trabajando y llevaba al colegio a su hijo, Mauro.
Esta novela erótica fue un rotundo éxito. Ganó el Premio Sonrisa Vertical, en la editorial Tusquets, y la catapultó a la fama, aunque Grandes siempre mantuvo que ella no quería ser famosa, quería ser escritora. Y lo consiguió. Fue con su tercera novela, 'Malena es un nombre de tango', cuando llegó su consagración definitiva como una de las escritoras fundamentales del panorama narrativo. 'Atlas de geografía humana', 'Los aires difíciles', 'Castillos de Cartón' fueron otras de sus reconocidas obras. En todas ellas se aborda la memoria histórica de España.
Esta fue una cuestión clave en la carrera de Almudena. De pequeña, mientras ayudaba a su madre en la cocina, le preguntó quién era la mujer negra con una falda de plátanos que aparecía en la revista Hola! Lo que más le sorprendió fue que su abuela, según le contó en ese momento su madre, había visto bailar en un teatro de Madrid a Josephine Baker, el nombre de aquella mujer que aparecía en la fotogragía de la revista.
En ese preciso momento fue cuando Grandes se dio cuenta de que "el progreso no es una línea recta", porque ella presumía que era más moderna que su madre, y que su madre era más moderna que su abuela. Pero ese hecho, que su abuela viera bailar en un teatro de la capital a una mujer negra con una falda de plátanos, le hizo ver que se equivocaba. Y comenzó a indagar en la historia de su país.
Dos familias
'El corazón helado', para muchos su obra cumbre, es la obra sobre la memoria en la que relata las historias entrecruzadas de dos familias tras la Guerra Civil. Como ella misma reconoció en diversas ocasiones, fue un antes y un después en su trayectoria. Se documentó tanto, leyó tal cantidad de libros sobre la cuestión que sintió que le quedaban aún muchas novelas, ya que los españoles viven "sobre una mina de oro".
Fue así como comenzó a pergeñar sus 'Episodios de una Guerra Interminable', un proyecto configurado en seis novelas sobre la posguerra. En 2010, publicó 'Inés y la alegría', primer título de la serie en la que aborda la invasión del Valle de Arán por un ejército de 4.000 hombres en 1944 para terminar con la incipiente dictadura de Francisco Franco. Con ella ganó el Premio de la Crítica de Madrid, el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska y el Premio Sor Juana Inés de la Cruz.
Tras esta publicación siguieron 'El lector de Julio Verne' (2012), sobre la guerrilla en la Sierra Sur de Jaén y el protagonismo de Cencerro; 'Las tres bodas de Manolita' (2014), que aborda el día a día de madrileños en la posguerra y cómo sobrevivir en un entorno marcado por la cárcel y las delaciones; 'Los pacientes del doctor García' (2017; Premio Nacional de Narrativa), sobre la red de evasión de jerarcas nazis, o 'La madre de Frankenstein' (2020), que narra con precisión cómo el nacionalcatolicismo invadía todos los aspectos de la vida de los españoles. La serie quedará incompleta a falta del último libro, 'Mariano en el Bidasoa'.