La frase que erróneamente se atribuye a Groucho Marx, aquella que dice eso de “estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”, la ha hecho suya Ernesto Valverde en la que es su tercera etapa al frente del banquillo del Athletic. Atrás quedó el inmovilismo, ese sistema fijo que es santo y seña de Marcelino García Toral, que le acompaña allá donde va. Aunque únicamente se han disputado dos jornadas, Txingurri, como hiciera durante la pretemporada, ha demostrado que no quiere atarse a un único esquema. Cuenta con variantes en la plantilla para mover ficha y adecuarse a las características de los rivales. Y jugarás distintas cartas.
Si ante el Mallorca, un equipo defensivo que como todo apuntaba y se corroboró después iba esperar atrás, encerrado en su área, apostó por Asier Villalibre como delantero, ayer alineó a Iñaki Williams en punta para aprovechar su velocidad y buscarle las cosquillas a la defensa del Valencia a su espalda. Además, la composición del centro del campo, de nuevo con el trío Mikel Vesga, Oihan Sancet e Iker Muniain, se asemejó más a un doble pivote con un media punta, especialmente en el arranque, que a una confección más escalonada. Detalles.
Y aunque el Athletic sufrió por momentos, tanto la apuesta inicial del técnico como las decisiones que tomó a lo largo del encuentro terminaron por darle réditos al conjunto rojiblanco, que logró su primera victoria del curso y, por segunda jornada seguida, acabó el choque sin recibir ni un solo gol.
A los bilbainos les costó encontrar los espacios por los que hacer daño al Valencia, un equipo que ha mutado en verano, que tiene muy poco que ver con el que hace unos pocos meses dirigía José Bordalás y que apeó al Athletic en las semifinales de Copa. Quién lo iba a decir, pero con Gennaro Gattuso a los mandos el conjunto che respira una alegría inusitada en su juego. Todo lo contrario a lo que transmitía el excelente centrocampista en su exitosa etapa como futbolista en el Milan, en la que su función era la de ejercer de freno para los equipos rivales.
Así, en solo una semana, los rojiblancos se han visto las caras con dos rivales con idearios totalmente opuestos que han provocado cambios visibles en el equipo. Eso sí, pese al triunfo, que llegó fruto de un disparo de Alex Berenguer desde la frontal del área en la que el guardameta che Giorgi Mamardashvili jugó un papel protagonista al no poner firme la mano para rechazar al balón lejos de su portería, la cita ante el Valencia evidenció también que el equipo debe aún asentarse en la idea de juego que propone Valverde y que con su apuesta para el centro del campo, sufrir en las transiciones del rival estará a la orden del día.
Así sucedió en la festiva tarde de ayer en San Mamés, especialmente en la primera parte. Los pupilos de Gattuso le hicieron daño al Athletic con sus rápidas combinaciones tras recuperar el balón. Por momentos, Vesga estuvo muy solo para frenar a los centrocampistas del Valencia. Y es ahí, en esa apuesta por juntar a Sancet y Muniain, donde se le intuye margen de mejora al equipo. Por suerte, como sucedió frente al Mallorca, tanto Yeray Álvarez como Dani Vivian volvieron a ofrecer un rendimiento muy alto y pudieron solventar con acierto casi todas las acciones de peligro de los rivales.
A ese problema hay que añadirle de nuevo el de la falta de puntería, pues Berenguer desperdició a los pocos minutos un mano a mano ante Mamardashvili y en el tramo final el Athletic perdonó 2-0 que habría sentenciado el partido y en el que ninguno de los cuatro atacantes que participaron en la acción pareció decidido a disparar a puerta. Matices a corregir de un equipo con alternativas y riqueza táctica. l
La cifra
141
Ernesto Valverde igualó ayer a Javier Clemente como segundo entrenador en la historia del Athletic con más victorias en su haber. El técnico, que es el que en más ocasiones ha dirigido al conjunto rojiblanco, tiene aún lejos de su alcance a Mr. Pentland, que lidera el ‘ranking’ con 177 triunfos.