Jokin Altuna y Beñat Rezusta estarán este jueves en la final del Torneo de San Fermín, a partir de las 17.00 horas. El delantero de Amezketa ha ganado todos los títulos tradicionales de la pelota a mano profesional, excepto el de la feria iruindarra. Le queda un pequeño gran hueco en la vitrina. Lo demás, un catálogo de lo más completo: Cuatro y Medio, Manomanista, Parejas, Cuatro y Medio de San Fermín, San Mateo, Zarautz, Lekeitio, Donostia Hiria, Aste Nagusia de Bilbao... En la campaña en la que Altuna III ha amarrado la Triple Corona al conquistar con Martija su primer Parejas, el guipuzcoano aspira a cerrar un ciclo. Lo lograría con 26 años. Un hito. Otro.
Rezusta, por su parte, acumula dos títulos sanfermineros. Los dos conquistados de forma consecutiva y con el mismo compañero: en 2017 y 2018 junto a Joseba Ezkurdia. Sabe lo que es mordisquear la gloria en mitad de un océano de ropa blanca y pañuelos colorados, mirar al techo, sonreír.
Un gran partido
569 pelotazos a buena necesitaron los guipuzcoanos para llevarse el gato al agua en la madrugada de este lunes. Tuvieron que trabajar mucho de lo lindo ante Iker Irribarria y José Javier Zabaleta en un muy buen partido. El zurdo de Arama, incisivo y muy activo, y el pegador de Etxarren dominaron la primera mitad, pero terminaron hincando la rodilla ante la seguridad de sus contrincantes. Los regalos les condenaron. Cabe destacar la regularidad y la capacidad de trabajo de Rezusta. En los primeros compases le tocó bailar con la más fea. No en vano, sus adversarios, dos manistas largos, musculosos, le bombardearon y, aunque finalizó con cuatro yerros, cerró una actuación sensacional. El zurdo de Bergara fue el pelotari más prolífico del cuarteto.
De hecho, el guion de la contienda, una semifinal pura y dura después de los resultados de las dos primeras jornadas de la liguilla del Grupo A –ambas combinaciones ganaron sus compromisos ante Urrutikoetxea-Imaz–, entró en una tendencia diametralmente opuesta con un prodigio de resistencia del zaguero bergararra en el 12-12. Hasta entonces: una buena colección de remates de Irribarria, bien pertrechado con una volea que es un puñal; respuestas de genio de un seguro Altuna III, más trabajador que brillante, y derechazos con carga de Zabaleta. Los azules caminaron con pequeñas ventajas hasta el 10-12. Vista su capacidad de mando, poca renta. El 11-12 fue un buruzgain de Jokin. Enganchó un extraordinario sotamano con la zurda. Denota que su mano va por el buen camino.
Cuatro pelotazos por detrás del nueve y medio
Pues bien, el 12-12, que se cerró con un error de Irribarria, una volea bajo chapa con todo el frontis para él, mostró el pelaje de Rezusta. El de Bergara pegó cuatro pelotazos por detrás del nueve y medio a respuesta de un derechazo elegante y violento de Zabaleta y tres zurdazos eléctricos de Iker. Beñat resistió. Los azules fallaron. 12 iguales. Luego, Altuna III se anotó su tercer saque del partido. 13-12. Primera ventaja colorada tras cuatro empates (1-1, 3-3, 7-7 y 12-12). Y llegó el despegue. En los cuadros alegres, Irribarria, que llevaba una hoja de servicios importante, encontró más cruces que caras.
El 14-12 fue memorable: una contradejada con efecto de Jokin desde el suelo que respondió a otro contragolpe envenenado de Irribarria, clavado, sin respuesta. Aplausos. Vítores. Lo normal. Dos fallos azules ampliaron la diferencia hasta el 16-12. Altuna III, sin fallos en toda la cita, y Rezusta, cada vez más cómodo, se hicieron grandes. En los momentos duros: mandíbula tensa, dientes apretados y mirada competitiva. Les va la marcha. En las ventajas: continuar igual.
A raíz de ese impasse, los azules trataron de cambiar el signo. No fueron capaces. El zurdo de Arama puso toda la carne en el asador. Arriesgó. Se topó con la chapa tres veces, incluido el 22-18.