El parón competitivo del pasado fin de semana en el grupo II de Primera RFEF ha permitido al Bilbao Athletic cargar pilas. No en vano, el filial rojiblanco atraviesa por un momento complicado, después de encadenar cuatro jornadas consecutivas sin conocer la victoria y en las que solo ha sumado dos de los doce puntos posibles, lo que le sitúa en puestos de descenso. Pero a Bingen Arostegi, su técnico, la mala racha de resultados no es lo único que le preocupa, sino que la atención está puesta en romper la sequía de su colectivo, porque en estos cuatro partidos cercanos no ha sido capaz de batir la meta rival ni en una sola ocasión, lo que retrata sus males en la pegada. El pasado jueves, el Bilbao Athletic se probó en el amistoso que disputó en Lasesarre frente al Barakaldo, líder en solitario del grupo IV de Tercera RFEF, y que se saldó con tablas (3-3), pero la hora de la verdad le llega el sábado en el Johan Cruyff, donde rinde visita, desde las 19.00 horas, al Barça Atlètic, situado en la zona media con tres puntos por encima de los cachorros.
Un partido complicado para el filial rojiblanco, que se reencontrará con Álvaro Núñez, una de las promesas de Lezama que dejó la entidad bilbaina el pasado junio con polémica después de no aceptar renegociar un contrato con la dirección deportiva saliente que tenía pactado siete meses antes. El lateral derecho, que recaló en Lezama con diez años y que la campaña anterior fue el cachorro con más minutos recorridos en liga (3.029), se inclinó por fichar por el Barça Atlètic, en el que ha ganado un protagonismo estelar, ya que luce pleno de minutos y partidos hasta la fecha. El domingo, por tanto, se reunirá con muchos de los que fueron sus compañeros en el Bilbao Athletic, por lo que morbo está prácticamente asegurado, además de esperarse un interesante duelo en su banda, sobre todo, con los rojiblancos Adu Ares y Luis Bilbao.
Álvaro Núñez (Sondika, 7 de julio de 2000) firmó por la entidad azulgrana hasta el 30 de junio de 2023, con una opción de renovar por dos años más. Es un fijo para Rafa Márquez, técnico del filial azulgrana, e incluso se le asoció en la Ciudad Condal un mes atrás con la posibilidad de debutar en el primer equipo culé ante las bajas que tenía Xavi Hernández en esa posición, sin Araujo, Sergi Roberto, Koundé y Bellerín, aunque al final no vio cumplido ese sueño de debutar en Primera División. El sábado se reencontrará con su pasado, con la que fue su casa durante una década.