Polideportivo

Álvaro Peña: “Disfruto como un niño”

Álvaro Peña ha acertado con su apuesta por el Almere City, que por primera vez en su corta vida militará en el Eredivisie, la máxima categoría en Países Bajos y en la que también debutará el bilbaino
Álvaro Peña juega en el Almere City

Álvaro Peña (Bilbao, 24 de octubre de 1991) es un hombre Athletic, incluso debutó como león y jugó los dos últimos partidos de la fase de grupos de la Europa League (2012-13) de la mano de Marcelo Bielsa ante el Kiryat Shmona israelí y el Sparta de Praga, pero en el verano posterior salió de Lezama. Ha militado en el Lugo, Racing, Alcorcón, Albacete, Mirandés, Amorebieta y en esta última temporada en el Almere City neerlandés, con el que ha conseguido un histórico ascenso a la Eredivisie y en el que ha sido protagonista. La próxima semana el exrojiblanco, que se considera un futbolista “al que le gusta mucho estar en contacto con el balón”, inicia la pretemporada con su equipo, que debutará en la máxima categoría en su feudo (Yanmar Stadion, 4.500 espectadores espectadores) ante el Twente.

¿Cómo valora su experiencia en Países Bajos?

—Muy positiva en todos los aspectos. Y ahora con muchas ganas de volver allí, de jugar en Primera División y de afrontar un reto muy bonito .

Estaba en el Amorebieta, después del descenso… ¿Cómo surgió aquella opción?

—Resultó un verano un poco convulso, tuve bastantes ofertas, sobre todo del extranjero, y al final me decanté por un proyecto de un club joven, que quiere ir creciendo poco a poco. Me transmitieron sus ganas de que estuviera allí y por suerte ha salido todo bien.

Un país y, sobre todo, un fútbol diferente también, ¿no?

—Sí, sí. El fútbol aquí es algo más táctico, no es que sea más defensivo, pero sí tácticamente está mucho más trabajado, quizá en los movimientos... Allí se confía mucho más en las transiciones, en poder hacer daño al rival con gente rápida arriba. Me he adaptado bien en una posición un pelín más atrasada de la que venía jugando aquí.

¿Cómo es el nivel de la Keuken Kampioen Divisie?

—Los equipos de arriba, que algunos acababan de descender y también alguno histórico que está todavía en Segunda División, tienen buen nivel, pero sí es verdad que respecto a los equipos que están de mitad de tabla hacia abajo es algo inferior que en la liga española.

¿Cuáles son esos equipos fuertes?

—El año pasado estaba el Heracles, luego el Zwolle, el Den Haag, el Breda... Unos cuantos que pueden sonar por aquí y que tienen por detrás una importante masa social.

Y los desplazamientos son más cortos, por la extensión del país.

—Cuando juegas en la liga española te pasas días fuera, haces viajes en autobús larguísimos como me ha tocado durante mi carrera y se hacen un poco duros. Allí el viaje más largo es de dos horas y media, incluso algo menos. No cogemos aviones, solo el autobús, incluso en el mismo día del partido porque sueles jugar por la tarde, sobre las ocho de la noche.

¿Cómo es su vida en Almere, fundada en 1975?

—Es una ciudad nueva en la que fueron ganando terreno al mar. Está muy cercana a Ámsterdam, apenas a 20 minutos en tren. La vida es muy tranquila, no tiene nada que ver con lo que entendemos es Euskadi, ya que es una cultura totalmente distinta y a las 8 de la tarde está todo el mundo en casa y todo cerrado, sobre todo en invierno, que es largo y duro. La verdad es que te ofrece de todo, es un país que está súper bien, parece que todo lo han abierto antes de ayer, está todo nuevo, la gente es muy servicial.

¿Vive solo o...?

—Vivo solo, pero tenemos Ámsterdam al lado, para hacer cualquier cosa, para ir a comer, viene gente de visita… Es un puntazo porque puedes disfrutar de todo lo que te puede ofrecer una ciudad así. Y luego la tranquilidad de Almere, la mayoría son casitas, adosados, con jardín.

¿Y le ofrecieron un adosado?

—No, el año pasado vivía en un hotel porque tenía convenio con el club, pero no es la mejor forma de vivir. De hecho, este verano me voy a coger una casita con mi espacio.

¿Y lo de andar en bicicleta, qué tal se le da?

—No queda otra, todo el mundo va en bicicleta, incluso cuando está lloviendo, aunque en invierno pegue el frío de narices. Hay gente que no tiene ni coche y va en bicicleta a todos los sitios.

Vamos a lo deportivo. Para usted, ha sido una temporada redonda, primero en lo colectivo, al lograr un ascenso histórico del Almere, que por primera vez en su historia jugará la Eredevisie. ¿Cómo se ha vivido la ciudad, en el club? ¿Cuáles fueron las claves?

—El inicio del equipo no fue bueno, la mayoría éramos nuevos y costó bastante la adaptación entre nosotros, con el entrenador, entender lo que buscaba, lo que nos demandaba. A partir de noviembre, empezamos a funcionar bien y de estar en la zona baja fuimos de menos a más, hasta alcanzar el play-off. La verdad es que yo disfruto como un niño. He tenido la confianza del entrenador, Alex Pastoor, desde el principio, y de su segundo, (Hedwiges) Maduro, que fue jugador del Valencia y del Sevilla. Es un crack, él ha confiado mucho en mí.

Y no fallaron en el ‘play-off’.

—Hemos tenido de todo. En la primera eliminatoria ante el Eindhoven, en el segundo partido en casa, parece que nos vamos fuera, en el último minuto metemos gol y forzamos la prórroga, y en el 110 ganamos la eliminatoria. La segunda la superamos en los penaltis y en la tercera y última vencemos los dos partidos contra el equipo que venía Primera División, el Emmen.

Habrá supuesto una locura en la ciudad, ¿no?

—Se puede imaginar. La gente se ha ido enganchando poco a poco, el club está súper bien, tenemos unas instalaciones y unos medios de primer nivel. Es un club que es nuevo y no tiene la historia de otros, pero la gente ha conectado con el equipo y lo notas en las calles.

En lo personal ha jugado 31 partidos y ha hecho 5 goles. ¿Se esperaba tal protagonismo?

—Cuando salí del Amorebieta, iba con la intención de darle la última oportunidad al fútbol, me voy a un país que no conozco a probar… y lo bien que ha salido todo. Ha sido como un sueño.

¿Al jugador se le da más libertad en el fútbol holandés?

—Sobre todo a los que ejercen arriba, se prima mucho más el gol, los equipos son más ofensivos, los partidos tienen muchos más goles. Allí no concebían que en la liga española se den muchos resultados con el 0-0, 1-0 o 2-1.

¿Va a continuar en el Almere City?

—Mi idea es estar allí más tiempo y seguir disfrutando. Para mí, siempre había sido un sueño jugar en Primera División, de niño quería que fuera en el Athletic, no había otra cosa en mi cabeza.

Hablando del Athletic, debutó como león con Marcelo Bielsa en la Europa League, pero no en liga y salió de Lezama ese mismo verano, en 2013. ¿Qué sucedió? ¿Por qué no confiaron en usted?

—De Athletic siempre he tenido buenas palabras. Confiaron en mí muchísimo, me dieron muchísimas oportunidades, muchísimas facilidades, todo lo que he aprendido y cómo he entendido el fútbol es gracias a ellos. Es un club en el que la exigencia es máxima y creo que mentalmente me quedó un pelín grande. Pasé de estar con mis compañeros del Bilbao Athletic a cambiarme con los del primer equipo. Era un sueño y yo no dormía por las noches. Eso me provocaba una especie de ansiedad.

Se lo preguntaba porque en aquel partido en Israel también debutaron sus compañeros Erik Morán y Aymeric Laporte y usted fue el que no siguió en el club.

—Tenía la oportunidad para continuar en el Athletic, pero entendía el rol que poseía. Tuve una oferta muy buena para jugar en Segunda División y la aproveché.

¿No surgió la posibilidad de volver?

—No, nunca he sentido el hecho de que poder regresar al Athletic estuviera cerca.

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01/07/2023