Este año es año de celebraciones en Amaiur. Durante los últimos meses ha habido muchas citas para la fiesta, debido a los actos programados en conmemoración con el 500 aniversario de la batalla del Castillo de Amaiur, y todavía habrá más durante los próximos meses.
De todas maneras, las fiestas del pueblo son una vez al año, y los y las amaiurtarras esperan cada año con mucha ilusión la llegada del 14 de agosto, fecha en la que comienzan las fiestas patronales de la localidad. Más, si cabe, este año, tras dos años sin poder celebrarlas.
Este domingo por la tarde, antes del primer cohete ya se notaba un ambiente especial, que se vio acrecentado conforme el reloj se acercaba a las 20.00 horas, hora prevista para el chupinazo. Muchísima gente se acercó a la plaza, nadie quería perderse el inicio de las fiestas.
Este año, el honor de lanzar el primer cohete recayó en Luisa Dainziart, que durante muchos años regentó el bar Santxonea de la localidad, establecimiento cerrado hace varios meses por jubilación. Dainziart se mostraba feliz por prender la mecha, momento que nuca había vivido al tener que atender la barra.
Tras el cohete, comenzó el típico repique de campanas que anunciaba el comienzo de las fiestas, al que siguió la música de la Txaranga Kuxkustu, un habitual en Amaiur, la víspera de la Asunción de la Virgen.
Tras el primer aperitivo vespertino, en el que se notaba n las ganas de fiesta, llegó la hora de la cena, en la que alrededor de 450 personas llegadas de muchos lugares, pudieron disfrutar de las típicas Baztan-Zopak. La noche se avecinaba larga, con gaupasa a cargo del grupo Iratzar.