Viene de movimientos sociales, ¿es una oportunidad para acometer cambios y tomar decisiones?
-Yo así lo veo y lo entiendo. Con esa ilusión he asumido el reto. Lo que se me transmitió era que ahora se buscaba un perfil más clínico. Han venido fenomenal unas bases de ordenación en cuanto a gestión. Era un hospital muy asistencial, en el que no había casi cultura de gestión. Con la figura de gerente del Área de Salud, creada en 2016, mis dos predecesores José Ramón Mora y Ana Beamonte han sentado unas bases de gestión que no se pueden perder. Ahora, entramos en una fase nueva (esperemos) postpandémica y se quiere retomar una actividad de nueva normalidad, por lo que se buscaba un perfil más clínico para avanzar en la integración entre primaria y atención hospitalaria.
¿Le costó mucho decidirse?
-Si. Le di vueltas. Al principio estaba un poco abrumada, es mucha responsabilidad y muy distinto a lo que hago. Me daba pena reducir mi actividad asistencial, que me encanta al igual que el equipo con el que trabajo, pero era una oportunidad y un reto muy bonito. Creo mucho en la integración, en seguir avanzando en los equipos multidisciplinares, en aumentar los roles de enfermería, de trabajadores sociales y educadores sanitarios€ nuevas figuras que potenciar. Al final pudieron más las ganas.
El Hopistal corrió peligro en 2015, ¿qué hubiera pasado si hubieran desparecido los laboratorios?
-Es difícil elucubrar. No sé si somos conscientes de que el Hospital de Tudela tiene muchos más servicios, a día de hoy y no tanto en 2015, que todos los que conozco en su tamaño y ámbito de población, algo en lo que se ha progresado mucho en los últimos 7 años. Se ha ampliado mucho la cartera de servicios con pruebas, especialidades, aumento de plantilla.....
Pese a ello sigue habiendo necesidades
-Por supuesto. Hay listas de espera en las que trabajar, bastante concentradas en determinadas especialidades, y otro de los grandes problemas, también concentrado en especialidades, es el tema de retener a los profesionales, especialmente entre a los médicos. En cuanto a las infraestructuras, es un hospital que se diseñó hace 40 años, ha crecido mucho en servicios y personal, se van acometiendo obras. Próxima a resolución está la nueva unidad de hemodiálisis (se está iniciando el proceso del equipamiento y creo que para este otoño empezará a funcionar) y una ampliación importante de la unidad de farmacia, pero aún así hay muchas necesidades. No hay tanto problema de camas como de espacios, de consultas, UCI, Urgencias que debe crecer... son muchas.
¿Están ya todos los quirófanos en servicio?
-Había dos quirófanos sin equipar. A raíz del covid y de tener que usar la zona de los antiguos quirófanos se equiparon y habilitaron los dos.
Los médicos, enfermeras, auxiliares... son muy reivindicativos. Sabe que se va a enfrentar a conflictos€
-Por un lado tendré más facilidad para entender las reivindicaciones. Muchas veces una buena comunicación, exponer y compartir cuáles son los recursos que hay, ayuda a entender las limitaciones. Aún no hemos acabado con el covid y en esta nueva fase económica en la que nos adentramos con la guerra de Ucrania no es descartable que pueda conllevar limitaciones presupuestarias, es una posibilidad. Ojalá, sobre todo por la situación humanitaria, termine la guerra cuanto antes, pero podemos estar en un escenario complicado y gestionar escasez económica nunca es plato de gusto. Hay que ser consciente de lo que hay y que los recursos son limitados. No digo que elimine las quejas, pero quizás sí entendernos un poco más. La comunicación es clave para mejorar, aunque no resuelve siempre conflictos.
Hace unos meses enfermeras y auxiliares de UCI pedían el cese de la jefa de enfermería, pero sigue en el cargo. ¿Cómo está la situación?
-Se está trabajando en ello. Ha habido servicios o grupos de profesionales con mayor nivel de exposición, stress y agotamiento y eso hay que tenerlo en cuenta.
¿Cómo hacer frente a listas de espera de 4.500 personas?
-De esa cifra, realmente nos preocupan las 2.000 que están fuera de la Ley de Garantías, son los cifras en que nos tenemos que fijar más. No es fácil. El 50% está recogido en 2 ó 3 especialidades en las que tenemos más problemas de profesionales y en las que suele haber cambios. Si hay uno o dos años con problemas de falta de profesionales se acumula la lista de espera. Hay muchos factores que inciden pero la falta de profesionales tiene mucho peso. Ahora que llevamos un tiempo que en las especialidades quirúrgicas hemos estado bien, no tenemos casi pacientes fuera de la Ley de Garantías. Al margen de las listas de espera hay que aumentar la capacidad de resolución de Atención Primaria.
Una clave de los problemas, por lo que explica, es la fuga de profesionales, ¿Cómo solucionarlo?
-Hay medidas que se pueden tomar como aumentar las OPE, cosa que se ha hecho incluso durante la pandemia. Pesa mucho el lugar de residencia. Tenemos un porcentaje de médicos de Pamplona y Zaragoza y que están aquí unos años y se van. Hay que trabajar con fórmulas para que no se entienda como un castigo venir a Tudela y favorecer que, pasado un tiempo, tengan facilidades para volver a casa. El problema es tener a gente rotando cada 6 meses, aunque también es una suerte porque es una plantilla muy joven, muy formada y motivada, en el esplendor profesional. Eso también es bueno para el Hospital, pero hay que ordenarlo.
Pese a todo, las principales quejas se centran en la Atención Primaria, ¿cómo se puede impulsar?
-El plan de acciones Reto Primaria que ha impulsado Salud va acompañado de medidas concretas. Muchas asociadas al aumento de recursos humanos, siendo el más numeroso el de enfermería. A lo largo de este año se van a incorporar en Navarra 104 enfermeras en Primaria, muchas de ellas habían sido contratadas en la pandemia para reforzar. Las enfermeras de Atención Primaria siempre han tenido un papel muy importante, pero es algo en lo que se puede crecer más. No hay que plantearlo como: 'me ve la enfermera porque el médico no puede'. No. Les ve la enfermera porque está perfectamente capacitada para hacerlo, hay que potenciar ese rol y hacer una labor pedagógica. En mi servicio, en digestivo hemos trabajado mucho en eso y nos ha dado resultados estupendos. Los pacientes están muy satisfechos porque tienen un referente claro, tienen una importante capacidad de resolución y se sienten cuidados y atentidos. De ahí la importancia de los equipos multidisciplinares. Si hay buena comunicación, cualquier incidencia la valora el médico.
Defiende la atención telefónica, ¿ha venido para quedarse?
-En digestivo, ya antes de la pandemia, teníamos un porcentaje importante de atención telefónica. Lo que pasa es que no se puede pasar de un extremo a otro. No puede ser todo por teléfono, por supuesto que no. Hay muchas cosas que tienen que ser valoradas presencialmente pero resultados, gestión de bajas y altas€ eso no necesita atención presencial y se es más ágil por teléfono y da tiempo a más pacientes. Hay que hacer un trabajo pedagógico. Comparto la idea de que te vea el médico, pero cuando es necesario. De enero a marzo ha aumentado el porcentaje de presencialidad. El objetivo marcado, orientativo, es que en las consultas (es diferente en enfermería o medicina) sea entre un 60 o 70% de las consultas. En marzo, en nuestra área el porcentaje es del 57% y espero que siga avanzando. En digestivo son muchas veces los pacientes los que prefieren la cita por teléfono si se puede. Hay que incorporarlo con naturalidad.
Entonces será necesario un aumento de líneas o de personal que atienda el teléfono.
-En algunas zonas básicas ya se ha incrementado algo el personal administrativo. Es algo en lo que hay que seguir trabajando. Los problemas están muy concentrados entre las 8.00 y las 8.30, se ha hecho un estudio. Es muy difícil dar respuesta a la cantidad de llamadas que se da en esa media hora. Hay que trabajar en abrir otras vías de citación, como a través de la carpeta de salud, que se puede coger cita para que te llame la enfermera. Hay que ampliar las vías de comunicación con Atención Primaria para no colapsar el teléfono.
¿Es necesario un tercer centro de salud? ¿Basta con las ampliaciones previstas?
-A corto plazo la prioridad es la reforma y ampliación de los dos centros existentes en Tudela. Aunque se haga un tercer centro no solucionaría los problemas de los dos que tenemos. La prioridad es reformar, mejorar y ampliar los dos centros. ¿Qué en un futuro tendrá tres centros de salud? Seguro ¿Futuro próximo? No creo ¿En el Barrio de Lourdes? No creo, yo entiendo que tendría que ser en la zona del Instituto y Gardachales. No tiene sentido hacerlo cerca de Santa Ana, el crecimiento de Tudela es hacia Gardachales una vez completada la zona del Queiles.
¿Qué fechas se manejan?
-El de Santa Ana está avanzado. Se está prolongando un poco porque con la pandemia las necesidades que se piden a lo que se estaba reformando, las urgencias, no son las mismas. Se prevé que esas obras estén terminadas este otoño y esperemos terminar este año con la planta baja funcionando. Tudela Este está en fase más incipiente. Se está trabajando en las posibilidades arquitectónicas de la parcela. Había acuerdo en derribar el antiguo seminario y lo que se llama la zona de la pérgola para hacer dos volúmenes.
Se ha desestimado usar el edificio de Servicios Sociales...
-El proyecto sobre el que se trabaja va en esa línea. Se dijo que se licitaría este año, pero dependerá de cuánto nos cueste estudiar las posibilidades en esa parcela. El Ayuntamiento desestimó también mover Servicios Sociales de ahí.
Un problema endémico del Hospital es la necesidad de aparcamientos. Quizás hay que potenciar los autobuses
-Es algo con lo que trabajar porque es innegable que hay un problema de aparcamiento. Hay que trabajar en potenciar el transporte público y estudiarlo con el Ayuntamiento, pero no solo con Tudela.
¿Qué enseñanza se puede sacar de la pandemia?
-Teniendo en cuenta lo duro y difícil que fueron las pérdidas humanas, se gestionó bastante bien por dos cosas. La primera por el trabajo en equipo y multidisciplinar. A casi todos nos tocó ponernos a hacer cosas no habituales en nuestra rutina. Enlazando con eso tuvimos capacidad de adaptación, abriendo más camas, más espacio en UCI... Entre los profesionales la frase que más se oía era 'lo que haga falta'.