EL arte tiene momentos así, creaciones que nacen de la indefinición y de las que brota algo bello. Hermosas historias sin nombre. Habrán oído ustedes hablar de Banksy, el seudónimo de un artista de arte urbano británico cuyo trabajo callejero alcanza la gloria de los museos. A él (o al colectivo que se resguarda tras esa firma, da igual...) se le atribuye una definición del arte que pido prestada el artículo de hoy. "El arte debe consolar al perturbado y perturbar al cómodo." Y siendo uno profano en la materia, da la impresión de que ese era el objetivo de Ana Laura Aláez a la hora de rodar su obra Portadoras queer: el doble y la repetición, realizadas en el contexto de las prestigiosas becas Multiverso a Creación en Videoarte Fundación BBVA-Museo de Bellas Artes de Bilbao.
El vídeo habita en la sala 32 del museo y se proyectará entre esas cuatro paredes hasta el 5 de septiembre. Empezó a proyectarse ayer y ya de media tarde la propia Ana Laura tuvo que dar explicaciones, si es que se puede decir así. En realidad lo que hizo fue invocar a la gente curiosa en el auditorio del propio museo para ofrecer su visión. En realidad estaría mejor dicho para invitar al personal a que fabrique su propia visión si tenemos en cuenta que la propia artista multidisciplinar asegura, en el tarjetón de las invitaciones, que la obra "admite diferentes clasificaciones, todas posibles al mismo tiempo: manifiesto, vídeo musical, performance, diario, catálogo visual, tráiler... La obra incluye numerosas referencias a la danza, el dibujo o la escultura, con la música electrónica de Daniel Holc (conocido en el mundillo como Ascii.Disko) como hilo conductor". Dicho queda.
Vistos los 15 minutos y 39 segundos de proyección, es innegable que hay una de esas, una hermosa historia sin nombre. Quizás no bajo los cánones de la belleza clásica pero sí con lo que dice. Eso es lo que comentaban ayer muchos de los asistentes al auditorio del museo, bien poblado de gente vinculada al mundo del arte.
Llegó a tiempo el director del museo de Bellas Artes, Miguel Zugaza, para inmortalizarse en la fotografía junto a la propia Ana Laura, el escultor Txomin Badiola, Susana Talayero o Amparo Badiola, procedente del mundo de la danza y protagonista de una de las creaciones audiovisuales del vídeo que fue ganador en el categoría Music Video International Audience Award en el International Short Film Festival de Oberhausen (Alemania) de este mismo año.
Al legendario arquitecto Antoni Gaudí le llemaron extravagante. Y sin embargo, él sabía, como parece que también sabe Ana Laura, que "toda obra de arte debe ser seductora y si por ser demasiado original se pierde la cualidad de la seducción, ya no hay obra de arte". Uno cree, por lo que oyó ayer, que la obra de Ana Laura sedujo. A la cita no faltaron el artista Josu Rekalde ; Miriam Alzuri, historiadora y conservadora de arte moderno y contemporáneo, Juan Pujol, miembro de la Fundación BBVA, Teresa Icaza, Yolanda Márquez; los artistas Edu López y Ana Román, que llegaron a la vez, Inés Mendikortata, Cristina Muniozguren, Gema Intxausti, Elena Atzekoa, Gabriel Ojanguren, Sonia Elejoste, Nerea Elejoste, Karlos Martínez, Maite Martínez de Arenaza, Tania Arriaga, Isabel de Naverán, Aimar Arriola, quien ve de cerca el trabajo que ha colgado Ana Laura en el Azkuna Zentroa, Alicia Cavied, Roberto Orjules, Joseba Olmos, Daniela Morán y Gaizka Etxebarria entre otros.
Entre algunos de los presentes se especaulaba con la posibilidad de que Norman Foster llegase hoy al museo para presentar los avances de su proyecto de ampliación y la inmensa mayoría daba por hecho de que los sesgos y recortes de la pandemia van aflojándose. Si no lo celebraron con un brindis es porque todavía no se ha llegado a semejante normalidad .
Ana Laura Aláez proyecta y explica su obra 'Portadoras queer: el doble y la repetición' en el auditorio del Museo de Bellas Artes
El trabajo nace de la Beca Multiverso a la Creación en Videoarte 2018 Fundación BBVA - Museo de Bellas Artes de Bilbao