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Ana Ortiz: “La alimentación de los niños se descontrola, con demasiados helados y snacks”

La doctora Ortiz afirma que durante la época estival, “el organismo debe estar preparado para hacer frente a una mayor cantidad de patógenos”
Ana Ortiz, doctora en Bioquímica y experta en nutrición y salud

¿Cuando se cierran los comedores escolares, se acabó el comer bien para los niños?

—Es que el comedor escolar suele ser una importante ayuda a la hora de que los niños mantengan una alimentación equilibrada. El contratiempo llega cuando el fin de curso da paso a las vacaciones. Tres meses para que la dieta de los niños corra el riesgo de desajustarse y toda la responsabilidad pasa a recaer sobre las familias, que deben de seguir garantizando comidas variadas y saludables.

Dice usted que es muy importante cuidar la microbiota.

—Me refiero a la microbiota intestinal, es decir la cantidad de organismos que están en nuestro intestino y que son imprescindibles para su buen funcionamiento. Debe de estar preparada para enfrentarse a todos los patógenos que nos van a afectar más en esta época.

¿Por qué hay más en verano?

—Pues fundamentalmente porque cambiamos los hábitos alimenticios y es muy importante mantenerla en equilibrio porque es un factor crucial para tener una buena salud intestinal. Sobre todo en el caso de los niños que padecen algún trastorno gastrointestinal funcional como puede ser el síndrome del intestino irritable, pero hay otros trastornos que cursan con dolores dolor abdominal.

¿A qué patógenos se refiere?

—Pues por ejemplo a los que se producen ingerir alimentos en mal estado. También en un momento determinado, los críos beben agua en las piscinas y esta puede tener más partículas contaminantes.

El verano es una época proclive a este tipo de problemas.

—Sin duda. Porque nos saltamos comidas, e ingerimos menos nutrientes saludables que el resto del año. Llevamos más descontrol con las comidas, con la forma de cocinar, ingerimos menos alimentos saludables... todas estas alteraciones se van a juntar y hacer que nuestro intestino funcione de manera irregular.

Habla de descontrol. ¿Tomamos demasiadas ‘porquerías’?

—En general, se descontrola mucho la alimentación, tanto niños como mayores. y se comen más porquerías, entre comillas. Pero es cierto que los niños toman demasiados helados y snacks poco recomendables, que tienen más grasas saturadas, y no nos aportan nutrientes esenciales.

Además si el ‘peque’ es mal comedor igual le inflamos a pizzas y a pasta porque es lo que más le gusta.

—Desde luego. En vacaciones cambia la forma de comer. En general, todos tenemos menos apetito. Y eso se debe respetar en los niños.

¿El tomar frutas y verduras de temporada sigue siendo el gran caballo de batalla?

—Ese es uno de los grandes caballos de batalla y eso que en verano disponemos de multitud de frutas y es muy difícil que a un peque no le guste alguna de las cientos de frutas de todos los colores que hay; cerezas, nectarinas, ciruelas, fresas... Y estas verduras y frutas de temporada están llenas de nutrientes, antioxidantes, y son ricas en hidratación que es otro de los factores clave durante el verano. No hay que olvidarse de hidratar correctamente a los niños que beban suficiente agua, y procurar huir de las bebidas azucaradas como gaseosas y refrescos.

Me imagino que los críos siguen desayunando esos cereales de supermercado bastante deficientes nutritivamente hablando.

—Es cierto que hay alternativas más sanas para los desayunos. Pero eso se lo podemos enseñar poco a poco si desayunan con nosotros. Por eso es importante que nos vean huir de la bollería, animarles a una comida en familia donde se sirvan raciones adecuadas, realizar cuatro o cinco comidas al día con un desayuno completo. Van a tener mucha actividad y tienen que arrancar y necesitan energía durante el día y reunir fuerzas para estar activos.

En algunas comunidades, los datos sobre obesidad infantil son bastante alarmantes. Uno de cada cuatro niños está gordo.

—La obesidad se está produciendo porque nos estamos focalizando demasiado en los alimentos procesados que son ricos en azúcares y sal, pero no nos aportan los nutrientes esenciales. Aportan calorías vacías. No es que haya que olvidarse de ellos en verano, pero hay que tomarlos con moderación es decir todos los postres de la merienda no pueden ser helados, pues tienen demasiada cantidad de azúcar, de grasa saturadas y no deberían de consumirse de manera habitual. Es verdad que un helado de manera ocasional está bien siempre y cuando el resto de la dieta sea equilibrada.

Destaca usted la importancia de los probióticos.

—Es que los probióticos nos van a facilitar mejores digestiones. Pero también contribuyen a nivel inmunitario y en el sistema nervioso. ahora que se habla tanto del eje intestino cerebro, ayudándonos a regular distintos procesos, por ejemplo estrés y ansiedad a través del equilibrio intestinal que es algo súper novedoso y súper interesante en lo que se está trabajando. El yogur y el kéfir son conocidos ejemplos de alimentos probióticos pero también los pepinillos, las aceitunas, el queso crudo, o el pan de masa madre. l

16/07/2024