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El pasado viernes, Ana Rosa Quintana, que ha vuelto hace unos meses a las mañanas a presentar el programa que lleva su nombre tras no triunfar por las tardes, protagonizó un momento (otro) desafortunado, cuando llegó el momento de hablar de lo que está pasando en Supervivientes. Tocaba comentar que el día anterior habían llegado a Honduras como nuevos concursantes tres participantes de la última edición de La isla de las tentaciones, continuando con la tradición de los últimos años de Telecinco de contar como famosos para su reality top con personajes salidos de otros programas de la cadena.
Subtítulos para andaluces
Y tres, además, con cuentas pendientes, porque dos de ellos llegaron a la isla de las infidelidades como pareja, Montoya y Anita, el tercero, Manuel como tentador, que protagonizó numerosas escenas de cama con ella. Tras la ruptura de la pareja, Anita quiso marcharse del programa con él como nueva pareja pero fue rechazada. Pues bien, Telecinco los ha puesto juntos a los tres en una misma isla, sin nadie más, para que se peleen a gusto. Y es lo que hicieron los dos chicos durante las primeras horas, con interminables conversaciones y broncas con sus marcados acentos andaluces.
Y ese acento es el que provocó el comentario de la otrora reina de las mañanas, ya destronada. "Yo tengo que hacer una petición a los compañeros que hacen Supervivientes. Por favor, poned subtítulos. Es que no se entiende nada”, dijo AR. Y claro, provocó una oleada de reacciones en las redes sociales (incluso políticas) acusándola de "andaluzofobia", de ridiculizar el acento andaluz.
Vídeo viral de una andaluza
Así, se ha hecho viral el vídeo de una joven andaluza, Isabel Serrano, que trata de poner en su sitio a la veterana presentadora: "Cuando viene año tras año a la Feria de Sevilla, ¿pide que le pongan subtítulos? ¿O cuando pasa todos los veranos en Cádiz, o cuando está firmando la compra de pisos en Andalucía para especular con ellos?", se preguntaba.
Se niega a disculparse
Una Quintana que, tras el paréntesis del fin de semana, regresaba este lunes a su programa, en el que transita entre los azotes a Pedro Sánchez con sus editoriales y los amoríos que se viven en las diferentes islas de los realities de Mediaset. Consciente de la polémica que había generado, se mantenía en sus trece y se negaba a pedir perdón. "Esto es una gilipollez como la copa de un pino. Ayer Montoya y Manuel estaban hablando normal y el otro día hablaban superrápido y uno encima del otro. Ya está bien", comenzaba diciendo.
Y daba argumentos para hacer ver que no estaba ridiculizando la forma de hablar de los andaluces. Unos argumentos que sonaban un poco a lo de “Cómo voy a ser racista si tengo amigos negros”; “Cómo voy a ser homófoba si tengo amigos gays”; o “Cómo voy a ser machista si tengo madre, hermana, mujer y dos hijas". Esto es lo que decía: “¿Ustedes creen que yo voy a decir que hay que subtitular el andaluz? Perdón, Andalucía está en mi casa. Mi marido es andaluz, toda la familia es andaluza. Yo soy medio andaluza. Entonces, no me toquen las narices con cosas... Ustedes pueden criticarme y hacen muy bien, pero…, esto no es así", terminaba.