El miliciano Patxi Jaka Bikandi, perteneciente al batallón Zabalbide, adscrito a Izquierda Republicana, murió en torno al 11 de junio de 1937 en un enfrentamiento con las tropas franquistas. Sin embargo, su fallecimiento no fue inscrito en ningún registro civil ni parroquial por lo que no existía ningún indicio sobre su lugar de inhumación. Era uno más de los desaparecidos de la Guerra Civil.
Hace cuatro años, en 2019, el vecino de Gamiz-Fika Lander Mella, propietario de un terreno de la zona de Montañealde, en Fika, notificó a las autoridades tener conocimiento por testimonios familiares de que en esa zona se habían enterrado varios combatientes. Tras una investigación, su identificación fue posible gracias a la base de datos genética del Instituto de la Memoria, Gogora. La familia del fallecido, al no tener ningún indicio de dónde se podían hallar sus restos, donó una muestra de ADN, respondiendo al llamamiento realizado por Gogora, para la búsqueda de desaparecidos del conflicto bélico.
Un proceso que, tras la exhumación de los restos el 8 de junio de 2019, culminó este pasado sábado con el acto de entrega de sus restos, ocho décadas después, a sus familiares, en la sede de Gogora. A la cita acudieron, entre otros, responsables municipales de Gamiz-Fika, como la alcaldesa, Ana Rubio, quien reconoce que fue “un homenaje muy emotivo y a la vez esperanzador para tantas familias que todavía esperan recuperar los restos de sus seres queridos”.
El Consistorio de Gamiz-Fika trabaja desde hace tiempo en proyectos destinados a la recuperación de la memoria histórica y la consecución de esta investigación supone “un rayo de esperanza para tantas otras familias que sigue sufriendo y esperando recuperar los restos de sus familiares”, apunta Rubio. Al mismo tiempo, la regidora agradece el valor de los combatientes. “Consiguieron contener horas y días al bando franquista y gracias a su sacrificio, muchas personas pudieron ser evacuadas”, agrega.
El emotivo acto se celebró en la sede de Gogora en Bilbao.
En el mismo acto se llevó a cabo la entrega de los restos de otros cinco gudaris y milicianos como José Martín Arrieta Ikaran, Martín Fabo Colera, Ramón Crespo Ortiz, Fernando Lahera Urrutia e Inazio Lopetegi Oliden, cuyos restos fueron recuperados del cementerio de Begoña de Bilbao.