Ander Torriko no pierde la sonrisa. No lo ha hecho en todo el tiempo que lleva lesionado de gravedad. Hace siete meses, el 27 de marzo, el jugador del Helvetia Anaitasuna se rompía el ligamento cruzado de su rodilla derecha en un partido ante el Puente Genil, lo que le obligó a pasar por el quirófano. La dureza de la rehabilitación, de una recuperación tan larga, no han mermado el optimismo del central de Zumaia, de 24 años, que ya sueña con volver a las pistas. Un regreso que afronta con ilusión, pero aún con cautela.
Lleva siete meses recuperándose de una lesión grave. ¿Empieza ya a ver la luz al final del túnel?
–Sí, la verdad. Se está haciendo muy largo. Es una lesión que tenemos todos presente, pero a la vez la ves como de lejos, puesto que nadie desea romperse el cruzado. Acabo de cumplir siete meses con ella y estoy deseando ya estar con el equipo en la pista.
¿Cómo ha sobrellevado la rehabilitación, tanto a nivel físico como mental?
–En líneas generales, bastante bien. Me considero una persona optimista en todos los ámbitos de la vida. Y, en este caso, no he tenido casi ningún día de bajón. Obviamente sí que te haces preguntas, como por qué me ha tocado a mí, con 24 años, cuando estaba en un estado de forma muy bueno y con mucha confianza. Pero son gajes del oficio y una de las mejores formas de sobrellevar una lesión tan dura es con un estado de ánimo muy bueno. Así es como intento afrontarlo cada día cuando me despierto. Con ánimo y con trabajo duro.
Como dice, se lesionó cuando atravesaba un gran nivel de juego. ¿Cuántas vueltas le ha dado a ese momento?
–Muchas, es algo inevitable. Las dos primeras semanas, después de la operación, me marché a Zumaia a descansar y era algo que hablaba con mis padres. Les decía eso, que estaba con muchísima confianza en ese momento. Todo me salía. Estaba pletórico y feliz, y eso se me notaba en la cara. Así que son golpes duros y no paras de repetir en tu cabeza el porqué te toca a ti. Cuántas veces has hecho fintas como aquella y nunca ha pasado nada. Pero te toca y ya está.
El vestuario, que le arropó desde el principio, habrá sido también fundamental en su recuperación. El apoyo de sus compañeros.
–Ha sido una gozada. En el equipo hay más de un jugador que ha sufrido esta lesión tan dura. Juan del Arco se rompió el cruzado dos veces en la misma pierna, Chocarro también la pasó, al igual que Eli (Arrechea, la fisioterapeuta). Ellos me han ido contando sus experiencias y cómo lo sobrellevaron. Al final, lo importante es que todos vuelven. No hay que ponerse en lo peor. Y, la verdad, la actitud del equipo ante la lesión ha sido increíble. Tras operarme, llegué a un entrenamiento por la mañana. Yo estaba con mis aitas en la calle y salieron todos, hicimos el grito y nos sacamos fotos. Sobre todo los primeros días, que es cuando más se acuerda la gente de ti, me preguntaban a diario cómo estaba. Todos. Y eso es de agradecer.
¿Qué tal ha ido respondiendo la rodilla durante este período de recuperación?
–El nivel físico ha sido más complicado que el mental. Tuve un pequeño bache, un susto, que me hizo retrasar la recuperación. Tenía la rodilla hinchada. Seguía con la rehabilitación, pero veía que no tenía los resultados deseados para todas las horas que estaba invirtiendo. Ahora estamos avanzando mejor y ya estoy con muchas ganas de ayudar al equipo.
¿Hay alguna fecha prevista para su regreso?
–Hemos barajado alguna. El 12 de diciembre terminamos la primera vuelta y el 15 tenemos enfrentamiento de Copa del Rey. Luego vendría el parón por el Europeo y la competición se retomaría en febrero. A los fisios y a mí sí que se nos ha pasado por la cabeza no jugar en esta primera vuelta y encarar mejor el regreso en febrero, siempre en buenas condiciones. Sin embargo, si evoluciono bien y mi pierna y mi mente están preparadas para jugar algo antes de Navidad, a lo mejor es posible. Pero no somos exigentes con las fechas, porque hay que ir viendo la evolución y cómo respondo.
¿Ha imaginado ya cómo puede ser ese momento de volver a jugar?
–Sí, sí. Por supuesto (se ríe). Me he puesto una visualización pequeñita de ese momento y me vienen ya unas emociones fuertes. Eso ya llegará, cuando sea, y espero que esté todo bien. Sé que voy a tener el apoyo de mi gente, que ha estado a mi lado en esta lesión dura, y por supuesto también de mis compañeros.
Las alegrías que está dando el equipo, a nivel de juego y de resultados, también le empujarán en este tramo de su recuperación.
–La verdad es que sí. El estado del equipo es ahora mismo muy alto, muy bueno, tiene una gran confianza y las cosas están saliendo. El otro día ante el Puente Genil fue un auténtico partidazo. Al principio de la competición sí que sufrí un poco, porque fueron tres derrotas seguidas, pero le hemos conseguido dar la vuelta porque este equipo es luchador, sabe a lo que juega, vamos todos en la misma dirección que Quique (Domínguez) y ojalá sigamos en esta racha.
Y no hay techo. Que venga lo que tenga que venir.
–Eso es. Partido a partido, a seguir trabajando como sabemos y los resultados seguirán llegando.