La cita con Andoni Goikoetxea es en su casa, donde apenas necesita unos segundos para recoger un puñado de camisetas del Athletic que guarda con mimo. Entre ellas, la camisa que portó la plantilla campeona de liga y Copa en su paseo triunfal subida a la gabarra en la temporada 1983-84.
Llevaba un tiempo fuera de los focos, pero ha vuelto a estar presente en distintas peñas, como en Valencia y Madrid. ¿Cuál es su función actualmente en el Athletic?
—Con la llegada de Aitor Elizegi entré a través de la Fundación como representante institucional del club. Luego hubo un parón con las elecciones, pero Jon Uriarte y su equipo de trabajo me dijeron que contaban conmigo. Y ahora estoy un poco en lo mismo, como representante institucional. Que además suena bien. Es algo precioso representar al Athletic y es lo que me gusta. Vayas donde vayas siempre llevas al Athletic por delante, como cuando te toca visitar a peñistas, por ejemplo.
Se le escapa una sonrisa cuando habla de representar al Athletic...
—Pues porque no hay cosa más bonita. Si estás de entrenador, por ejemplo, estás en boca de todo el mundo porque unos opinan una cosa y otros otra. Pero si estás representando a lo que tú más has querido, a lo que ha sido tu vida, eso te llena de satisfacción. Para mí es lo más bonito.
Es algo de lo que puede presumir.
—Claro, como para no hacerlo.
Cuando se desplaza lejos de Euskal Herria y visita a peñistas, la gente le recibe con muchísimo cariño.
—Y no solo eso. El cariño que esa gente te traslada, en una peña en la que se juntan 20, 40 o 50 aficionados, es de agradecer. Y en muchos lugares de esos no es fácil ser del Athletic, pero a muchos les viene heredado de casa. A veces te emociona ver cómo esa gente habla del Athletic, cuando te explican que sus padres conocían a Zarra, a Paniza, a Gainza, que iban a las finales... Lo fácil en muchos de esos sitios es ser del Madrid o del Barcelona, que son los que más alegrías te dan, y sin embargo hay mucha gente que es del Athletic. Esa gente tiene un mérito tremendo.
En uno de sus últimos actos como embajador le tocó ir a Madrid para el sorteo de las semifinales de Copa. ¿Qué le parece Osasuna como rival?
—Me parece que es un equipo que está haciendo las cosas muy bien y creo que tiene una plantilla muy completa, como demuestra que esté en semifinales de la Copa y muy cerca de Europa. No está metiendo ruido y, sin embargo, me parece que es un rival complicadísimo para el Athletic. En liga, en San Mamés, no fuimos capaces de ganarles.
¿Tras el sorteo pudo hablar con los representantes de Osasuna?
—Los tenía al lado. Y hay una cosa clara, que tanto el Barcelona, el Real Madrid y el Athletic querían a Osasuna. Y Osasuna era el equipo que quería jugar contra el Athletic. En el fondo, todos querían jugar contra Osasuna o el Athletic.
¿Cómo ve la eliminatoria?
—Les vi ganar el lunes al Sevilla en un partido en el que jugaron un partidazo y haciendo rotaciones, además. Creo que tienen muy buenos jugadores, es un equipo muy trabajado y bien dirigido por Jagoba Arrasate y Bittor Alkiza. Por lo que se ve, han dado con la tecla, llevan tiempo haciendo un buen trabajo y han hecho de Osasuna un equipo muy competitivo.
¿Qué es lo que más destacaría del equipo rojillo?
—Que es un equipo que está con confianza. Ante el Sevilla dejó a varios jugadores, presuntamente titulares, en el banquillo, y mira qué partido hicieron. Tienen confianza y eso para mí es algo clave. Encima, nosotros nos podemos encontrar con un problemilla, que no sé si es gordo, pero es que tenemos a varios jugadores tocados.
En estas eliminatorias los goles marcados fuera de casa ya no valen doble, ¿qué le parece?
—No sé muy bien qué decirte. La vuelta es en casa, en San Mamés, y eso puede ser un plus, pero Osasuna también tiene una afición que aprieta muchísimo y están ante una oportunidad histórica de volver a una final.
¿Qué recuerda de los derbis ante Osasuna?
—Eran partidos bonitos. En mi época, al menos, se nos daban bien además. Creo que solo perdí uno (en la temporada 1986-87). En uno debutó Txirri. También me acuerdo de jugar contra Patxi Iriguibel o Michael Robinson. Eran duelos duros y bonitos. Y mira, recuerdo que Osasuna, en mi época, jugaba con balones Mikasa en El Sadar. Antes, cada equipo tenía su propia marca de balones.
En ocasiones, desde Iruñea recuerdan aquello de “no son de Lezama, son de Tajonar”. ¿Qué le parece?
—Que no es nada malo, para empezar. El Athletic nunca ha engañado a nadie. Nafarroa forma parte nuestra área de captación. Desde que tengo uso de memoria, el Athletic siempre ha puesto el foco en Navarra, de donde salen muy buenos jugadores. Miguel de Andrés, Sola, Orbaiz o Gurpegi más recientemente. No lo ocultamos. Es un buen mercado para el Athletic, da resultados, y el Athletic tiene que ir a por él. Sabe que compite con Osasuna, que está muy arraigado en Nafarroa, pero luego son los jugadores quienes deciden.
Usted ha compartido vestuario con muchos navarros.
—Cuando empecé a jugar en el Athletic estaban Pedro Zabalza y Daniel Astrain. Y luego vino Tirapu. Y más tarde muchísimos más. Y hoy en día también tenemos muchos. En el Athletic siempre le hemos estado muy agradecidos al fútbol navarro, que ha sido y sigue siendo una fuente de jugadores que han llegado al club.