El Partido Demócrata Europeo (PDE-EPD) organizó ayer miércoles en la Fundación Sabino Arana el seminario La defensa de la democracia en la sociedad digital, durante el cual Andrzej Potocki, político polaco, periodista, historiador y vicepresidente del PDE analizó la calidad de los sistemas democráticos en Europa Central y del Este, así como su futuro en la Unión Europea.
Polonia acoge al mayor número de refugiados ucranianos. ¿Esperan recibir más este invierno?
—Ningún país está realmente preparado, pero creo que ha resultado ser mucho más fácil de lo que nosotros pensábamos. Llegó la guerra y llegaron 2,8 millones de refugiados, la gran mayoría mujeres y niños, procedentes de diferentes regiones de Ucrania. Los ucranianos son tratados como cualquier otro ciudadano europeo, no hay trabas para los permisos de trabajo, para acceder a la seguridad social. De estos 2,8 millones de refugiados, 1,5 han vuelto.
¿Cuál es la situación de los que están actualmente en Polonia?
—En la actualidad tenemos aproximadamente 1,3 millones de refugiados. De éstos, un 70% de los adultos ya están trabajando, así que cuentan con los recursos suficientes como para asumir sus gastos. El coste añadido de los últimos meses ha sido de 1.000 millones de euros, es mucho, pero no es una cifra que esté fuera del alcance del estado. La política del gobierno será seguir con esta política, permitir a todos aquellos que lo necesiten quedarse en Polonia.
Los ataques rusos a infraestructuras energéticas de Ucrania está dejando cortes de suministro, tanto de electricidad como de calefacción. ¿Cómo afecta esta situación a Polonia?
—Todos sufriremos de esta escasez, esperemos que este invierno no sea muy duro. Nos hemos preparado para todos los escenarios posibles, el 30% de las infraestructuras ucranianas están siendo o han sido destruidas completamente por la invasión y a nosotros también nos afecta porque importamos la energía de Ucrania. Cualquiera que sean las tensiones entre Ucrania, Hungría o todos los países de Europa Central, formamos parte de la UE y tenemos que unirnos y resolver este problema juntos. Hungría está rechazando todo tipo de solidaridad, pero Polonia ha demostrado ser un colaborador en esta situación, así que tendremos que compartir este peso. Estamos pagando el precio de nuestra política cortoplacista, ya que si en el año 2010 hubiésemos iniciado una política energética común, si hubiésemos actuado como un mercado único frente a Rusia, estaríamos en una mejor posición.
La guerra de Ucrania ha roto la alianza entre Polonia y Hungría. ¿Cómo afecta esta situación al Grupo de Visegrado? ¿Está en peligro?
—Visegrado está muerto. Desde el principio del mandato de Orbán en Hungría, su separación de Europa se debe a sus vínculos con Rusia. El Gobierno polaco ha buscado aliados en los peores sitios, incluso ahora, en los siete mes de guerra, el primer ministro de Polonia viene aquí a apoyar a Vox. ¿Qué señal damos a Europa? ¿Qué señal mandamos a Ucrania? Vox es un partido antieuropeo y nuestro vecino lucha por la condición europea. La política del Gobierno polaco es un poco esquizofrénica, porque por un lado hace todo lo necesario para ayudar a Ucrania, pero por otro siguen sus alianzas con los enemigos de la democracia, enemigos de Europa y los enemigos de Ucrania. Hungría es un ejemplo muy específico, muy concreto y tenemos que aprender la lección para toda Europa. Tenemos que reaccionar en el momento, no esperara a las consecuencias.
¿A qué se refiere?
—En 2010, cuando Hungría efectuó los cambios en su Constitución dejando atrás el sistema judicial independiente, durante estos 12 años Europa no reaccionó. Estamos jugando en ligas diferentes. El Gobierno polaco está alimentado al público con una propaganda antieuropea y, en realidad, están solos, no tienen aliados en Europa. Afortunadamente tenemos elecciones el año que viene, esperemos que este gobierno no siga a la cabeza del país.
¿Qué amenazas enfrenta Europa con gobiernos como el polaco y el húngaro, que han colocado a estos países a la cola del continente en los principales índices internacionales que miden el estado de la democracia?
—Si siguiese en el poder el actual Gobierno polaco tendría importantes consecuencias para Europa. Polonia es uno de los países más importantes y esperemos que vuelva a los raíles de Europa y que vuelva a ser una parte importante de la política de la UE, eso debilitaría mucho las fuerzas de la parte antieuropea. Hungría no tiene una posición estratégica, pero Polonia sí. Es uno de los países más importantes por su situación estratégica para Europa. La UE puede sobrevivir sin Hungría, pero no sin Polonia.
¿Con qué apoyo social cuenta actualmente el Gobierno polaco?
—Según las últimas encuestas, el partido del Gobierno cuenta con el 28% de los apoyos y el principal partido de la oposición, con el 31%. Pero si se juntara toda la oposición, llegarían al 50%. En el momento actual de cierta incertidumbre y la falta de consecuencias en los actos del Gobierno de Polonia, vemos que sí está perdiendo apoyo. El Gobierno actual ha tenido los peores resultados en la opinión pública últimamente, y no creo que tenga un plan claro para poder luchar contra la inflación, que está alcanzando 17%. Y hay una gran sensación de inseguridad a puertas del invierno.
¿Conoce el caso del periodista vasco Pablo González, detenido en Polonia desde hace 8 meses?
—No conozco los detalles del caso, pero es inaceptable que lleve tanto tiempo en prisión sin garantías procesales. Uno de los problemas de nuestro sistema es que son arrestados durante mucho tiempo sin ningún juicio.