Las relaciones entre PNV y PSOE se encuentran en un momento relativamente dulce. Los jeltzales dejaron claro que no había que buscar tres pies al gato tras su respaldo a una iniciativa del PP sobre Venezuela en el Congreso de los Diputados, y casi al mismo tiempo se celebraba una reunión de seguimiento del pacto entre Aitor Esteban, Andoni Ortuzar y el ministro Félix Bolaños, y se anunciaba otra cumbre entre el lehendakari Pradales y el presidente Sánchez dentro de la ronda con los presidentes autonómicos. Pero, precisamente ahora, los socialistas vascos han puesto la venda antes de la herida, una herida que ni está ni se la espera por el momento. Su secretario general, Eneko Andueza, deslizó este martes que habrá consecuencias en Euskadi si el PNV retira su respaldo a Sánchez. En Euskadi Irratia, cuando se le preguntó si una ruptura con Sánchez tendría consecuencias en la estabilidad del Gobierno vasco, respondió: “Lógicamente, nuestra relación sería diferente y habría que estudiar qué efectos tendría”. Dio por hecho que la relación cambiaría.
Este escenario lo aventuró a pesar de que el PNV ha aclarado que mantendrá su respaldo si Sánchez cumple lo pactado. Los quebraderos de cabeza parece que van a llegar desde el flanco catalán, desde Junts, y no desde el vasco. Muy al contrario, se podría decir que ha sido Sánchez quien ha aplicado la geometría variable siempre que ha podido. En la legislatura anterior, cuando los votos del PNV no eran imprescindibles y aunque tenía un acuerdo de investidura con los jeltzales, aprobó la Ley de Vivienda sin ellos, con ERC y EH Bildu. Otras cuestiones consideradas de Estado, como las relativas a la “seguridad nacional”, las ha tramitado con el PP, y esta legislatura pasará a las hemerotecas como la primera ocasión en la que se pacta una renovación del Consejo General del Poder Judicial entre PP y PSOE sin tener en cuenta a ninguna sensibilidad territorial, es decir, sin contar con los aliados que permiten que gobiernen los socialistas. Andueza, paradójicamente, lleva días asegurando en la comunidad autónoma vasca que no vale pactar el nuevo estatus con unos aliados, y gobernar con otros.
Por otro lado y aunque nadie baraja un acuerdo PNV-PP mientras Vox entre en la ecuación, en sentido estricto no sería la primera vez que coexisten un Gobierno español del PP y un Gobierno de PNV y PSE en la CAV. Sucedió tras la investidura de Mariano Rajoy en 2016, pero fue aupado con la abstención del PSOE. En cualquier caso, la ruptura en Euskadi con el PNV dejaría al PSE sin cargos de representación institucional ya que, tomando al pie de la letra las líneas rojas trazadas por el propio Andueza hace meses, no quiere alcanzar ningún acuerdo de gobierno con EH Bildu.
Seguir aunque no se aprueben los Presupuestos
A Andueza le preguntaron por la reunión interparlamentaria del PSOE que tuvo lugar el lunes. Tras ella, algunos medios de comunicación han publicado filtraciones de ámbitos socialistas preocupados por el recorrido que puede tener la legislatura si Sánchez no logra aprobar unos Presupuestos. Pero Andueza, en la línea de lo que piensan algunos socios de Sánchez, sí cree que puede seguir. Además, apeló a la responsabilidad de los socios porque “acabar la legislatura no sería beneficioso”. “Todos los que están en el bloque de investidura deben hacer esa reflexión”, dijo.
Fue entonces cuando le preguntaron si está notando un esfuerzo del PP para acercarse al PNV. Y Andueza aprovechó para decir que no solo se trataría del PP, sino del propio PNV. “Hay dos esfuerzos, uno del PP para atraerse al PNV, y otro del PNV para diferenciarse de EH Bildu en el ambiente de Madrid. Está dentro de las estrategias de cada uno. Tenemos estabilidad en Euskadi, y eso es consecuencia de una mayoría. El partido que da estabilidad es el PSE. Por tanto, no es muy conveniente jugar con esto o especular”, dejó caer. A partir de ahí, le preguntaron si una ruptura del PNV con Sánchez tendría efectos, y dijo que sí.