Las elecciones vascas que tendrán lugar en marzo o junio del año que viene se perfilan como un duelo, como un combate muy polarizado entre dos opciones, PNV y EH Bildu. Este escenario, que corroboran las últimas encuestas, obliga al resto de formaciones a afilar sus discursos y buscar su propio hueco en esta contienda. Los socialistas vascos se han fijado el reto de romper la polarización y presentarse como una alternativa más allá del papel de socios minoritarios del PNV. En su presentación como candidato a lehendakari, este domingo en el Palacio Euskalduna de Bilbao, Eneko Andueza ha seguido esta estrategia, a costa de abjurar públicamente de sus aliados y su gestión, una gestión que comparten no solo en el Gobierno vasco, sino en las tres diputaciones, las tres capitales y decenas de ayuntamientos, donde hace tan solo seis meses él mismo daba la autorización de reeditar las alianzas. Andueza, que lleva días asegurando que el modelo del PNV está agotado o que las tres consejerías socialistas del Gobierno vasco son las más eficientes, fue más lejos este domingo, pidió “un cambio de guion”, y aseguró que “en una coyuntura en la que hay conflictos abiertos en la Sanidad, en la Educación, en la Ertzaintza... los únicos departamentos del Gobierno vasco que no tienen un conflicto abierto son los departamentos que lideramos los socialistas”.
“Y eso no es fruto de la casualidad. Es fruto del trabajo, del diálogo y de la búsqueda de acuerdos”, continuó, para añadir que “hay algunos que se cabrean porque se les está cayendo el mito a pedazos”. “¿Y qué culpa tenemos nosotros si sabemos gobernar mucho mejor que ellos?”, lanzó. Pidió un “cambio de guion”, el lema del PSE, para poner fin al “conformismo” que él ve en los jeltzales. “Necesitamos soluciones en Osakidetza, en Educación, en la Ertzaintza... No podemos permitirnos afrontar los problemas que surgen con autocomplacencia. Debemos ser ambiciosos, renunciar a ser meros gestores”, añadió.
El PNV, además de liderar el gobierno con Urkullu como lehendakari, ocupa las consejerías con mayor presupuesto y que atienden los pilares del autogobierno y el funcionariado. Son también consejeros con una exposición pública elevada. Los socialistas tienen tres, donde la mayor exposición la experimenta la vicelehendakari segunda, Idoia Mendia. Gestiona Empleo y Trabajo y ha podido sacar brillo al diálogo social o el acuerdo con Elkarrekin Podemos-IU para la reforma de la RGI. La representación la completan dos consejeros con una menor proyección, Iñaki Arriola en Vivienda y Transportes, y Javier Hurtado, en Turismo. La producción legislativa y las decisiones en Consejo de Gobierno han salido adelante por unanimidad, exceptuando el recurso contra la Ley de Vivienda estatal y otro recurso menor sobre la denominación de origen del vino. El propio Andueza acaba de decir en Madrid que “nunca, nunca, nunca” incumplirá su palabra y sus consejeros no saldrán del Gobierno. Pero la precampaña está multiplicando estos desmarques.
Andueza no ocultó que su intención es romper la polarización. “Algunos quieren que las próximas elecciones sean cosa de dos. Se equivocan. PNV y Bildu van a pelear por ver quién saca la ikurriña más grande, y nosotros no vamos a estar ahí porque Euskadi no está para perder el tiempo”, resumió. Pidió un cambio de guion en Osakidetza para que “deje de ser un problema” y vuelva a ser “la envidia de todo el Estado”; en Educación, para mejorar el rendimiento de los alumnos; o en la Ertzaintza, para “dialogar y solucionar el conflicto, para que tengan un nuevo convenio”.
El espejo catalán
El PSE no dejó nada al azar, tampoco al telonero, el líder del PSC, Salvador Illa, en un intento de evocar su victoria en las elecciones catalanas de 2021 en número de votos y empatado a escaños con ERC. El PSE viene de ganar las generales, pero el PNV lo atribuye al llamado voto útil a Pedro Sánchez para evitar un gobierno del PP con Vox ya que, unas semanas antes, el PNV había ganado las municipales y forales.