Desde que tomó las riendas de los socialistas vascos, Eneko Andueza ha tratado de marcar un perfil propio a costa de enfrentarse a sus socios del PNV. Pero su decisión de centrarse en el debate soberanista ha resultado ser un arma de doble filo que lo ha colocado ante el espejo de una contradicción difícil de esquivar ahora. Andueza acusó al lehendakari de hablar a título personal cuando puso sobre la mesa un nuevo modelo de Estado, pero su propio jefe en el PSOE, Pedro Sánchez, se comprometió en su acuerdo de investidura con el PNV a atender los "sentimientos nacionales de pertenencia" de Euskadi y Catalunya.
Esa referencia entronca con el Estado "plurinacional" que defendió el lehendakari ante la Asamblea corsa. El acuerdo, por tanto, no se limita a reconocer sentimientos territoriales, sino que habla de sentimientos nacionales, el punto que más costó incorporar en la negociación que tuvo lugar a finales de 2019.
El malestar de Andueza puede parecer ahora una sobreactuación, un error de cálculo o un exceso de celo que ha retratado a los socialistas vascos en una posición menos ambiciosa que la de Madrid, aunque cabía esperar lo contrario y que fueran los que tiran del carro. Y fuentes jeltzales se hacen otra pregunta en privado: "Si dice que el lehendakari habló a título personal, ¿insinúa Andueza que Sánchez firmó este pacto también a título personal?". Se produce un giro de guion en el debate, que se sitúa ahora en un terreno más incómodo y desfavorable para el líder de los socialistas vascos.
EL PNV SUBRAYA LA CONTRADICCIÓN
Itxaso Atutxamodificaciones legalesSe da la circunstancia de que esta ofensiva del PSE se había producido en un momento delicado porque las encuestas no están arrojando buenos resultados para el partido de Andueza y, en un intento de buscar una mayor proyección mediática, ha terminado haciéndose eco de posiciones minoritarias en Euskadi.
Los propios socialistas vascos defienden la plurinacionalidad, y el PSOE de Sánchez acaba de rechazar el intento de Ciudadanos de eliminar la distinción entre regiones y nacionalidades en el artículo 2 de la Constitución. De ahí que no se entienda la polémica con el lehendakari, más allá de buscar el desmarque permanente con sus socios en los gobiernos de coalición, quizás ante el temor de que el PNV rentabilice en solitario su gestión en las elecciones municipales y forales de 2023.
EL PACTO CON SÁNCHEZ Y LO QUE DIJO URKULLU
Urkullu pidió redistribuir la soberanía en el Estado, y la sola mención a la soberanía provoca recelos Pero Urkullu lo concretó en un planteamiento legal y ya conocidoconstitucional foralidad resolver el "desencuentro territorial".El cuarto punto del pacto de investidura también habla de resolver el "contencioso". Se compromete a "impulsar, a través del diálogo entre partidos e instituciones, las reformas necesarias para adecuar la estructura del Estado al reconocimiento de las identidades territoriales, acordando, en su caso, las modificaciones legales necesarias, a fin de encontrar una solución tanto al contencioso en Cataluña como en la negociación y acuerdo del nuevo Estatuto de la CAV, atendiendo a los sentimientos nacionales de pertenencia".
SÁNCHEZ NO LE HINCA EL DIENTE
pero lo que no sucede es que se niegue que existe o se hable de un texto firmado a título personal.CumpliendoEL ACUERDO EN LA CAV: "NO IMPEDIR" EL DEBATE
"posibilitar la presentación de un proyecto de proposición de ley de reforma estatutaria" "no impedir" los debatesEl PNV recuerda que ha evolucionado en su ideario social dando mayor peso a cuestiones como el clima, pero no ha tocado el apartado territorial porque cree que la sociedad lo acompaña. Considera que el PSE debería actualizarse en ese sentido.