Durante años, los socialistas vascos han pensado que gobernar en coalición con el PNV solo beneficiaba electoralmente a los jeltzales y los penalizaba a ellos como socios minoritarios. En 2021, Eneko Andueza asumió el liderazgo del PSE con la intención de dar la vuelta a esta dinámica, marcar un perfil propio y dejar de parecer un socio dócil, lo que en ocasiones ha provocado una sobreexposición de declaraciones críticas con las decisiones de los jeltzales y ha dado lugar a situaciones impropias entre dos aliados de gobierno. Estos días, antes de la clausura del congreso del PSE en Donostia que ha tenido lugar este domingo, el propio Andueza había cuestionado la productividad de los departamentos del PNV en el Gobierno del lehendakari Pradales. Aunque en buena medida esas palabras podían leerse en el contexto del congreso socialista, de lo que ha sucedido este domingo puede interpretarse que, más que una táctica puntual, va a ser parte de una estrategia de largo recorrido para conquistar mayores espacios de representación institucional e incluso disputar el liderazgo al PNV, un escenario que por ahora es sociológicamente inviable.
La clausura del décimo congreso socialista sirvió para escenificar este domingo el inicio de un segundo mandato de Andueza fiel a su estilo, enseñando sus calcetines socialistas durante su discurso y marcando perfil ante el PNV. Llegó hasta el punto de atribuirse el acuerdo para que el fabricante de trenes Talgo mantenga su arraigo en Euskadi. “El mérito es de los socialistas”, lanzó. No solo fue significativo que se atribuyera el logro, sino que se lo negara al PNV, al que no citó de manera expresa pero sí le pidió que no “se lo arrogue nadie”.
Y también agitó el temor a un frente abertzale, aunque sea un escenario muy poco creíble ahora mismo. Andueza se valió del globo sonda del secretario general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, quien planteó una coalición electoral con el PNV para las generales y europeas, que estaría abierta a la izquierda confederal de Podemos y Sumar. Ninguno de los tres destinatarios le dio credibilidad, pero este escenario puede ser un elemento aglutinador y movilizador para el PSE como lo fue en el pasado. Andueza lleva días apelando al legado del lehendakari socialista Patxi López.
La disputa sobre Talgo: "El mérito es de los socialistas"
Con un discurso enérgico que lo llevó a pedir un botellín de agua para poder continuar, Andueza se arrogó el mérito de las políticas de vivienda, el transporte gratuito para los menores de 12 años, y el acuerdo para la compra de Talgo por parte de Sidenor, operación que ha respaldado el Gobierno vasco con dinero público y que ha liderado también el lehendakari Pradales con su impulso político y con reuniones en primera persona. Tras varias jornadas con comparecencias de cargos jeltzales como el consejero de Industria o el propio lehendakari, Andueza sacó la cabeza este domingo para reivindicar el papel del PSE para “ser más competitivos favoreciendo que los centros de decisión de las grandes empresas se queden en Euskadi”. “Por eso los socialistas han trabajado en todos los gobiernos, en el Gobierno vasco y La Moncloa, con Sidenor y Talgo para que se quede en Euskadi y sea una empresa tractora de la economía. Que nadie se arrogue ese mérito, porque el mérito de que Talgo se quede en Euskadi es de los socialistas”, defendió.
Andueza expuso otras ideas ya conocidas en su discurso, como que el PSE, a su juicio, es el que ha centrado la discusión política en “lo importante”, en cuestiones sociales y no relacionadas con las reivindicaciones abertzales, y dejó caer algún otro dardo para el PNV cuando dijo que “liderar no es gestionar, ver tu nombre al frente de un departamento, concejalía... es cambiar para transformar”, para que Euskadi sea líder en Europa, que su sanidad sea un referente, que la educación destaque por su excelencia y no se ponga el foco en la “construcción nacional”.
El pasado jueves, el lehendakari Pradales y Andueza mantuvieron una reunión en el Parlamento que no tenía por objeto ser una llamada al orden del PNV a su socio minoritario, ni tampoco una reunión para que el PSE expresara sus quejas. Tenía por objeto que el lehendakari pusiera a Andueza al corriente del proceso de escucha sobre el proyecto del Guggenheim Urdaibai antes de anunciarlo un día después en los medios de comunicación. Que la reunión diera para más es algo que entra dentro del terreno de las interpretaciones de cada cual.
La libertad no es "tomar cañas"
Andueza ha tenido recados para todos, también para el PP y para EH Bildu aunque, como sucedió con sus mensajes para el PNV, se inclinó por las alusiones veladas. Para la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aseguró que la Euskadi que él quiere es “una Euskadi de la libertad, no de tomar cañas, porque eso es un viva la Virgen”. Apostó por una Euskadi “tolerante, respetuosa con el diferente, en la que no quepan el racismo, la xenofobia, la homofobia, el insulto al adversario político; que sea una Euskadi con memoria...”.
"Lo del frente común va a ser para ganarnos unas elecciones generales"
En cuanto a EH Bildu, avisó de que el PSE no quiere “la Euskadi de los frentes comunes, que ya pasó en el pasado y sabemos cómo acabó”. “¿A qué viene ahora sacar otra vez del armario la política de las trincheras, la época que forma parte de los capítulos más tristes de la historia del país? No la queremos nosotros ni la inmensa mayoría de la sociedad vasca”, dijo. A su juicio, en EH Bildu son los únicos que no se han enterado de que la gente se identifica más “con la España de Pedro Sánchez” que con su Euskal Herria, en su opinión. EH Bildu ha respondido en alguna ocasión a Andueza que PNV y EH Bildu suman mayoría absoluta en el Parlamento Vasco y las principales instituciones de la comunidad autónoma. Pero el PSE se aferra a su victoria en las elecciones generales, a pesar de que estuvo muy condicionada por el llamado voto útil para evitar un gobierno del PP condicionado por la ultraderecha de Vox. “A ver si lo del frente común va a ser para ganarnos unas elecciones generales en Euskadi”, se jactó.