Ángel Castro es socio del Sestao River durante 53 años. “El regalo de mi comunión fue el carné”, desvela el actual presidente de la entidad verdinegra, que sacó ayer tarde una sonrisa de oreja a oreja con la victoria in extremis de su equipo sobre el Atlético Cibornero y que le afianza como líder del grupo II de Segunda RFEF. El River abre el jueves el proceso electoral, con la convocatoria de la Asamblea Extraordinaria, y si no emerge ninguna plancha para gestionar al Sestao, Castro, por Estatutos, deberá repetir como presidente. “La verdad es que hay que tener en cuenta que esto es... digamos así, un marrón”, expresa.
¿Su Junta directiva propone la fecha de las elecciones?
Sí, este jueves, el día 30, se propondrá a la Asamblea varias fechas.
¿Van a ser en mayo?
Sí, pero será el órgano soberano el que decida la fecha.
¿Cuántos socios están llamados a votar?
Tenemos unos 1.900 socios, pero hay infantiles... Con derecho de voto creo que van a ser unos 1.200.
Su Junta también presenta una propuesta de reforma de un artículo de los Estatutos. ¿En qué consiste?
Es un artículo que marca el número de directivos en una cifra de nueve, sin ningún poder de flexibilidad. Esa cifra de nueve es muy rígida y lo que tenemos que hacer es que se vote, que la cifra sea flexible. Hay que facilitar que otras planchas se puedan presentar a las elecciones. ¿Si somos 13, qué hacemos con los otros cuatro que sobran? Es un artículo que habría que reformar.
Lleva dos mandatos en la presidencia. ¿Va a optar a un tercero?
Lo estamos pensando, estamos mirando pros y contras; y veremos lo que hacemos.
¿En qué punto está su decisión?
Está al 50%. Pero ya lo veremos.
¿El cuerpo le pide seguir?
Por una parte sí, por otra parte, no. Son muchos años, tienes un amor al club, una ilusión… Veremos a ver al final cómo se inclina la balanza.
Y si no se presenta, ¿por qué sería?
Espero que haya alguna candidatura que se presente. Y si no, pues tendremos que seguir un año más.
Si no se presenta ninguna candidatura, ¿debe seguir por Estatutos?
Sí, nos tocaría seguir un año más.
¿Detecta que en el entorno haya movimientos para que se presente una candidatura?.
—La verdad es que no se ve mucho movimiento. Sondeas cómo está el tema y no se ve mucho... Hay que tener en cuenta que esto es, digamos así, un marrón. Lleva un trabajo inmenso, todos los días, las 24 horas, cuadrando números....
¿Quema ser presidente del Sestao?
No es que queme. Es un orgullo, eres el presidente del club de tu pueblo, pero exige una gran dedicación.
Y si sigue, ya sea por imperativo estatutario o por voluntad propia, ¿qué puede ofrecer como algo nuevo después de ocho años?
Lo que puedo ofrecer es trabajo, trabajo, trabajo e ilusión. Es lo que siempre hemos ofrecido a los socios y es lo que siempre vamos a ofrecer.
En 2015 solo se presentó tu candidatura, en 2019 también y dice que para estas no hay mucho movimiento para que surja una alternativa.
Es algo común en todos los clubes. Quitando al Athletic, es un mal genérico. No solo en Bizkaia, sino en Euskadi y en todo el Estado español. Es muy complicado hacerse cargo de un club durante ocho años, lleva muchas responsabilidades, la gente cada vez está más acomodada y es complicado.
¿A cuánto se eleva el presupuesto del Sestao River?
Este curso está en 850.000 euros.
¿Están saneadas las cuentas?
Sí, sí. Hemos empezado con un déficit importante de 50.000 euros, pero este año vamos a acabar con superávit, vamos a liquidar el déficit… El club está saneado. En estos ocho años, al final de cada mes se ha pagado a todos los jugadores, no ha habido ningún retraso, han cobrado al día. De eso, sí que podemos presumir
La eliminatoria de Copa ante el Athletic, como ocurrió cuatro años atrás, habrá dejado también beneficio, ¿no?
—No lo hemos hecho cuantificado exactamente, ha habido gastos importantes, no todos los ingresos han sido netos, pero sí da beneficios.
Le tocó gestionar el Centenario, sufrió el descenso a Tercera, cuatro años en esta categoría, hasta que vuelven a Segunda RFEF y están a un paso de lograr el ascenso a Primera RFEF ¿Le deja satisfecho este currículum deportivo?
Es para estar muy satisfechos. El primer año quedamos subcampeones, empatados con el primero, nos tocó el tema del Covid… el segundo año fue más irregular, quedamos terceros, pero logramos el ascenso. El año pasado fuimos segundos, disputando el primer puesto hasta la última jornada, este año vamos líderes con diez puntos de ventaja. En el plano deportivo, es un éxito rotundo.
¿Cuál ha sido su peor momento?
El partido del play-off ante el Marino. Siempre duele un descenso, porque lo ves venir. El partido ante el Marino fue un palo muy duro, fue el peor momento de estos ocho años.
¿Y el mejor?
El mejor está por llegar.
¿El ascenso de Primera RFEF?
Sí. No es lo mismo un ascenso a puerta cerrada ante el Urduliz, que un ascenso con toda tu afición.
¿Qué presupuesto manejan en caso de ascender a Primera RFEF?
Cambia todo, hablamos de un presupuesto mínimo de 1,3 millones.
El Barakaldo se ha convertido en sociedad anónima y su proyecto es ambicioso. ¿Descarta que el Sestao pueda dar ese paso?
Hay que tener en cuenta que el Barakaldo ha tomado esa decisión porque era la única vía posible para sobrevivir por la deuda que tenía. Nosotros estamos al día y no nos planteamos tomar esa decisión.
Es miembro de la asociación Txernoblieko Umeak.
Sí, y además soy tesorero. El tema está parado con el tema de la guerra, hay muchas trabas... pero esperamos que podamos acogerlos este verano.
¿A cuántos niños ucranianos ha acogido en este periodo?
He traído hasta tres niñas de golpe, dos son hermanas. Marina, la mayor, vino con 4 o 5 años y hasta los 18 años. Es una experiencia fabulosa, he estado en Ucrania… Es enriquecedor.