Vida y estilo

Anjou: una joya en el corazón del valle del Loira (Francia)

Imponentes abadías, castillos y catedrales, bodegas en galerías subterráneas o pueblos trogloditas hacen de la Región del Loira Atlántico un destino muy apetecible
En imágenes: Anjou, una joya en el corazón del valle del Loira (Francia)

Francia es una nación rica y sorprendente con un montón de atractivos destinos por descubrir, uno de ellos la Región del Loira Atlántico. Situada al noroeste de Francia, es una de las 13 regiones del país y su capital es Nantes. A unas 5 horas de Hendaya en tren y dentro de esta región, en el corazón del valle del Loira, el departamento de Maine y Loira (antigua provincia de Anjou) se presenta ante el visitante como un territorio singular con decenas de tesoros que saltan a la vista y otros muchos secretos por desvelar.

Señoriales abadías, castillos o catedrales se elevan hacia el cielo de Anjou mientras por su subsuelo discurren sinuosas galerías que, a lo largo de cientos de kilómetros, acogen silenciosas bodegas, extensos cultivos de hongos o interesantes espectáculos de luz y sonido, así como pueblos trogloditas con curiosos hoteles y restaurantes.

Estas cuevas son el resultado de las excavaciones para extraer piedra tuffeau o toba, una roca calcárea que, junto con la pizarra de Angers que cubre los tejados, son las dos piedras más representativas de las construcciones de la zona.

De vuelta a la superficie, ciudades como Saumur o Angers cautivan al visitante tanto por su belleza arquitectónica y paisajística como por el tranquilo discurrir a sus pies de dos imponentes ríos: el Loira (el más largo del país con 1.006 kilómetros de longitud) y el Maine.

Y entre visita y visita hay que hacer un paréntesis para degustar la gastronomía de la región. Productos típicos son la quiche (pastel salado hecho con masa quebrada y relleno al gusto), la fouée (bollo de pan caliente que se rellena con productos regionales), los rillauds (trozos de panceta de cerdo), los quesos o los hongos de París que, pese a su nombre, se cultivan en esta región. Mención especial merecen también los vinos de Anjou.

Abadía de Fontevraud: arte y descanso

Visitar la Abadía de Fontevraud, ubicada en Fontevraud-l’Abbaye, es una interesante propuesta que ofrece esta zona: contemplar una espectacular obra arquitectónica en un bello paraje alejado del mundanal ruido.

Construida en el siglo XII, siempre estuvo dirigida por mujeres hasta que Napoleón la utilizó como prisión; sus huellas aún son visibles en sus distintas dependencias. El refectorio, la sala capitular, las cocinas con sus peculiares chimeneas, la iglesia abacial expoliada y el claustro con su jardín son puntos de visita obligada.

La oferta del Museo de Arte Moderno y la exposición de campanas al aire libre À toute volée se completan este verano con Les 900 ans d’Aliénor, un espectáculo nocturno de luz y sonido con proyecciones tanto en el interior como en el exterior del monumento.

Pernoctar en el Hôtel de l’Abayye de Fontevraud ofrece el privilegio de disfrutar de un agradable recorrido nocturno por la abadía.

Vista nocturna de la Abadía de Fontevraud. Leonard de Serres

Saumur: entre el castillo y el río

A solo 20 minutos en coche desde Fontevraud se encuentra la ciudad de Saumur, cuyo castillo palacio se erige imponente en lo más alto y ofrece unas impresionantes vistas de las dos orillas del Loira. Usado por Napoleón como prisión, es ahora un castillo-museo que acoge el Museo de Artes Decorativos, con la colección cerámica más importante de Francia, y el Museo del Caballo, todo un símbolo en la región.

Un paseo por el casco antiguo de la ciudad nos conduce al barrio de San Pedro, con su concurrida plaza y su bonita iglesia del mismo nombre. El ayuntamiento, el teatro y el puente Cessart con sus doce arcos de piedra son otros puntos de interés.

Degustar la comida típica de la región en uno de los acogedores restaurantes a orillas del Loira, como Sur les quais, mientras se contempla el romántico discurrir del río, es una auténtica delicia.

El castillo de Saumur domina la ciudad y el castillo desde lo más alto. Javier Apestegui

¡Marchando un vino!

Y tras una buena comida, nada mejor que visitar una bodega, en nuestro caso las Bodegas Bouvet-Laduvay de Saumur, una empresa familiar productora de vinos espumosos creada en 1851. Ofrecen tres tipos de visitas (histórica, clásica y en bicicleta) y todas terminan con una degustación de sus vinos, un delicado y burbujeante capricho para el paladar.

A lo largo de sus 8 kilómetros de galerías y a una temperatura de 12 grados todo el año, el visitante puede contemplar más de un millar de barricas de roble, conocer cómo se elabora el vino y descubrir su catedral sumergida con decenas de esculturas.

Entre sus peculiaridades, un archivo de miles de etiquetas personalizadas de clientes, un Centro de Arte Contemporáneo con exposiciones y una muestra de coches de caballos.

'Catedral sumergida' entre botellas de vino en las Bodegas Bouvet-Laduvay de Saumur. Javier Apestegui

Espectáculo de luz y sonido bajo tierra

La siguiente propuesta también discurre bajo tierra. En DouélaFontaine, Le mystère des faluns ofrece un bonito espectáculo de luz y sonido que nos transporta 11 millones de años atrás, cuando el mar de Faluns cubría una parte de la región y esta gozaba de un clima subtropical. La acumulación de arena y restos de seres vivos dio lugar a la roca denominada falun, típica de la zona.

Esta piedra fue extraída entre los siglos XVIII y XX dando lugar a las impresionantes galerías que ahora ofrecen la posibilidad de sumergirse en el fondo del mar y perderse en la sabana. El sonido de las olas o las sombras de animales proyectadas en las paredes despiertan miles de sensaciones que hacen de este agradable (y fresco) paseo una experiencia única e inolvidable.

Cuevas que acogen el espectáculo de luz y sonido 'Le mystère des faluns'. Pascal Girault

Cuevas trogloditas

Y sin abandonar el subsuelo, otra de las propuestas más curiosas de la zona nos lleva a las cuevas trogloditas. El hotel Rocaminori, en Louresse Rochemenier, ofrece habitaciones que permiten vivir la curiosa experiencia de dormir en una cueva (aunque saber de la presencia de una gran roca sobre la cabeza pueda resultar un poquito inquietante).

Una cena en el restaurante troglodita Les Caves de la Genevraire degustando (con vajilla y cubiertos) productos típicos de la región a la luz de una vela completará la experiencia. Si en mitad de la cena te proponen abandonar el restaurante, no te están pidiendo que te marches sino que te están invitando a dar un paseo digestivo por un angosto entramado de pequeños túneles para regresar después a la mesa para seguir comiendo.

Desayuno a la luz de las velas en una cueva troglodita. Javier Apestegui

Castillo de Brissac

De vuelta a la superficie, nos trasladamos hasta el castillo de Brissac. Apodado como el Gigante del valle del Loira, es el más alto de Francia y parece sacado de un cuento. Rodeado de una amplia zona verde y bañado por un pequeño riachuelo, ofrece un idílico entorno para dar un agradable paseo.

Su interior destila lujo y riqueza. Sus salones, cocina, habitaciones, capilla, teatro o bodega bien merecen una visita. Escenario de películas y de celebraciones familiares, es actualmente propiedad del 13º duque de Brissac.

El castillo de Brissac, con 48 metros de altura, es el más alto de Francia. Javier Apestegui

Angers: ciudad y castillo

Por último, la ciudad de Angers, una de las más relevantes del valle del Loira, invita a perderse por su casco antiguo para contemplar su muralla romana del siglo III, la torre Sant Aubin, el antiguo Teatro y las Galerías Lafayette en la céntrica plaza Ralliemet, el edificio de Correos, La Maison d’Adam, la catedral medieval de San Mauricio o la espectacular Galerie David D’Angers.

Su castillo del siglo XIII vigila desde lo alto la ciudad bañada por el río Maine. Con unos impresionantes jardines a sus pies, guarda entre sus muros una joya de un valor incalculable: el tapiz historiado más grande del mundo, el Tapiz del Apocalipsis de Angers, una representación del Apocalipsis de San Juan (siglo I) realizado a finales del siglo XIV.

El lienzo tiene 104 metros de largo y 6 de alto y está confeccionado mediante la técnica del lizo: su anverso y su reverso son idénticos. Se expone incompleto en una galería construida a su medida. Arrinconado en el siglo XVIII y utilizado para tapar caballos, árboles o agujeros, fue recuperado trozo a trozo por un clérigo en el siglo XIX y actualmente está colgado del revés para proteger en la medida de lo posible sus colores originales.

Tapiz del 'Apocalipsis de Angers' en una galería del castillo de la ciudad. Javier Apestegui

Así, con el río Loira como testigo y fuente de riqueza, históricas ciudades y pintorescos pueblos, grandes monumentos arquitectónicos e impactantes cuevas, imponentes castillos y exuberantes viñedos convierten la Región del Loira Atlántico en un paisaje de un gran valor cultural y de una belleza excepcional, un destino turístico que merece la pena conocer y que nunca defrauda.

Apuntes sobre Anjou

Geografía

La Región del Loira Atlántico está situada al noroeste de Francia. Es una de las 13 regiones del país y su capital es Nantes. Consta de cinco departamentos: Mayenne, Sarthe, Loira Atlántico, Vendée y Maine y Loira. Este último, ubicado en el valle inferior del río Loira, fue creado durante la Revolución Francesa y su capital es Angers. Se corresponde con la antigua provincia de Anjou, que fue condado en el año 880 y ducado en 1360.

Historia

El último titular legítimo del Ducado de Anjou fue el rey Luis XVIII (1755-1824). En la actualidad se atribuyen el título de duque de Anjou tanto el príncipe Carlos Felipe María de Orleans como el aristócrata español Luis Alfonso de Borbón (por su abuelo paterno, el infante don Jaime). Sin embargo, se trata de un mero título de cortesía que no está reconocido por ningún país.

01/09/2024