Miles de mujeres del Pirineo navarro y aragonés migraban a Maule, en Iparralde, entre finales del siglo XIX y el siglo XX para trabajar en las fábricas de alpargatas y no volvían hasta que acababan las nieves de la primavera. El documental Ainarak, dirigido por el navarro Juan San Martín y el guipuzcoano Ritxi Lizartza, se rodó entre octubre de 2020 y junio de 2021 en Nafarroa, Aragón y Zuberoa y narra el viaje de estas mujeres, conocidas como las Golondrinas –por su parecido migratorio con las aves–, a través de una guía muy especial: Anne Etchegoyen.
La cantante de Iparralde protagoniza este recorrido a través del tiempo, la geografía y las circunstancias históricas y personales de las Golondrinas, por medio de archivos, fotografías y entrevistas a descendientes de aquellas mujeres, algunas niñas, que con 12 años dejaban su casa para ganar dinero trabajando hasta 16 horas al día. El documental se puede ver en los cines de la SADE en Donostia.
¿Cómo la convencieron para participar en esta aventura cinematográfica?
El proyecto surgió hace dos años y enseguida creí en él, me interesó mucho la historia de estas mujeres que vivieron unas circunstancias tan difíciles. Buscamos gente que nos pudiera aportar datos, sus descendientes, sociólogos, profesores, directores de museos... Y así hemos reconstruido la historia de estas mujeres que tenían tanto coraje.
¿Y cómo se ha encontrado en su debut en el cine?
Me ha gustado muchísimo, he estado muy cómoda. Había hecho alguna cosa para promoción de mi música, pero como protagonista ha sido la primera vez.
¿Conocía la historia de estas mujeres que emigraban al otro lado de la muga?
Un poco, he nacido en Saint-Palais, cerca de Maule, por lo que tenía ya una cierta sensibilización hacia las cosas que pasaban allí. Además, hemos contado con el libro Memoria de las golondrinas, escrito por Véronique Inchauspé, quien entrevistó hace años a algunas de aquellas migrantes. Creo que este documental va a contribuir enormemente a dar a conocer las vivencias de aquellas migrantes, que estuvieron sometidas a unas duras condiciones de trabajo y a penosos viajes por la muga, un viaje que tenían que hacer porque las condiciones entre los dos lados de los Pirineos eran muy diferentes. En Maule estaba creciendo la economía gracias a la industria de la alpargata, pero al otro lado de los Pirineos, en el valle de Roncal, por ejemplo, era difícil sobrevivir.
Ha recreado el mismo viaje que hacían ellas en el documental...
Sí, pero ellas lo hacían en unas condiciones terribles, en alpargatas... Era muy duro, y cuando llegaron a Maule se encontraban con cierta oposición porque no querían mano de obra del otro lado de los Pirineos. Pero, así y todo, a pesar de que el trabajo duraba casi 16 horas, de que algunas no tenían más de 12 años y habían perdido la infancia, no se desanimaban. Estaban llenas de ilusión, se pasaban el día riendo y cantando.
La película aborda el tema del género, una causa a la que siempre ha brindado su compromiso. En su disco ‘Emazte’ también ha reivindicado el lugar destacado que ocupa y siempre ha ocupado la mujer en la sociedad vasca.
Se aborda el tema de la migración y de género porque necesitamos saber que estas historias existieron. Se habla menos de las mujeres, tienen un papel a veces desconocido, es necesario visibilizarlo. En el mundo de la música, también. Afortunadamente, cada vez somos más mujeres cantantes.
¿Ha encontrado inspiración para su música en este viaje?
Hice la banda sonora original con mis músicos y hemos escrito tres canciones. Me inspiraron mucho los encuentros con los testigos y también los paisajes, todo me ha dado inspiración para escribir, volvía de un periodo de grabación, era bastante natural.
Canta en euskera, en castellano y en francés, aunque fundamentalmente en euskera...
No es mi primera lengua, lo he aprendido más tarde, en un barnetegi, pero mi ama es euskaldun, nació en Nafarroa y ella también cantaba en los coros mixtos en Saint-Palais. Fue muy natural para mí, en casa, escuchaba mucha canción vasca. Aunque no es mi lengua natal, para mí es natural escribir y cantar en euskera, hay algo que pasa en mi interior cuando lo hago. No es solo porque sea una lengua minoritaria, es cuestión de identidad, de mi tierra; me siento bien.
Hace unos años consiguió un disco de oro en Francia tras vender más de 70.000 ejemplares de ‘Les Voix Basques’. ¿Hay un antes y un después en la trayectoria de Anne Etchegoyen?
Desde 2003 ya vivía de la música, aunque este disco nos dio mayor proyección. Pero esta profesión no es fácil, el sector de la música cambia mucho, la forma de consumirla...
Ahora está inmersa en la promoción de esta película, pero ¿qué proyectos tiene en el futuro?
La promoción la compagino con mis conciertos, que acabaré ahora en diciembre en Francia. Y estoy preparando nuevo disco, que va a salir el próximo verano. Será en euskera, castellano, francés y catalán.