Año 2017: Ambiciosa selección del Expresionismo Abstracto

No fue una exposición al uso, ya que a diferencia de la mayoría, dedicada a la obra de un artista concreto, Expresionismo abstracto expuso una ambiciosa selección de obras de artistas que protagonizaron un giro radical en la pintura.

Organizada por la Royal Academy of Arts de Londrés, la muestra que acaparó muchas miradas en 2017, año en el que en el Museo Guggenheim celebraba sus primeros 20 años de existencia, estuvo compuesta por más de 130 pinturas, esculturas y fotografías procedentes de colecciones públicas y privadas de todo el mundo.

Esta ambiciosa exposición acogió obras maestras de los más aclamados artistas estadounidenses vinculados con este movimiento, como Willem de Kooning, Arshile Gorky, Philip Guston, Franz Kline, Joan Mitchell, Robert Motherwell, Barnett Newman, Jackson Pollock, Mark Rothko, Aaron Siskind, David Smith y Clyfford Still, así como otras de figuras menos conocidas, pero no por ello menos relevantes.

Más de 130 obras expuestas de diversos artistas estadounidenses vinculados a este movimiento mostraron la esencia del Expresionismo Abstracto. GUGGENHEIM

La selección expuesta en el Guggenheim consiguió revelar la esencia del Expresionismo Abstracto, reconociendo que, aunque a menudo se percibe como un todo unificado, en realidad fue un fenómeno extremadamente complejo, variable y poliédrico.

Asimismo, permitió dar un giro a la idea de que el Expresionismo Abstracto estuviera centrado exclusivamente en la ciudad de Nueva York, e incluyendo a figuras de la Costa Oeste como Sam Francis, Mark Tobey y Minor White.

Movimiento

El Expresionismo Abstracto como movimiento fue fruto de la experiencia común de una serie de artistas que vivieron en el Nueva York de la década de 1940 y, aunque eran amigos y compañeros, cada uno de ellos tenía un estilo propio y único. A diferencia de lo que ocurrió en los movimientos precedentes como por ejemplo el Cubismo y el Surrealismo, el Expresionismo Abstracto no parecía seguir una fórmula fija y tenía marcados unos referentes. Esta diversidad caracterizó su forma de expresar el arte, una celebración de la libertad individual de cada artista.

Pese a que el Expresionismo Abstracto supuso un momento clave en la evolución del arte del siglo XX, sorprendentemente, en Europa no se había realizado ninguna gran muestra sobre este movimiento desde 1959.