"Mi hija no quiere comer". Con esta frase empiezan muchas de las consultas por trastornos alimentarios, un problema de salud mental grave que ha subido como la espuma en los últimos tiempos. Según datos de Osakidetza el año pasado las consultas subieron un 63% y las hospitalizaciones se incrementaron un 36% entre 2020 y 2021. Adolescentes pero también niñas de 9 años con las redes sociales como referencia y como la mayor herramienta para la presión social.
Sin embargo las causas para padecer anorexia y bulimia siempre suelen ser múltiples así que una detección precoz puede ayudar a atajar cuanto antes esta patología con repercusiones en la vida laboral, familiar y afectiva.